SOBRE LA SALUD 14Mejor es pobre sano y fuerte que rico enfermo y débil. 15La salud y el bienestar valen más que el oro, / y un cuerpo robusto, más que una fortuna. 16No hay riqueza que valga lo que la salud del cuerpo, / y no hay bien como el gozo del corazón.Eclesiástico 30: 14-16.
EL MEDICO 1Atiende al médico antes que lo necesites, / que también él es hijo del Señor. 2Pues el Altísimo tiene la ciencia de curar, / y el rey le hace mercedes. 3La ciencia del médico le hace andar erguido / y es admirado de los príncipes. 4El Señor hace brotar de la tierra los remedios / y el varón prudente no los desecha.
5¿No endulzó el agua amarga con el leño / para dar a conocer su poder? 6El dio a los hombres la ciencia / para mostrarse glorioso en sus maravillas. 7Con los remedios el médico da la salud y calma el dolor, / el boticario hace sus mezclas / para que la criatura de Dios no perezca, 8y por El se difunde y se conserva la salud entre los hombres.
9Hijo mío, si caes enfermo, no te impacientes; ruega al Señor y El te sanará; 10huye del pecado y la parcialidad / y purifica tu corazón de toda culpa. 11Ofrece el incienso y la oblación de flor de harina; / inmola víctimas pingues, las mejores que puedas. 12Y llama al médico, porque el Señor le creó, / y no le alejes de ti, pues te es necesario.
13Hay ocasiones en que logra acertar, 14porque también él oró al Señor / para que le dirigiera en procurar el alivio / y la salud para prolongar la vida del enfermo. 15El que peca contra su Hacedor / caerá en manos del médico.Eclesiástico 38: 1-15.
LEY SOBRE LOS CELOS (O... las consecuencias gastroenterológicas de la infidelidad) 11Habló Yavé a Moisés, diciendo: 12«Habla a los hijos de Israel y diles: si la mujer de uno fornicare y le fuese infiel, 13durmiendo con otro en concúbito de semen, sin que haya podido verlo el marido ni haya testigo, por no haber sido hallada en el lecho, 14y se apoderase del marido el espíritu de los celos y tuviese celos de ella, háyase ella manchado en realidad o no se haya manchado, 15la llevará al sacerdote, y ofrecerá por ella una oblación de la décima parte de un efá de harina de cebada, sin derramar aceite sobre ella ni poner encima incienso, porque es minjá de celos, minjá de memoria para traer el pecado a la memoria. 16El sacerdote hará que se acerque y se esté ante Yavé; 17tomará del agua santa en una vasija de barro, y cogiendo un poco de la tierra del suelo del tabernáculo, la echará en el agua. 18Luego, el sacerdote, haciendo estar a la mujer ante Yavé, le descubrirá la cabeza y le pondrá en las manos la minjá de memoria, la minjá de los celos, teniendo él en la mano el agua amarga de la maldición, 19y la conjurará, diciendo: «Si no ha dormido contigo ninguno y si no te has descarriado, contaminándote y siendo infiel a tu marido, indemne seas del agua amarga de la maldición; 20pero si te descarriaste y fornicaste infiel a tu marido, contaminándote y durmiendo con otro 21(aquí el sacerdote la conjurará con el juramento de execración, diciendo): Hágate Yavé maldición y execración en medio de tu pueblo y séquense tus muslo e hínchese tu vientre, 22entre esta agua de maldición en tus entrañas para hacer que tu vientre se hinche y se pudran tus muslos». La mujer contestará: Amén, amén.
23El sacerdote escribirá estas maldiciones en una hoja, y la diluirá en el agua amarga, 24y hará beber a la mujer el agua amarga de la maldición. 25Luego tomará de la mano de la mujer la minjá de los celos y la agitará ante Yavé, y la llevará al altar; 26y tomando un puñado de la ofrenda de memoria, lo quemará en el altar, haciendo después beber el agua a la mujer. 27Darále a beber el agua; y si se hubiere contaminado, siendo infiel a su marido, el agua de maldición entrará en ella con su amargura, se le hinchará el vientre, se le secarán los muslos, y será maldición en medio de su pueblo. 28Si, por el contrario, no se contaminó y es pura, quedará ilesa y será fecunda.» 29«Esta es la ley de los celos, para cuando una mujer haya sido infiel a su marido y se haya contaminado, 30o que el espíritu de los celos se haya apoderado de su marido y tenga celos de ella; presentará a su mujer ante Yavé, y el sacerdote hará con ella cuanto en esta ley se prescribe. 31Así el marido quedará libre de culpa, y la mujer llevará sobre sí su pecado».Números 5: 1-38.
LEY ACERCA DE LA LEPRA 1Yavé habló a Moisés y Aarón, diciendo: 2«Cuando tenga uno en su carne alguna mancha escamosa, o un conjunto de ellas, o una mancha blanca, brillante, y se presente así en la piel de su carne la plaga de la lepra, será llevado a Aarón, sacerdote, o a uno de sus hijos, sacerdotes. 3El sacerdote examinará la plaga de la piel de la carne; y si viere que los pelos se han vuelto blancos y que la parte afectada está más hundida que el resto de la piel, es plaga de lepra; y el sacerdote que le haya examinado le declarará impuro. 4Si tiene sobre la piel de su carne una mancha blanca que no aparece más hundida que el resto de la piel, y el pelo no se ha vuelto blanco, el sacerdote le recluirá durante siete días. 5El día séptimo le examinará; y si el mal no parece haber cundido ni haberse extendido sobre la piel, le recluirá por segunda vez otros siete días, 6y al séptimo día le examinará nuevamente; si la parte enferma se ha puesto menos brillante y la mancha no se ha extendido sobre la piel, el sacerdote le declarará puro; es una erupción. Lavará sus vestiduras y será puro. 7Pero si, después de haber sido examinado por el sacerdote y declarado puro, la mancha se extendiere, será llevado a él nuevamente para que le vea; 8y si la mancha brillante ha crecido en la piel, le declarará inmundo: es lepra.
9Si uno tuviere la plaga de la lepra, será llevado al sacerdote, 10que le examinará; y si viere éste en la piel la escama blanca y que se han vuelto blancos los pelos, y en la mancha escamosa se pnota la carne viva, 11será juzgada lepra inveterada en la piel de su carne, y el sacerdote le declarará impuro; no le recluirá, pues es impuro. 12Pero si la lepra se ha extendido hasta llegar a cubrir toda la piel del enfermo desde la cabeza hasta los pies, en cuanto a la vista del sacerdote aparece, le examinará, 13y si, en efecto, cubre todo su cuerpo, declarará puro al enfermo; pues se ha puesto todo blanco, será puro. 14Si en el así afectado aparece la carne viva, será impuro, 15y el sacerdote, al ver la carne viva, le declarará impuro [...].
40Si al leproso se le caen los pelos de la cabeza y se queda calvo, es calvicie de atrás; es puro. 41Si los pelos se le caen a los lados de la cara, es calvicie anterior; es puro. 42Pero si en la calva, posterior o anterior, apareciere llaga de color blanco rojizo, es lepra que ha salido en el occipucio o en el sincipucio. 43El sacerdote le examinará, y si la llaga escamosa es de un blanco rojizo, como el de la lepra en la piel de la carne, 44es leproso; es impuro, e impuro le declarará el sacerdote, pues es leproso de la cabeza.
45El leproso, manchado de lepra, llevará rasgadas sus vestiduras, desnuda la cabeza, y cubrirá su barba, e irá clamando: «¡Inmundo, inmundo!» 46Todo el tiempo que le dure la lepra será inmundo. Es impuro y habitará solo; fuera del campamento tendrá su morada. Levítico 13: 1-15, 40-46.
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