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Introducción
El Streptococcus agalactiae, también denominado estreptococo del grupo B (EGB), sigue siendo una de las principales causas de enfermedad invasiva, principalmente sepsis y meningitis, en bebés, y contribuye sustancialmente a la morbilidad y mortalidad neonatal a nivel mundial. Cuando ocurre durante los primeros 6 días de vida, la infección se denomina enfermedad de inicio precoz (EIP), y entre los días 7 y 89, enfermedad de inicio tardío (EIT). En los casos de EIP, los recién nacidos infectados desarrollan rápidamente bacteriemia con sepsis o neumonía o ambos y, con menos frecuencia, meningitis. Los casos de EIT suelen ser bacteriémicos sin foco y a menudo desarrollan meningitis. El principal factor de riesgo para EIP es la colonización rectovaginal materna con EGB al final del embarazo. Los factores de riesgo y la vía de transmisión de la EIT están menos establecidos, y el EGB puede adquirirse de la madre o de fuentes ambientales. La implementación de estrategias de prevención ha logrado disminuir la incidencia de la enfermedad infantil por EGB a nivel mundial a un estimado de 0.49/1.000 nacidos vivos, con una probable subestimación en los países en desarrollo. La incidencia en Europa es similar, con importantes diferencias regionales. La incidencia de EIP se ha reducido con eficacia mediante la detección prenatal universal y los programas adecuados de profilaxis antibiótica intraparto. No obstante, las estrategias preventivas actuales no parecen ser adecuadas para el control esperado de la enfermedad por EGB, por lo tanto, se requieren urgentemente esfuerzos adicionales como, por ejemplo, vacunas para embarazadas.
El objetivo del presente estudio, un componente importante del proyecto europeo Design of a Vaccine Against Neonatal Infections (DEVANI), fue describir las características clínicas y microbiológicas de las enfermedades neonatales invasivas causadas por EGB, cuantificar la tasa de cribado prenatal y profilaxis antibiótica intraparto entre los casos, e identificar los factores de riesgo asociados con un resultado adverso.
Métodos
Se recopilaron datos clínicos y microbiológicos de 153 casos neonatales invasivos (82 casos de EIP y 71 casos de EIT) desde mediados de 2008 hasta finales de 2010 en ocho países europeos (Bélgica, Bulgaria, República Checa, Dinamarca, Alemania, Italia, España y Reino Unido). Los casos elegibles se identificaron mediante vigilancia diaria de acuerdo con los siguientes criterios de inclusión: aislamiento de EGB de sangre o líquido cefalorraquídeo en lactantes de 1 a 6 días (EIP) o > de 7 días hasta 89 días (EIT) o > 90 días (enfermedad de inicio muy tardío, incluidos en los grupos de EIT). Para cada caso, la información obstétrica, los signos clínicos al inicio de la enfermedad, la evaluación paraclínica de la infección, las características microbiológicas de las cepas de EGB y la información sobre el manejo y el resultado se recopilaron y guardaron en una base de datos en línea segura de acuerdo con los criterios definidos del proyecto DEVANI. Los lactantes se consideraron prematuros si nacieron antes de las 37 semanas de gestación. Los cultivos de muestras clínicas recolectadas de sitios normalmente estériles se procesaron de acuerdo con procedimientos microbiológicos locales. Los niveles de proteína C reactiva y las radiografías de tórax se analizaron de acuerdo con los estándares locales.
Resultados
De los 82 casos de EIP, todos tuvieron un hemocultivo positivo, mientras que seis pacientes (7.3%) también tenían meningitis positiva para cultivo de EGB. Sesenta y seis de los casos de EIP (80,5%) fueron neonatos a término y la mediana de edad gestacional fue de 39 semanas. Setenta neonatos (86.4% de los casos de EIP) presentaron síntomas al nacer o dentro del primer día de vida. De los 71 casos de EIT (incluidos siete casos de enfermedad de inicio muy tardía) inscritos en el estudio, 67 (94.4%) demostraron infección del torrente sanguíneo, mientras que 17 (23.9%) tenían meningitis positiva para cultivo de EGB. Entre los casos de EIT, el 69% eran recién nacidos a término, mientras que 22 (31.0%) eran prematuros y la mediana de edad gestacional fue de 38 semanas. La mediana de edad al inicio de la enfermedad fue de 34 días, la máxima fue de 114 días. La proporción de varones/mujeres fue de 1.16 para los casos de EIP y de 0.97 para los casos de EIT.
La presentación clínica difirió entre los casos de EIP y EIT. La dificultad respiratoria fue el signo clínico más frecuente al inicio de la EIP, mientras que la meningitis se encontró en > 30% de los casos de EIT. Se observó que el 59% de las madres de casos de EIP no habían recibido detección prenatal, mientras que el EGB se detectó en el 48.5% de los casos examinados. La meningitis se asoció con un resultado adverso en los casos de EIT, mientras que la prematuridad y la presencia de síntomas cardiocirculatorios se asociaron con un resultado adverso en los casos de EIP. El polisacárido capsular tipo III fue el más frecuente tanto en los casos de EIP como de EIT con diferencias regionales en la distribución del complejo clonal.
Conclusiones
La estandarización de las recomendaciones relacionadas con la enfermedad neonatal por EGB y el aumento del cumplimiento podrían mejorar la atención clínica y la prevención de la EIP causada por el EGB. No obstante, incluso la adhesión total a la detección prenatal pasaría por alto un número relevante de casos de EIP, por lo tanto, el enfoque preventivo más prometedor contra la EIP y EIT causada por EGB podría ser la vacuna para la inmunización materna.