Las mujeres que mantienen un peso corporal estable después de los 60 años tienen mayores probabilidades de alcanzar una longevidad excepcional, es decir, vivir hasta los 90, 95 o 100 años. The Journals of Gerontology, Series A ® es una revista mensual de The Gerontological Society of America [EE.UU.] también editora de las revistas Journal of Gerontology: Biological Sciences y el Journal of Gerontology: Medical Sciences.

El artículo Association of Later-Life Weight Changes With Survival to Ages 90, 95, and 100… que publica la revista The Journal of Gerontology: Series A * examina en mujeres mayores las asociaciones de los cambios de peso a corto y largo plazo, 3 y 10 años, respectivamente, con la supervivencia hasta los 90, 95 y 100 años. Evalúa además si en mujeres mayores la pérdida de peso intencional y no intencional difiere en sus relaciones con la supervivencia.
En síntesis, la investigación analiza la relación entre los cambios de peso en las etapas más avanzadas de la vida y la posibilidad de una longevidad excepcional. 

De acuerdo al estudio multiinstitucional liderado por la Universidad de California, EE.UU., las mujeres mayores que mantuvieron un peso estable lograron entre 1,2 y 2 veces más probabilidades de alcanzar la longevidad en comparación con las que experimentaron una pérdida de peso del 5% o más.

Motivaciones de la investigación 
Los hallazgos sobre la relación entre el cambio de peso y la mortalidad han sido inconsistentes debido, en parte, a las diferencias de las edades en que se produjeron y a la necesidad de considerar la intención de perder peso.

El análisis de participantes de la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición (National Health and Nutrition Examination Survey) de EE.UU. encontraron que pasar de no obeso a obeso entre la edad adulta joven y media se asoció con un 22% más de riesgo de mortalidad, mientras el paso de obesidad a sobrepeso se asoció con un 54% menos de riesgo de mortalidad.

Los cambios de peso desde la adultez temprana hasta la mediana edad están relacionados con una importante variedad de resultados de salud, incluido el envejecimiento saludable. Por ejemplo, en estudios de seguimiento de enfermeras y profesionales de la salud, un aumento moderado de peso (≥2,5 a <10 kg) desde la edad adulta temprana hasta la mediana se asoció con un 22 % y un 12 % menos de probabilidades de estar libre de 11 enfermedades crónicas y deterioro cognitivo y físico en etapas posteriores de la vida de mujeres y hombres, respectivamente.
Pero, como dato relevante, el artículo aclara que esos trabajos no consideraron la intencionalidad de la pérdida de peso.
Algunos estudios demostraron tasas de mortalidad más bajas en adultos que informaron una pérdida de peso intencional y tasas de mortalidad más altas en aquellos que informaron una pérdida de peso no intencional.
Otros, por el contrario, no dieron cuenta de asociación alguna entre ambas conductas.

La asociación de los cambios de peso con la mortalidad puede diferir para los adultos mayores, dada la disminución de la masa muscular y el aumento de la masa grasa que se produce con el envejecimiento.
Algunas investigaciones hallaron que frente al peso estable, tanto el aumento como la pérdida se asocian con una mayor mortalidad en los adultos mayores, mientras que otras no informan asociación entre aumento y mortalidad.

Los autores destacan que ningún trabajo previo determinó si los cambios de peso en etapas posteriores de la vida se asociaron con una longevidad excepcional. Justifican el hecho en la existencia de pocas cohortes con gran número de participantes con seguimientos suficientes para alcanzar edades excepcionales.

Detalles del estudio
El grupo de trabajo se integró con 54.437 mujeres de la Iniciativa para la Salud de la Mujer (Women’s Health Initiative); durante el período de seguimiento, 30.647 participantes (56%) alcanzaron los 90 años o más.

Los resultados revelaron que las mujeres que experimentaron una pérdida de peso del 5% o más tenían menos posibilidades de alcanzar una longevidad excepcional en comparación con aquellas que mantuvieron su peso estable. Es decir, y a modo de ejemplo, las mujeres que perdieron peso involuntariamente mostraron un 51% menos de probabilidades de llegar a los 90 años. Sin embargo, el aumento del peso en un 5% o más, en contraste con el mantenimiento de un peso estable, no fue vinculado con una mayor longevidad.

En EE.UU. se destaca la prevalencia del sobrepeso y la obesidad entre las mujeres mayores, con un índice de masa corporal (IMC) que varía entre 25 y 35. 

Los hallazgos de esta investigación respaldan la importancia de mantener un peso estable como un objetivo para promover la longevidad en las mujeres mayores. Pese a ello, la pérdida de peso involuntaria en esa etapa de la vida podría ser una señal relacionada a problemas de salud y un predictor de una menor esperanza de vida.

Los resultados del ensayo sugieren que las recomendaciones generales para la pérdida de peso en mujeres mayores no contribuiría a la prolongación de sus vidas. No obstante ello, advierte que las mujeres deben atender al consejo médico si se les recomienda una pérdida de peso moderada para mejorar su salud o calidad de vida.

Estos datos contribuyen a la creciente investigación sobre el vínculo entre cambios de peso y mortalidad; según los autores, constituye el primer estudio a gran escala que explora la relación en etapas avanzadas de la vida y su conexión con la longevidad excepcional.

* The Journals of Gerontology: Series A
Association of Later-Life Weight Changes With Survival to Ages 90, 95, and 100: The Women’s Health Initiative
Aladdin H Shadyab, JoAnn E Manson, Matthew A Allison, Deepika Laddu, Sylvia Wassertheil-Smoller, Linda Van Horn, Robert A Wild, Hailey R Banack, Fred K Tabung, Bernhard Haring, et al
29 de agosto, 2023
https://doi.org/10.1093/gerona/glad177