Programa Actualización Científica sin Exclusiones (ACisE)

Informes comentados

dispuestos por fecha de ingreso a SIIC

Informe
Autor del informe original
DR Lakkireddy
Institución: Kansas City Heart Rhythm Institute & Research Foundation,
Kansas City EE.UU.

Repercusión de la Pandemia por COVID-19 en la Electrofisiología
Se describe el impacto del COVID-19 sobre las arritmias cardíacas y se proporciona orientación para el abordaje de procedimientos electrofisiológicos, visitas y control de dispositivos.

Publicación en siicsalud
https://www.siicsalud.com/des/resiiccompleto.php/163341

Comentario
Autor del informe
Luz Gracia Don 
Hospital San Martín, Paraná, Argentina


La pandemia relacionada con este nuevo coronavirus que provoca la enfermedad conocida como SARS-CoV-2, tiene una alta contagiosidad y por esto ha encendido la alarma a nivel mundial, donde los casos y los muertos ascienden día tras día. Desde que comenzó a principios de diciembre del 2019 es mucho lo que hemos aprendido, pero mucho más lo que desconocemos y la verdad de hoy resulta el desacierto de mañana.
Del total de casos el 15 al 20% presentan enfermedad que requiere internación y el 5% requiere cuidados críticos. La afectación cardiovascular es frecuente produciendo miocarditis y arritmias estas se dan hasta en un 44% de los pacientes internados en la Unidad de Terapia Intensiva (UTI), por lo cual los electrofisiólogos son muy requeridos.
La posibilidad
de contagiarse para el personal de salud es muy alta por lo que es sumamente importante tener en cuenta las medidas de cuidado, como la utilización del equipo de protección personal, con barbijo del tipo N95, máscara facial o gafas, en particular cuando se deben realizar maniobras que requieren manejo de la vía aérea lo que aumenta notoriamente las posibilidades de aerolización y por lo tanto de contagio. En el artículo se mencionan en forma detallada los procedimientos que requieren la intervención de los especialistas en electrofisiología y el grado de urgencia de estos, pero aún en los más urgentes como el paro cardiorrespiratorio requieren un esmerado cuidado en las medidas de protección para el personal sanitario.
Por último, hace referencia a las complicaciones eléctricas relacionadas con la medicación utilizada, como por ejemplo los antipalúdicos como la hidroxicloroquina que tiende a prologar el QT y favorecer la presencia de torsión de punta, en especial para los pacientes que tienen QT prolongado congénito, o adquirido, por trastornos electrolíticos como la hipopotasemia o la hipomagnesemia, o el uso concomitante de otras drogas que también lo prolongan y que también se utilizan en estos pacientes como la azitromicina, y los medicamentos para analgesia y sedación en los pacientes que requieren asistencia respiratoria mecánica.
Por lo que la intervención del cardiólogo clínico en general y la del subespecialista en electrofisiología tienen una importancia fundamental.
La disponibilidad de la telemedicina es un avance de vital importancia para proteger a los profesionales permitiendo la participación médica reduciendo la posibilidad de contagio.
Como corolario este artículo nos alerta sobre la importancia de que el paciente se sienta asistido, que el profesional lo acompañe es crítico en la evolución de este, pero al mismo tiempo nos recalca que es imprescindible tomar los recaudos necesarios para evitar contagiarnos.
Copyright © SIIC, 2020

Especialidades
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Informe
Autor del informe original
C Calvo
Institución: Sociedad Española de Infectología Pediátrica,
España

Recomendaciones de la Asociación Española de Pediatría sobre COVID-19
En esta reseña, se analizan las características de los coronavirus humanos, específicamente el SARS-CoV2, la epidemiología, el diagnóstico microbiológico, el cuadro clínico y las recomendaciones, basadas en la evidencia, elaboradas por un grupo de trabajo de la Asociación Española de Pediatría..

Publicación en siicsalud
https://www.siicsalud.com/des/resiiccompleto.php/163284

Comentario
Autor del informe
Patricio Herrera 
Director Médico, A&M Salud Infantil, Quito, Ecuador


La Organización Mundial de la Salud (OMS) reporta en Wuhan, China (31 de Diciembre de 2019) por primera vez un brote de COVID-19. Una enfermedad nueva, un cuadro clínico variable, tratamiento desconocido, sin vacunas; sistemas de salud tradicionales poco o nada preparados, un nuevo reto para la humanidad.
La OMS informa que la mayori´a de las personas con COVID-19 solo presentan un cuadro leve o sin complicaciones; aproximadamente el 14% acaba presentando un cuadro grave que requiere hospitalizacio´n y oxigenoterapia, y el 5% tiene que ser ingresado en una unidad de cuidados intensivos. En los casos graves, la COVID-19 puede complicarse por si´ndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA), septicemia y choque septice´mico, y fallo multiorga´nico (en particular lesiones renales y cardi´acas agudas). Existen pocos
datos sobre la presentacio´n cli´nica de la COVID-19 en grupos poblacionales especi´ficos, como nin~os y embarazadas. En los nin~os con COVID-19, los si´ntomas suelen ser menos graves que en los adultos y la enfermedad cursa principalmente con tos y fiebre, habie´ndose observado casos de coinfeccio´n. Se han notificado relativamente pocos casos de menores de un an~o con COVID-19, que presentaron cuadros leves. En la actualidad no se conocen diferencias entre las manifestaciones cli´nicas de la COVID-19 en las mujeres embarazadas y las que aparecen en las mujeres no embarazadas y, en general, en el conjunto de adultos en edad reproductiva. Las embarazadas o pue´rperas con sospecha o confirmacio´n de COVID-19 deben recibir los tratamientos sintoma´ticos y de soporte vital descritos ma´s adelante teniendo en cuenta los cambios inmunitarios y fisiolo´gicos que tienen lugar durante el embarazo y el puerperio. Esto es sólo un ejemplo de las directrices que cada vez van apareciendo con respecto a esta nueva enfermedad, y poco a poco nos vamos acercando a una vacuna.
Hoy vamos a hablar, no de lo que hacemos los profesionales de salud en A&M Salud Infantil (Centro privado ambulatorio de especialidades Pediátricas en Ecuador), sino de cómo esto nos ha afectado a los profesionales y sobre todo como a afectado a esos verdaderos protagonistas de la historia en el mundo, aquellos que llevarán al hombro la nueva sociedad posterior a la pandemia, nuestros niños.
En Ecuador todo empezó súbitamente. Un día llegué a casa y mi hijo estaba emocionado: “Papá desde mañana no hay clases”. Se podía ver la emoción que sentía, la inocencia y la ternura se personificaron para mí, él no sabe la gravedad de la situación, las redes sociales lo mantenían informado de un virus, de una enfermedad en China, por ahora no ir a clases nos va a ayudar a no contagiarnos, pero no sabía que era sólo el principio.
El COVID-19, como lo llamaron, empezó y se propagó tan rápido que se produjo una pandemia y ahora todos estábamos en casa encerrados en familia. Veía la felicidad en mis hijos, pero ellos no entendían aún que acabamos de perder lo más importante en la vida de los seres humanos: nuestra libertad de interactuar personalmente, de abrazar de acariciar, de besar, la libertad física (pues cuando éramos niños nos encerraban en la habitación como castigo, y a los adultos cuando cometen algún delito los encierran, han perdido su libertad).
Han pasado dos semanas y mis hijos reciben clases por internet. Ya no están felices, empiezan a sentir su aislamiento social, están notando que han perdido su libertad, tienen muchísima información (hay enfermos, hay muertos). Ya hay familiares de amigos enfermos; entienden y aceptan que el encierro es una opción, la más importante para no infectarnos.
Ha pasado un mes y mis hijos se ven aparentemente alegres… ¿Pero será verdad? Mi hijo varón justo estaba por graduarse del colegio, un año atrás planificaron la fiesta y tenían todo listo. ¿Será que se adaptan más fácilmente que nosotros, los adultos? ¿Podemos los adultos tener esa flexibilidad y resignación? Mi hija debía realizar una rotación de verano fuera del país. Se había esforzado mucho, obtuvo las mejores calificaciones en la Universidad los últimos dos semestres, se preparó y lo logró. Estaba tan feliz… sin embargo, ¡Oh sorpresa! Se suspendió su rotación. Pero hoy ya la veo alegre, entiende que quedarse en casa es la mejor manera de prevenir ésta catástrofe de salud.
Hemos visto una crisis de salud mundial, ningún país estuvo preparado, pero nos afectó a todos por igual. Hemos tenido que actuar primordialmente bajo las premisas de nuestros instintos. Los médicos, con la poca evidencia publicada hasta ese momento, luchan en los hospitales por combatir una guerra contra un enemigo desconocido. Pero nuestros hijos sólo piensan que es parte de una nueva forma de crecimiento, ellos son los que llamamos millenials, la generación Z. La naturaleza ya los venía preparando y hoy están realizando sus exámenes para la naturaleza, estaban listos, dominan las tecnologías de información y se adaptan fácilmente.
Hoy las organizaciones de derechos humanos, de derechos de los niños y de expertos en la enseñanza se muestran preocupados porque alguien más haga un trabajo con los niños, pero quizá ni siquiera han visto un niño en confinamiento: ellos no necesitan que éste sea un tema político o una política de sociedad. Ellos ya están viviendo una realidad y están aprendiendo cosas nuevas: están en casa con sus padres o familiares más cercanos. La naturaleza nos ha dado la oportunidad de verlos de cerca, de aprender de ellos y nosotros los padres y pediatras tenemos la obligación de acompañarlos en esta fase de aprendizaje.
El mundo ya no es el mismo y los niños entienden esto. El gran reto es para nosotros, no nos tomemos de las manos, no nos abracemos, no más besos; pero si, más comprensión, más paciencia, en definitiva más amor con ellos.
A mis hijos, a mis pacientes, a los hijos de mis amigos, a los hijos de mis familiares, a los hijos del mundo entero, a esos héroes que tendrán que recuperar el mundo para cuando nosotros ya no podamos luchar por él, a ellos va esta carta. Copyright © SIIC, 2020

Palabras Clave
coronavirus, SARS-CoV-2
Especialidades
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Informe
Autor del informe original
WHO/2019-nCoV/Community_Actions
Institución: World Health Organization,
Ginebra Suiza

La Preparación y las Acciones de Respuesta para Diferentes Escenarios de Transmisión de COVID-19
Todos los países deberían incrementar su nivel de preparación y respuesta para identificar y tratar casos nuevos de enfermedad por coronavirus 2019.

Publicación en siicsalud
https://www.siicsalud.com/des/resiiccompleto.php/163323

Comentario
Autor del informe
Silvia González Ayala 
Profesora Titular, Universidad Nacional de La Plata (UNLP), La Plata, Argentina



La Organización Mundial de la Salud (OMS) planteó, con posterioridad a la Declaración de la Emergencia Internacional en Salud el 30 enero 2020, diferentes escenarios ante la expansión de COVID-19. Los objetivos en todos son: prevenir epidemias, enlentecer/interrumpir la circulación de SARS-CoV-2, brindar atención médica de calidad y minimizar el impacto de la epidemia en la economía, los sistemas de salud y la asistencia social. La interrupción de la circulación de un virus respiratorio emergente es un objetivo utópico inicialmente.
La diseminación de la infección, relacionada con la variable transmisibilidad (R0: 1,8 – 3,8), tiene una dinámica particular unida a la no disponibilidad de tratamiento específico ni otra posibilidad de prevención que no sea a través de las medidas higiénicas y la distancia entre
personas (similares a las adoptadas durante la pandemia de influenza 1918-1919). Por ello, el 13 abril 2020 (a 32 días de la declaración de la pandemia), se ha superado el número total de casos confirmados y muertos de la última pandemia de influenza en 14 meses de evolución (11 junio 2009 - 10 agosto 2010).
La primera definición de caso limitó el muestreo para el diagnóstico etiológico. Fueron factores coadyuvantes, la escasa disponibilidad de pruebas diagnósticas, la variación en su sensibilidad así como también descartar el caso sospechoso con el resultado de una sola muestra respiratoria negativa para SARS-CoV-2. Esto facilitó el escape y también la presentación de casos en el equipo de salud.
No se consideró adecuadamente como transmisor a la persona asintomática/oligosintomática y se recomendó una distancia entre personas de 1 m basado en la transmisión por gota. Esta distancia se mantiene mientras que, lo indicado por los Centros de Prevención y Control de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC), desde el inicio fue de 2m (30 pies). En la OMS no se valoró la experiencia acumulada durante las epidemias focalizadas/extendidas de SARS-CoV durante 2002 – 2003 referida a la transmisión por microgota.
Otro aspecto a considerar es la recomendación de uso del equipo de protección personal para los miembros del equipo de salud. Se desaconsejó la utilización del mameluco (pieza entera con protección de la cabeza) como en el manejo de los casos de Ébola. Sin embargo, aquellos centros que lo utilizaron junto con la protección facial con gafas y protector y las medidas de aislamiento estricto de los casos en el establecimiento de salud, no tuvieron casos de infección por SARS-CoV-2 asociada al cuidado de la salud.
No se recomendó la utilización universal de tapabocas en el exterior de las viviendas a pesar de los fundamentos y se sostuvo durante semanas.
Los países aplicaron medidas sanitarias adicionales ante la introducción de la infección por viajeros, que resultaron en la práctica en trabas significativas y cese del tráfico internacional (impedir la circulación: entrada o la salida de viajeros internacionales o en el propio país, equipajes, cargas, contenedores, medios de transporte, mercancías, etc.) e informaron a la OMS, según lo establecido en el artículo 43 del Reglamento Sanitario Internacional. No hay antecedente de medidas de esta magnitud en la historia contemporánea con miles de millones de personas en confinamiento social en los distintos países y la disminución y suspensión del transporte.
El pronóstico evolutivo es incierto debido al bajo porcentaje de la población que ha estado expuesta al virus, el desconocimiento acabado de la fisiopatogenia y la calidad de la respuesta inmune, el no establecimiento aún de relaciones entre los virus causales de enfermedad en determinadas poblaciones, las variantes virales (clados) y las formas clínicas de presentación.
El esfuerzo mundial está dirigido al logro de drogas para el tratamiento específico y el desarrollo de vacunas.
Copyright © SIIC, 2020

Palabras Clave
COVID-19, Organización Mundial de la Salud, preparación crítica, pacientes gravemente enfermos, plan de respuesta
Especialidades
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Informe
Autor del informe original
A Tagarro
Institución: Hospital Infanta Sofía de San Sebastián de los Reyes,
Madrid España

Enfermedad por Coronavirus 2019 (COVID-19) en Niños
Durante las dos primeras semanas de la epidemia de COVID-19 en Madrid, el 60% de los niños con infección confirmada (25 de 41) debieron ser internados y 4 de 41 (9.7%) requirieron internación en unidades de cuidados intensivos pediátricos; estos 4 pacientes necesitaron asistencia ventilatoria (sólo uno de los 4 enfermos [25%] tenía enfermedad respiratoria subyacente).

Publicación en siicsalud
https://www.siicsalud.com/des/resiiccompleto.php/163340

Comentario
Autor del informe
Yanina Susana Ameruso 
Hospital Municipal Eva Perón, Merlo, Argentina


En la carta Screening and Severity of Coronavirus Disease 2019 (COVID-19) in Children in Madrid, Spain publicada en JAMA Pediatrics en abril 2020, se hace énfasis sobre la detección y gravedad de la enfermedad por COVID-19 en niños, en Madrid. En correlación con lo que se pretende transmitir, el estudio utiliza un método de estudio descriptivo, el cual enmarca cómo se distribuye una enfermedad o evento en una población, en un lugar y durante un período de tiempo determinado; cuál es su frecuencia y cuáles son los determinantes o factores con ella asociados.
Los objetivos de un estudio descriptivo, a su vez pueden ser tanto, identificar casos de enfermedad, estimar su frecuencia y examinar tendencias de la población, estadística según las variables de estudio; como justificar estudios
analíticos para probar hipótesis específicas. Otro tipo de objetivo de los estudios del tipo descriptivo es que el lector obtenga una imagen exacta de la realidad que estamos transmitiendo, en palabras. Este informe es un estudio descriptivo de serie de casos transversal, diseñado para medir la prevalencia de una exposición y/o resultado en una población definida y en un punto específico de tiempo. Resulta útil para evaluar las necesidades del cuidado de la salud y para el planeamiento de la provisión de un servicio, así como también pueden usarse para evaluar el impacto de medidas preventivas dirigidas a reducir la carga de una enfermedad en una población. A través de ellos se puede determinar la carga de condiciones específicas para planear servicios de prevención y tratamiento.
Se destaca la mención acerca de ¨la cuestión clave con respecto al alto porcentaje de admisiones es el número de niños examinados¨. La RT-PCR real time es el método de primera línea para diagnosticar COVID-19 recomendado por la OMS. Se realiza a partir de muestras tomadas de secreciones respiratorias, como hisopado, aspirado traqueal, muestra de esputo y lavado bronquial. Presenta una elevada especificidad para COVID-19; aunque su sensibilidad y valor predictivo negativo son elevados, no son del 100%, por lo que un resultado negativo ante un paciente con elevada sospecha clínica y epidemiológica, debe repetirse. Por lo cual es coincidente que hayan aumentado los testeos, y por ende, los ingresos. Para concluir, considero relevante la metodología del estudio, que si bien no es una metodología que involucra seguimiento de pacientes, frecuentemente proveen información que ayuda a generar hipótesis sobre las posibles causas de un resultado o son el primer paso para otros estudios. Pero también hay que tener en cuenta que éste tipo de estudios está influenciado por, la ocurrencia de nuevos casos y la duración de cada caso. Por lo tanto es difícil interpretar estudios comparativos de la prevalencia de una misma enfermedad en ambientes diferentes o en momentos distintos. Puede existir distinto acceso a un tratamiento adecuado y por lo tanto ser diferente la supervivencia. Mayor prevalencia no implica necesariamente mayor cantidad de nuevos casos. Aliento a los investigadores a continuar con su recopilación de datos para aumentar la muestra de pacientes para que el estudio sea más representativo. Por otro lado, se resalta la importancia de los testeos (y su repetición en caso de ser negativo, sobre todo ante la fuerte sospecha clínica) a todo paciente sospechoso y de riesgo a fin de lograr un diagnóstico oportuno y un tratamiento precoz. Copyright © SIIC, 2020

Palabras Clave
rastreo, gravedad, enfermedad por coronavirus 2019, COVID-19, niños
Especialidades
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Informe
Autor del informe original
AR Rosenberg
Institución: Seattle Children’s Research Institute,
Seattle EE.UU.

Resiliencia durante la Pandemia de la Enfermedad por Coronavirus 2019
Se presentan las reflexiones de una oncóloga pediátrica sobre la resiliencia profesional en el marco de la pandemia por enfermedad por coronavirus.

Publicación en siicsalud
https://www.siicsalud.com/des/resiiccompleto.php/163364

Comentario
Autor del informe
Isabel Gómez Echeverry(1) Melisa Etchebehere(2)  

(1) Centro Psique Terapia Cognitiva, Ciudad de Buenos Aires, Argentina
(2) Centro Psique Terapia Cognitiva, Ciudad de Buenos Aires, Argentina



Nos referimos al resumen “Cultivando la resiliencia deliberada durante la pandemia de la enfermedad por coronavirus 2019”, realizado sobre la base del artículo publicado por la revista Jama Pediatrics, el 14 de abril de 2020 cuya autora es la Dra. Abby R. Rosenberg. La autora plantea “la enfermedad coronavirus 2019 (COVID-19) está afectando el cuidado de la salud de nuestra comunidad, de una manera sin precedentes”. Preguntándose: ¿qué significa esta pandemia para nuestra resiliencia profesional? En el trabajo se fundamenta la importancia de la resiliencia en el ámbito de la salud, siendo una problemática actual de interés mundial que atañe fundamentalmente a los profesionales y organizaciones quienes se encargan de los pacientes en la pandemia. La autora identifica los recursos de resiliencia individuales, comunitarios
y existenciales de cada profesional, para aprovecharlos en post de su beneficio individual y comunitario. Formula una descripción del concepto de resiliencia, intentando resaltar su implicancia en los momentos críticos y su significado en la era del COVID-19.
Es esclarecedor el modo en que explica y ejemplifica los diferentes recursos que conforman la resiliencia. Por otro lado, la importancia que tiene trabajarla, para que los profesionales, comprendan la función que tiene cultivar la resiliencia para su bienestar individualy comunitario.
Sería interesante al hablar de resiliencia, considerar el síndrome de fatiga por compasión o desgaste, propuesto por Joinson (1992). Este síndrome hace alusión al padecer que sufren los profesionales de la salud al enfrentarse a incidentes críticos, como guerras, pandemias, terremotos, etc. El término ha evolucionado a lo largo de estos años. En este contexto de pandemia, no podemos dejar de preguntarnos si ¿tienen los médicos las herramientas para prevenir este síndrome a lo largo de su formación?, ¿existe algún programa de intervención -o prevención- para asumir este síndrome en momentos de crisis? Según Lynch y Lobo (2012), la fatiga por compasión se define como: “el estado de agotamiento y disfunción biológica, psicológica y social, resultado de la exposición prologada al estrés por compasión y todo lo que ello evoca”.
El síndrome de fatiga por compasión puede llevarnos a tener síntomas físicos: molestias estomacales, dificultades para dormir, trastornos alimentarios; síntomas emocionales: miedo, tristeza, enojo, sensación de impotencia, frustración, sentimientos de culpa, sentimiento de desesperanza; síntomas cognitivos: rumiación, necesidad de control, falta de concentración, dificultad para tomar decisiones; y conductuales: desorganización, insomnio, reducción de la competencia para establecer relaciones empáticas con los pacientes, rechazo para trabajar con determinados tipo de consultantes, aislamiento o evitación del contacto con los otros, bajo interés en el sexo, dificultad para separar el trabajo de su vida personal.
Respecto los síntomas cognitivos, un ejemplo de la rumiación es lo que plantean los profesionales de la salud: “es difícil evitar pensar en aquellos pacientes que evolucionaron mal, sin que vuelvan reiteradamente a nuestros pensamientos”. Otros de los síntomas cognitivos es la necesidad de control, la actividad asistencial es siempre cambiante, esta situación de falta de control y actuación sobre la marcha de su trabajo, está estrechamente vinculada con la experiencia de estrés (Mesa de la Torre et. Al., 2005).
Estos síntomas pueden conducir al deterioro en la relación con los pacientes y colegas, deshumanización de la práctica profesional, pérdida de bienestar psicológico y, en consecuencia, interferir en la calidad de la atención en salud (Klersy et al., 2007). En relación a las emociones, las personas que trabajan con pacientes de la pandemia, desarrollan un alto grado de contacto y sufrimiento con ellos, llegan a identificarse con sus estados emocionalesde miedo, angustia, sentimientos de soledad e incertidumbre. Para ayudar mejor a los pacientes que se encuentran frente a un evento crítico, es necesario ser empáticos, sincronizar con ellos. Aparecen emociones como miedo, frustración, entre otras que suelen estar desreguladas. Dall’Occhio (2018) refiere que es importante hacer un trabajo de reconocimiento de las emociones en el cuerpo para lograr etiquetarlas, e intentar hacer ejercicios para regularlas mejor.
El personal médico realiza un esfuerzo por regular las emociones socialmente aceptadas dentro de este contexto. Muchas veces dejan en segundo plano sus propias emociones, o aquellas que generan el evento crítico, a fin de abocarse de lleno a la necesidad del otro. Greenberg et al, (2012) postula que no expresar auténticamente sus emociones, genera un gran esfuerzo y desgaste emocional.
Acinas (2012) plantea que: “los pacientes que trabajan con personas que sufren deben combatir no sólo el estrés o la insatisfacción normal por el trabajo, sino también los sentimientos y emociones personales, que les produce su trabajo con el sufrimiento”.
La contracara del desgaste que los profesionales sufren a nivel emocional, es la “satisfacción por compasión” y se refiere a la recompensa positiva por cuidar (Smart, et al., 2014).
Nos parece adecuada la propuesta de la autora de fortalecer la resiliencia con la práctica. Por tal motivo, sería importante incorporar programas de prevención para el “síndrome de desgaste por empatía”, otorgándole la relevancia que merece. Son muy pocos los estudios y programas realizados a la fecha.
El objetivo del programa ofrecido consiste en ayudarles a que encuentren un equilibrio entre su profesión y los recursos al llegar a casa.
Es importante humanizar y desmitificar el trabajo de los profesionales de la salud. Al estrés habitual, se le suma el estrés laboral, y el estrés por emergencia. Esto los hace más vulnerables. Basándonos en las necesidades que la autora propone, formulamos el siguiente programa para acrecentar la resiliencia: - Psicoeducación: informar y capacitar sobre el síndrome -sintomatología, señales de alarma- y el modo de prevenirlo. Aportar herramientas emocionales para fortalecer y cuidarse frente a las pérdidas y situaciones de dolor y sufrimiento; psicoeducar en los conceptos de empatía y compasión.
-Trabajar en habilidades sociales: comunicación asertiva, solución de conflictos, uso del humor, trabajo en equipo.
-Entrenamiento en mindfulness: manejo del estrés. Implementar la importancia de practicar mindfulness con el fin de entrenar a los médicos en la atención presente en cada uno de sus espacios. Diferenciar su espacio laboral, del personal. Regular las emociones. Identificar recursos para fortalecer la resiliencia. Trabajar la compasión y el agradecimiento. Desarrollar habilidades metacognitivas, utilizando el observador imparcial que les permita encontrar una respuesta coherente que les de tranquilidad y calma frente a la adversidad.
- Actividades recreativas y lúdicas: hacer ejercicio en casa adaptado a la situación (con clases online), leer, bailar, jugar con los chicos. Trabajar sobre objetivos a corto y largo plazo.
- Contención familiar o social: mediante la técnica de ventilación, que puedan conversar de modo general, con el fin de contenerse, regular sus emociones, y ser comprendido por el otro, logrando continuar con la rutina diaria.
- Intercambio entre colegas con el objetivo de aliviar la carga emocional, intercambio de opiniones frente a casos difíciles, buscar el apoyo interdisciplinario. Con técnicas de defusing y de biefring creadas por Mitchell a finales de los años 70, son estrategiasde apoyo psicológico utilizadas para paliar y prevenir las consecuencias psicológicas de los incidentes críticos. El objetivo es proveer apoyo y compañerismo a los más afectados por el incidente.
-Importancia de los valores en el manejo del estrés: es tranquilizador saber qué valor nos va a dirigir y fortalecer en situaciones estresantes. Siendo éste fuente de energía para activar en cualquier momento (Dall’Occhio, 2018). Reconocer los valores, nos lleva a proponernos nuevos objetivos. Frente a un incidente crítico, resulta necesario plantearnos nuevas metas a corto y largo plazo.
Para concluir, cultivar resiliencia puede conducir a la mejoría en la salud mental, a profesionales más productivos, repercutiendo en una mejor salud para los pacientes.
En las instituciones de salud, es importante generar programas de prevención y diagnóstico temprano, donde se prepare anticipadamente a los profesionales con técnicas y estrategias para fortalecer la resiliencia individual, comunitaria y existencial.
Entrenarlos anticipadamente, así frente a un incidente crítico, les permitiría contar con losrecursos necesarios para cuidarse. Para lograr encontrar un espacio físico como temporal que permita la expresión genuina de las emociones.
Esfundamental realizar programas donde se brinde apoyo de regulación emocional, a fin de lograr una cultura sanitaria donde su lema sea: “cuidarse para cuidar”.
Copyright © SIIC, 2020 Bibliografía
Acinas, M.P. (2012). Burn-Out y Desgaste por Empati´a en profesionales de Cuidados Paliativos. Revista Digital de Medicina Psicosoma´tica y Psicoterapia de la Sociedad Espan~ola de Medicina Psicosoma´tica y Psicoterapia, 2, 4: 1-22.
Dall’Occhio, M. (2018). Emociones y Soluciones. Terapia de Activación Emocional EAT. Buenos Aires, Argentina: Editorial Akadia.
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Joinson, C. (1992). Coping with compassion fatigue. Nursing, 22 (4):116-120.
Klersy, C., Callegari, A., Martinelli, V., Vizzardi, V., Navino, C., Malberti, F., Tarchini, R., Montagna, G., Guastoni, C., Bellazzi, R., Rampino, T., David, S., Barbieri, C., Dal Canton, A. y Politi, P. (2007). Burnout in health care providers of dialysis service in Northern Italy - A multicentre study. Nephrology Dialysis Transplantation, 22: 2283–2290.
Mesa de la Torre, E., Ga´lvez, A., Calvo, M.A., Va´zquez, M.D., Castilla, R y Luque, A. (2005). Valoracio´n del riesgo psicosocial en las enfermeras de nefrologi´a de los hospitales de Sevilla. Revista de la Sociedad Espan~ola de Enfermeri´a Nefrolo´gica, 8 (4): 266/271. Lynch, S. H., & Lobo, M. L. (2012). Compassion fatigue in family caregivers: a Wilsonian concept analysis. Journal of Advanced Nursing, 68(9), 2125–34.
Rosemberg, A. (2020). Cultivanting Deliberate Resilience During the Coronavirus Disease 2019 Pandemic. JAMA Pediatr. Publicado en línea el 14 de abril de 2020. doi: 10.1001 / jamapediatrics.2020.1436.
Smart, D., English, A., James, J., Wilson, M., Daratha, K. B., Childers, B., & Magera, C. (2014). Compassion fatigue and satisfaction: A cross-sectional survey among US healthcare workers. Nursing & Health Sciences, 16(1), 3-10. doi:10.1111/nhs.12068

Especialidades
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