Programa Actualización Científica sin Exclusiones (ACisE)

Informes comentados


I.gif Infectología I.gif
 
Informe
Autor del informe original
AR Rosenberg
Institución: Seattle Children’s Research Institute,
Seattle EE.UU.

Resiliencia durante la Pandemia de la Enfermedad por Coronavirus 2019
Se presentan las reflexiones de una oncóloga pediátrica sobre la resiliencia profesional en el marco de la pandemia por enfermedad por coronavirus.


Publicación en siicsalud
http://www.siicsalud.com/des/resiiccompleto.php/163364


Comentario
Autor del comentario
Isabel Gómez Echeverry(1) y Melisa Etchebehere(2) 
(1)Psicóloga, Centro Psique Terapia Cognitiva
(2)Centro Psique Terapia Cognitiva



Nos referimos al resumen “Cultivando la resiliencia deliberada durante la pandemia de la enfermedad por coronavirus 2019”, realizado sobre la base del artículo publicado por la revista Jama Pediatrics, el 14 de abril de 2020 cuya autora es la Dra. Abby R. Rosenberg. La autora plantea “la enfermedad coronavirus 2019 (COVID-19) está afectando el cuidado de la salud de nuestra comunidad, de una manera sin precedentes”. Preguntándose: ¿qué significa esta pandemia para nuestra resiliencia profesional? En el trabajo se fundamenta la importancia de la resiliencia en el ámbito de la salud, siendo una problemática actual de interés mundial que atañe fundamentalmente a los profesionales y organizaciones quienes se encargan de los pacientes en la pandemia. La autora identifica los recursos de resiliencia individuales, comunitarios
y existenciales de cada profesional, para aprovecharlos en post de su beneficio individual y comunitario. Formula una descripción del concepto de resiliencia, intentando resaltar su implicancia en los momentos críticos y su significado en la era del COVID-19.
Es esclarecedor el modo en que explica y ejemplifica los diferentes recursos que conforman la resiliencia. Por otro lado, la importancia que tiene trabajarla, para que los profesionales, comprendan la función que tiene cultivar la resiliencia para su bienestar individualy comunitario.
Sería interesante al hablar de resiliencia, considerar el síndrome de fatiga por compasión o desgaste, propuesto por Joinson (1992). Este síndrome hace alusión al padecer que sufren los profesionales de la salud al enfrentarse a incidentes críticos, como guerras, pandemias, terremotos, etc. El término ha evolucionado a lo largo de estos años. En este contexto de pandemia, no podemos dejar de preguntarnos si ¿tienen los médicos las herramientas para prevenir este síndrome a lo largo de su formación?, ¿existe algún programa de intervención -o prevención- para asumir este síndrome en momentos de crisis? Según Lynch y Lobo (2012), la fatiga por compasión se define como: “el estado de agotamiento y disfunción biológica, psicológica y social, resultado de la exposición prologada al estrés por compasión y todo lo que ello evoca”.
El síndrome de fatiga por compasión puede llevarnos a tener síntomas físicos: molestias estomacales, dificultades para dormir, trastornos alimentarios; síntomas emocionales: miedo, tristeza, enojo, sensación de impotencia, frustración, sentimientos de culpa, sentimiento de desesperanza; síntomas cognitivos: rumiación, necesidad de control, falta de concentración, dificultad para tomar decisiones; y conductuales: desorganización, insomnio, reducción de la competencia para establecer relaciones empáticas con los pacientes, rechazo para trabajar con determinados tipo de consultantes, aislamiento o evitación del contacto con los otros, bajo interés en el sexo, dificultad para separar el trabajo de su vida personal.
Respecto los síntomas cognitivos, un ejemplo de la rumiación es lo que plantean los profesionales de la salud: “es difícil evitar pensar en aquellos pacientes que evolucionaron mal, sin que vuelvan reiteradamente a nuestros pensamientos”. Otros de los síntomas cognitivos es la necesidad de control, la actividad asistencial es siempre cambiante, esta situación de falta de control y actuación sobre la marcha de su trabajo, está estrechamente vinculada con la experiencia de estrés (Mesa de la Torre et. Al., 2005).
Estos síntomas pueden conducir al deterioro en la relación con los pacientes y colegas, deshumanización de la práctica profesional, pérdida de bienestar psicológico y, en consecuencia, interferir en la calidad de la atención en salud (Klersy et al., 2007). En relación a las emociones, las personas que trabajan con pacientes de la pandemia, desarrollan un alto grado de contacto y sufrimiento con ellos, llegan a identificarse con sus estados emocionalesde miedo, angustia, sentimientos de soledad e incertidumbre. Para ayudar mejor a los pacientes que se encuentran frente a un evento crítico, es necesario ser empáticos, sincronizar con ellos. Aparecen emociones como miedo, frustración, entre otras que suelen estar desreguladas. Dall’Occhio (2018) refiere que es importante hacer un trabajo de reconocimiento de las emociones en el cuerpo para lograr etiquetarlas, e intentar hacer ejercicios para regularlas mejor.
El personal médico realiza un esfuerzo por regular las emociones socialmente aceptadas dentro de este contexto. Muchas veces dejan en segundo plano sus propias emociones, o aquellas que generan el evento crítico, a fin de abocarse de lleno a la necesidad del otro. Greenberg et al, (2012) postula que no expresar auténticamente sus emociones, genera un gran esfuerzo y desgaste emocional.
Acinas (2012) plantea que: “los pacientes que trabajan con personas que sufren deben combatir no sólo el estrés o la insatisfacción normal por el trabajo, sino también los sentimientos y emociones personales, que les produce su trabajo con el sufrimiento”.
La contracara del desgaste que los profesionales sufren a nivel emocional, es la “satisfacción por compasión” y se refiere a la recompensa positiva por cuidar (Smart, et al., 2014).
Nos parece adecuada la propuesta de la autora de fortalecer la resiliencia con la práctica. Por tal motivo, sería importante incorporar programas de prevención para el “síndrome de desgaste por empatía”, otorgándole la relevancia que merece. Son muy pocos los estudios y programas realizados a la fecha.
El objetivo del programa ofrecido consiste en ayudarles a que encuentren un equilibrio entre su profesión y los recursos al llegar a casa.
Es importante humanizar y desmitificar el trabajo de los profesionales de la salud. Al estrés habitual, se le suma el estrés laboral, y el estrés por emergencia. Esto los hace más vulnerables. Basándonos en las necesidades que la autora propone, formulamos el siguiente programa para acrecentar la resiliencia: - Psicoeducación: informar y capacitar sobre el síndrome -sintomatología, señales de alarma- y el modo de prevenirlo. Aportar herramientas emocionales para fortalecer y cuidarse frente a las pérdidas y situaciones de dolor y sufrimiento; psicoeducar en los conceptos de empatía y compasión.
-Trabajar en habilidades sociales: comunicación asertiva, solución de conflictos, uso del humor, trabajo en equipo.
-Entrenamiento en mindfulness: manejo del estrés. Implementar la importancia de practicar mindfulness con el fin de entrenar a los médicos en la atención presente en cada uno de sus espacios. Diferenciar su espacio laboral, del personal. Regular las emociones. Identificar recursos para fortalecer la resiliencia. Trabajar la compasión y el agradecimiento. Desarrollar habilidades metacognitivas, utilizando el observador imparcial que les permita encontrar una respuesta coherente que les de tranquilidad y calma frente a la adversidad.
- Actividades recreativas y lúdicas: hacer ejercicio en casa adaptado a la situación (con clases online), leer, bailar, jugar con los chicos. Trabajar sobre objetivos a corto y largo plazo.
- Contención familiar o social: mediante la técnica de ventilación, que puedan conversar de modo general, con el fin de contenerse, regular sus emociones, y ser comprendido por el otro, logrando continuar con la rutina diaria.
- Intercambio entre colegas con el objetivo de aliviar la carga emocional, intercambio de opiniones frente a casos difíciles, buscar el apoyo interdisciplinario. Con técnicas de defusing y de biefring creadas por Mitchell a finales de los años 70, son estrategiasde apoyo psicológico utilizadas para paliar y prevenir las consecuencias psicológicas de los incidentes críticos. El objetivo es proveer apoyo y compañerismo a los más afectados por el incidente.
-Importancia de los valores en el manejo del estrés: es tranquilizador saber qué valor nos va a dirigir y fortalecer en situaciones estresantes. Siendo éste fuente de energía para activar en cualquier momento (Dall’Occhio, 2018). Reconocer los valores, nos lleva a proponernos nuevos objetivos. Frente a un incidente crítico, resulta necesario plantearnos nuevas metas a corto y largo plazo.
Para concluir, cultivar resiliencia puede conducir a la mejoría en la salud mental, a profesionales más productivos, repercutiendo en una mejor salud para los pacientes.
En las instituciones de salud, es importante generar programas de prevención y diagnóstico temprano, donde se prepare anticipadamente a los profesionales con técnicas y estrategias para fortalecer la resiliencia individual, comunitaria y existencial.
Entrenarlos anticipadamente, así frente a un incidente crítico, les permitiría contar con losrecursos necesarios para cuidarse. Para lograr encontrar un espacio físico como temporal que permita la expresión genuina de las emociones.
Esfundamental realizar programas donde se brinde apoyo de regulación emocional, a fin de lograr una cultura sanitaria donde su lema sea: “cuidarse para cuidar”.
Copyright © SIIC, 2020 Bibliografía
Acinas, M.P. (2012). Burn-Out y Desgaste por Empati´a en profesionales de Cuidados Paliativos. Revista Digital de Medicina Psicosoma´tica y Psicoterapia de la Sociedad Espan~ola de Medicina Psicosoma´tica y Psicoterapia, 2, 4: 1-22.
Dall’Occhio, M. (2018). Emociones y Soluciones. Terapia de Activación Emocional EAT. Buenos Aires, Argentina: Editorial Akadia.
Figley, C. (2002). Compassion fatigue: psychotherapists’ chronic lack of selfcare. Journal of clinical psychology, 58(11), 1433-41.doi:10.1002/jclp.10090 Greenberg, L.S., Paivio, S.C. (2012). Trabajar con las EmocionesenPsicoterapia. España: Editorial Paidos.
Joinson, C. (1992). Coping with compassion fatigue. Nursing, 22 (4):116-120.
Klersy, C., Callegari, A., Martinelli, V., Vizzardi, V., Navino, C., Malberti, F., Tarchini, R., Montagna, G., Guastoni, C., Bellazzi, R., Rampino, T., David, S., Barbieri, C., Dal Canton, A. y Politi, P. (2007). Burnout in health care providers of dialysis service in Northern Italy - A multicentre study. Nephrology Dialysis Transplantation, 22: 2283–2290.
Mesa de la Torre, E., Ga´lvez, A., Calvo, M.A., Va´zquez, M.D., Castilla, R y Luque, A. (2005). Valoracio´n del riesgo psicosocial en las enfermeras de nefrologi´a de los hospitales de Sevilla. Revista de la Sociedad Espan~ola de Enfermeri´a Nefrolo´gica, 8 (4): 266/271. Lynch, S. H., & Lobo, M. L. (2012). Compassion fatigue in family caregivers: a Wilsonian concept analysis. Journal of Advanced Nursing, 68(9), 2125–34.
Rosemberg, A. (2020). Cultivanting Deliberate Resilience During the Coronavirus Disease 2019 Pandemic. JAMA Pediatr. Publicado en línea el 14 de abril de 2020. doi: 10.1001 / jamapediatrics.2020.1436.
Smart, D., English, A., James, J., Wilson, M., Daratha, K. B., Childers, B., & Magera, C. (2014). Compassion fatigue and satisfaction: A cross-sectional survey among US healthcare workers. Nursing & Health Sciences, 16(1), 3-10. doi:10.1111/nhs.12068

Palabras Clave
Especialidades
I.gif   SM.gif         AP.gif   EdM.gif   En.gif   Ge.gif   MF.gif   MI.gif   P.gif   SP.gif   
Informe
Autor del informe original
SK Brooks
Institución: King’s College London,
Londres Reino Unido

Impacto Psicológico de la Cuarentena
Esta revisión indica que la cuarentena se asocia con frecuencia con efectos psicológicos negativos.


Publicación en siicsalud
http://www.siicsalud.com/des/resiiccompleto.php/163312


Comentario
Autor del comentario
Olga Stella Díaz Usme 
Directora, Universidad El Bosque, Bogotá, Colombia


El resumen “El impacto psicológico de la cuarentena y cómo reducirlo: una revisión rápida de la evidencia” título original The psychological impact of quarantine and how to reduce it: rapid review of th evidence (The Lancet Vol 395, issue 10227, P912-920, Mar 14, 2020) sintetiza y analiza la evidencia de 24 artículos originales, relacionados con el tema, recuperados y seleccionados de bases de datos.
Llama la atención en primer lugar, como lo evidencian los autores, el uso indiferenciado de los términos cuarentena y aislamiento; siendo necesario, en pro mayor claridad en la información que se brinda a la comunidad, no solo hacer evidente la diferencia entre ellos sino también utilizarlos de manera precisa. Sin embargo, es pertinente que a futuro los estudios incluyan la
categoría “distanciamiento social” y “distanciamiento emocional” pues en la condición derivada de la pandemia por COVID-19 coexisten estas tres modalidades. Es de prever que estos podrían instaurarse en las comunidades como una expresión de asimetría e inequidad social, que acentúa los fenómenos de exclusión y xenobofía, legitiman y originan categorías estigmatizantes, no sólo para quienes han sido diagnosticados con la enfermedad sino también para sus familias, el personal de salud que brinda atención, la red de servicios que en razón a su trabajo tiene contacto con la población en general: conductores, cajeros en supermercados, repartidores de domicilios, etc.
Superada esta reflexión y retomando el propósito del artículo, se hace referencia a las acciones a desarrollar con el propósito de atenuar el impacto psicológico de la cuarentena. Si bien es evidenteque los estudios identifican que, sobre el grupo de trabajadores en salud, que experimentaron cuarentena, recaen las mayores consecuencias también se identifica que de una parte no es posible plantear relaciones directas, unicausales y de otra que las consecuencias pueden ser diversas y perdurar en el tiempo; conclusiones que ponen de manifiesto la necesidad de incorporar en los protocolos de atención acciones de protección entre ellas estrategias de debriefing psicológico que además de posibilitar la expresión de emociones y pensamientos favorezcan reconocer, aceptar y redireccionar estrategias de afrontamiento como el distanciamiento y la negación que si bien tienen un efecto protector su mantenimiento en el tiempo se asocia a alteraciones de la salud mental entre ellas depresión, ansiedad, agotamiento y tendencia al asilamiento.
En la síntesis de los factores identificados como estresores durante la cuarentena, se señala que una duración mayor a diez días se asocia con la aparición de estrés postraumático; no se describen los efectos que genera la prolongación de la misma y se hace necesario indagar sobre el impacto de la incertidumbre frente al levantamiento de la misma en la salud mental o del incremento de la restricción del contacto. Si bien es cierto se hace referencia a la frustración derivada de la restricción en la rutina cotidiana, es necesario analizar el efecto que genera el ver interrumpido el proyecto de vida o enfrentar la frustración en deportistas, artistas y personas que durante largos periodos se preparan para llevar a cabo una actividad que puede definir su futuro personal y profesional. Los aspectos mencionados y otros que señala el documento son de importancia central, sin embargo, quisiera llamar la atención sobre el rol de los medios y la calidad de la información que se brinda a la comunidad. Como bien lo señalan los autores, la información clara, pertinente y de calidad en los diferentes momentos no solo favorece el establecimiento de prácticas de protección y cuidado basadas en evidencia, sino también, minimiza la implementación de prácticas de riesgo, la percepción de incertidumbre y atenúa la presencia de prejuicios que sirven de soporte al estigma, en cualquiera de sus expresiones. Es importante considerar que los niveles de incertidumbre a medida que avanza la pandemia se incrementan y que con la tendencia al retorno a las actividades aparecen nuevos generadores de ansiedad sobre los que el acceso a información de calidad cumple un papel fundamental. A nivel de salud mental comunitaria es importante que el sector salud lidere el desarrollo de estrategias articuladas a nivel transectorial en las que se incorpore tanto la respuesta individual, como los determinantes sociales asociados a la misma, las trayectorias del curso de vida, la identificación de las dinámicas relacionales del individuo, sus redes de apoyo y su entorno así como el acceso a servicios e iniciativas de soporte institucional y gubernamental en diferentes niveles.
En síntesis, la revisión evidencia que a la par de las medidas de contención de propagación del COVID-19 deben implementarse en la comunidad estrategias que desde el reconocimiento y normalización de la respuesta en crisis como “normal ante una situación anormal” se aproximen a su identificación, análisis y comprensión.
Copyright © SIIC, 2020

Palabras Clave
cuarentena, aislamiento del paciente, desenlaces psicológicos, impacto psicológico, brote de enfermedad por coronavirus 2019
Especialidades
I.gif   SM.gif         AP.gif   Ep.gif   Ge.gif   MF.gif   MI.gif   P.gif   SP.gif   
Informe
Autor del informe original
A Tagarro
Institución: Hospital Infanta Sofía de San Sebastián de los Reyes,
Madrid España

Enfermedad por Coronavirus 2019 (COVID-19) en Niños
Durante las dos primeras semanas de la epidemia de COVID-19 en Madrid, el 60% de los niños con infección confirmada (25 de 41) debieron ser internados y 4 de 41 (9.7%) requirieron internación en unidades de cuidados intensivos pediátricos; estos 4 pacientes necesitaron asistencia ventilatoria (sólo uno de los 4 enfermos [25%] tenía enfermedad respiratoria subyacente).


Publicación en siicsalud
http://www.siicsalud.com/des/resiiccompleto.php/163340


Comentario
Autor del comentario
Nadia Laura Belloni 
Docente, Universidad Nacional de Rosario, Rosario, Argentina


La pandemia causada por el coronavirus 2019 (COVID-19) se ha mostrado única por su capacidad de diseminación en un mundo globalizado. Actualmente es un problema de salud pública mundial, y en Argentina es un tema prioritario en la agenda sanitaria. Los autores realizaron un análisis de la información para los casos confirmados de COVID-19 en pacientes pediátricos en Madrid, España, durante las dos primeras semanas de la epidemia y describieron la gravedad de la enfermedad en dicha población. Los primeros casos en España, se comunicaron el 31 de enero 2020, y en Madrid el 27 de febrero 2020. En las últimas semanas la pandemia ha alcanzado nuestras latitudes, registrándose el primer caso confirmado en Argentina el 3 de marzo
2020, 32 días después que en España y el primer caso confirmado en Rosario (provincia de Santa Fe) el 14 de marzo 2020, 16 días posteriores a Madrid.
Los autores analizaron el registro de casos estudiados entre el 2 y 16 de marzo de 2020 en 30 hospitales de segundo y tercer nivel en Madrid. Se siguieron los lineamientos de la Spanish Public Health Recommendations para protocolizar los criterios de atención, internación y abordaje de los pacientes con signo-sintomatología sospechosa de COVID-19. También se analizaron los riesgos atribuibles a las comorbilidades, en caso de presentarlas. El diagnóstico se confirmó con reacción en cadena de polimerasa con trasncriptasa reversa (RT- PCR) en tiempo real, determinación que cuenta con una especificidad del 95% y una sensibilidad de entre el 32% al 63% según distintos reportes. Se testearon 365 pacientes pediátricos. Hacia finales de la segunda semana, 0.8% de los pacientes confirmados eran menores de 18 años. La mediana de edad de los pacientes estudiados fue de 3 años, en tanto la mediana de edad de los casos confirmados fue de 1 año. De los pacientes confirmados, el 60% ingresaron a internación, de ellos un 9,7 % en Unidades de Cuidados Intensivos Pediátricos, requiriendo asistencia ventilatoria. El 25% de estos pacientes tenían comorbilidades asociadas, tratándose de sibilancias recurrentes. No se registraron fallecimientos. Como manifestaciones clínicas iníciales se describieron: síntomas respiratorios de vía aérea superior (34%), fiebre de origen desconocido( 27%), neumonía de tipo viral(15%), bronquiolitis (12%), gastroenteritis o vómitos ( 5%), neumonía de tipo bacteriano (5%) y exacerbación asmática (2%). En un 5% de los pacientes se comprobó coinfección con virus de influenza B.
Los resultados obtenidos en este trabajo coinciden con publicaciones previas, en el bajo porcentaje de pacientes afectados menores de 19 años.
En Madrid, el 60% de los pacientes confirmados requirieron hospitalización por presentar formas graves de la enfermedad (hipoxia con porcentaje de saturación de oxígeno menor a 92%) mientras que en China, sólo el 2,8% de los niños confirmados fueron internados. Los autores atribuyeron el alto porcentaje de internaciones en Madrid a la cantidad de pacientes testeados en una primera etapa en España, ya que inicialmente solamente los niños en contacto con pacientes COVID-19 confirmados eran sometidos al test. Este criterio se modificó rápidamente cuando Madrid se declaró área de transmisión comunitaria del virus, momento a partir del cual la indicación para testear a pacientes pediátricos incluyó pacientes hospitalizados, con comorbilidades o riesgo de complicaciones. Los autores concluyeron que el porcentaje de niños con COVID-19 confirmado fue del 11%, pudiendo presentar formas graves algunos de ellos. Se reconocieron las limitaciones relacionadas con la sensibilidad del test, debido a eso sugirieron que el número de pacientes pediátricos infectados pudo haber sido mayor. Resaltaron la necesidad de mayor casuística para poder conocer con precisión las características clínicas y el pronóstico del COVID-19 en pediatría. Toda la evidencia científica producida con la información recabada en los sitios donde se generó y propagó inicialmente la epidemia es de suma importancia para ser considerada al momento de elaborar estrategias y políticas de salud pública para afrontar la pandemia en Argentina. Copyright © SIIC, 2020

Palabras Clave
rastreo, gravedad, enfermedad por coronavirus 2019, COVID-19, niños
Especialidades
I.gif   P.gif         AP.gif   EdM.gif   Ep.gif   MF.gif   MI.gif   N.gif   
Informe
Autor del informe original
A Tagarro
Institución: Hospital Infanta Sofía de San Sebastián de los Reyes,
Madrid España

Enfermedad por Coronavirus 2019 (COVID-19) en Niños
Durante las dos primeras semanas de la epidemia de COVID-19 en Madrid, el 60% de los niños con infección confirmada (25 de 41) debieron ser internados y 4 de 41 (9.7%) requirieron internación en unidades de cuidados intensivos pediátricos; estos 4 pacientes necesitaron asistencia ventilatoria (sólo uno de los 4 enfermos [25%] tenía enfermedad respiratoria subyacente).


Publicación en siicsalud
http://www.siicsalud.com/des/resiiccompleto.php/163340


Comentario
Autor del comentario
Elizabeth Yamila Sapia 
Hospital de Niños Dr. Ricardo Gutiérrez, Ciudad de Buenos Aires, Argentina


En el contexto de la pandemia por coronavirus se realizó un estudio descriptivo multicéntrico en la población pediátrica, durante la primera quincena de marzo y participaron 30 hospitales de nivel secundario y terciario de la ciudad de Madrid, España.
El objetivo del estudio fue determinar la proporción de pacientes confirmados con coronavirus en relación al total de pacientes estudiados, así como la gravedad de la enfermedad en niños.
Se pesquisaron los pacientes según las recomendaciones de Salud Pública española. Se incluyeron los pacientes con enfermedad sintomática con criterio de internación, así como aquellos con signos y síntomas compatibles con COVID-19 con riesgo de complicaciones por su enfermedad de base. El método diagnóstico empleado para detectar COVID-19 fue la reacción en cadena de la polimerasa en
tiempo real (RT-PCR).
Se incluyeron 365 pacientes pediátricos (0 a 15 años) de los cuales 41 pacientes (11,2%) tuvieron resultado para coronavirus positivo sobre un total de 4695 casos confirmados (0,8%).
El 60% fue hospitalizado y el 10% ingresó a unidad de terapia intensiva pediátrica para asistencia respiratoria (1 paciente requirió asistencia respiratoria mecánica, 1 ventilación de alto flujo y 2 pacientes ventilación no invasiva).
El promedio de edad de los pacientes fue de un año. Ningún paciente falleció. Los diagnósticos que presentaron fueron: infección de vías aéreas superiores en el 34%; fiebre sin foco en el 27%; neumonía viral en el 15%; bronquiolitis en el 12%; gastroenteritis o vómitos en el 5%; neumonía bacteriana en el 5% y crisis asmática en el 2%. Dos pacientes (5%) tuvieron coinfección con virus influenza B. Los resultados del estudio coinciden con los trabajos ya publicados que describen el 2% de los enfermos son menores de 19 años. Llama la atención el alto porcentaje de internación en las infecciones confirmadas, se podría justificar porque inicialmente sólo se estudiaba a los niños con contacto con una persona con COVID-19 pero luego Madrid fue declarada ciudad de transmisión comunitaria para el virus y la recomendación fue estudiar sólo a los niños internados con síntomas y signos de COVID-19 o pacientes con comorbilidades y riesgo de complicaciones. Por lo tanto los resultados pueden estar sesgados a una población con manifestaciones moderadas a severas de la enfermedad.
Interesante es destacar las limitaciones del trabajo, los autores hacen referencia a la sensibilidad del método diagnóstico para el hisopado nasal y faríngeo tiene una sensibilidad entre el 32 al 63%.
Las infecciones en niños inician precozmente en la epidemia por COVID-19. La relación entre pacientes confirmados y aquellos con síntomas compatibles fue del 11%. La enfermedad por coronavirus en niños puede presentarse en forma grave y requerir el ingreso a unidad de cuidados intensivos pediátrico o el uso de ventilación de alto flujo.
Copyright © SIIC, 2020

Palabras Clave
rastreo, gravedad, enfermedad por coronavirus 2019, COVID-19, niños
Especialidades
I.gif   P.gif         AP.gif   EdM.gif   Ep.gif   MF.gif   MI.gif   N.gif   
ua81618