Introducción

La pandemia de enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19 por su sigla en inglés) ha generado cambios muy pronunciados en la asignación de los recursos para la salud. Para los pacientes con enfermedades inflamatorias reumáticas crónicas (EIRC), las consecuencias se vieron reflejadas en la reducción de las consultas presenciales, la postergación de controles de rutina, y el incremento de las consultas telefónicas.

Sin embargo, las consecuencias de las olas sucesivas de la pandemia sobre las estrategias de tratamiento con objetivos (treat-to-target [T2T]) se conocen poco.

En un estudio de Suiza realizado durante la primera ola de la pandemia (hasta junio de 2020) no se refirieron cambios importantes en las variables percibidas por los enfermos (patient-reported outcomes [PRO]) ni en los índices de exacerbaciones agudas entre 666 pacientes con EIRC, como artritis reumatoidea (AR), artritis psoriásica (APs) y espondiloartritis axiales, a pesar de una disminución del 52% en el número de consultas presenciales. Sin embargo, en ese estudio no se analizaron los cambios en los indicadores de actividad de la enfermedad ni en las mediciones objetivas de actividad de la enfermedad, por ejemplo la cantidad de articulaciones inflamadas.

La estrategia T2T incluye consultas físicas frecuentes, precozmente en el curso de la enfermedad, con la finalidad de establecer el diagnóstico, evaluar la respuesta al tratamiento, determinar la presencia de exacerbaciones agudas, ajustar la dosis de la medicación o el esquema terapéutico, y brindar asesoramiento a los enfermos.

Las recomendaciones recientes provisorias de la EULAR sugieren que en el contexto de COVID-19, las consultas presenciales y la monitorización de pacientes con EIRC deberían posponerse transitoriamente o, de manera alternativa, deberían realizarse con la modalidad de consultas a distancia, según la necesidad de los enfermos, con patologías y tratamientos estables; sin embargo, la evidencia que avala estas directrices es escasa.

En Dinamarca, la primera ola de COVID-19 se registró en marzo de 2020; luego de la reapertura parcial a mediados de abril surgió una segunda ola, a finales de otoño de 2020, la cual motivó nuevas restricciones sociales, a partir de noviembre y durante el invierno y la primavera. El registro DANBIO es una base de datos apta para la monitorización prospectiva de pacientes con EIRC en la práctica diaria.

En un estudio previo, los autores refirieron niveles elevados de ansiedad y autoaislamiento en pacientes del estudio DANBIO, durante la primera ola de la pandemia de COVID-19. Sin embargo, también se observaron índices elevados de adhesión a la medicación. El objetivo del presente estudio con pacientes del mismo registro fue conocer las consecuencias de la pandemia de COVID-19 sobre la estrategia T2T, a juzgar por la actividad de la enfermedad, según las PRO y los índices de remisión, y sobre el acceso a las consultas presenciales, en el transcurso de los primeros 8 meses de pandemia, en comparación con el período previo a la pandemia de COVID-19.

Pacientes y métodos

Para el presente estudio prospectivo se consideraron pacientes con AR, AP, y espondiloartritis axiales, incorporados en el registro nacional DANBIO; los participantes completaron cuestionarios online en junio y noviembre de 2020.

Se compararon las características de los pacientes, la actividad de la enfermedad y el número de consultas presenciales en el período previo a la pandemia y durante la misma, para la totalidad de los enfermos y para los pacientes con enfermedad en estadio precoz, es decir aquella con 2 años o menos de duración.

En pacientes individuales se tuvieron en cuenta los cambios en las PRO, antes y durante la pandemia de COVID-19. Se determinaron las características de los pacientes que realizaron o no consultas presenciales (edad, sexo, nivel educativo, comorbilidades, duración de la enfermedad, y tratamiento).

Resultados

Se incluyeron 7836 pacientes, 12% de los cuales presentaban enfermedad en estadio precoz. Las PRO se mantuvieron estables antes y durante la pandemia, con medianas de cambios cercanas a cero puntos, incluso en pacientes con enfermedad en estadio precoz. Los índices de remisión también fueron similares en los dos períodos de estudio. 

Se comprobó una disminución relativa del 21% al 72% en el número de pacientes que realizaron consultas presenciales, más elevada para los pacientes con espondiloartritis axiales. Las características de los pacientes que realizaron consultas físicas y de los enfermos que no las efectuaron también fueron similares en ambos períodos. La satisfacción, referida por los pacientes en términos de las opciones de tratamiento y del acceso al mismo, fue superior a 70%, pero el 66% refirió preferir las consultas presenciales.

Conclusión

En el presente estudio con información de un registro nacional para los primeros 8 meses de la pandemia de COVID-19 se observaron niveles altos de satisfacción de los enfermos con la modalidad de atención remota. Los índices de remisión se mantuvieron estables, a pesar de las reducciones importantes de las consultas presenciales. Las características de los pacientes que realizaron o no consultas presenciales fueron similares.