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Introducción
La pérdida de altura está asociada con mayor riesgo de fracturas clínicas en varones de mediana edad y de edad avanzada. Sin embargo, los estudios que comprobaron esta correlación presentan limitaciones referidas al corto período de seguimiento y la falta de consideración de factores de confusión, como el riesgo competitivo de mortalidad y otros factores de riesgo esquelético y no esquelético de fracturas, los cuales pueden alterar los resultados observados. Por lo tanto, se puede haber sobreestimado la relación entre la pérdida de altura y el riesgo de fractura en varones durante la vejez. Además, no está claro si cualquier pérdida de altura incrementa el riesgo de fracturas en esta población.
El objetivo del presente estudio fue evaluar la asociación de la pérdida de estatura en la vejez con el riesgo subsiguiente de fractura de cadera y cualquier fractura clínica en los varones al final de la vida, teniendo en cuenta el riesgo competitivo de mortalidad y los factores de riesgo de fracturas tradicionales.
Métodos
Los autores analizaron los datos de 3491 varones inscriptos en el estudio Osteoporotic Fractures in Men (MrOS), con medidas registradas tanto al inicio como a los 7 años de pérdida de altura, fracturas y mortalidad, y sin datos faltantes. El estudio MrOS tuvo un diseño de cohorte y prospectivo, se llevó a cabo en los Estados Unidos y reclutó varones ≥ 65 años que vivían en la comunidad, capaces de caminar sin ayuda de otra persona y sin prótesis bilaterales de cadera. La altura se midió con el estadiómetro Harpenden. La pérdida de altura se calculó restando la altura inicial de la altura a los 7 años, y fue expresada como valor absoluto en centímetros (cm). Los participantes fueron contactados cada 4 meses después del examen inicial para determinar estado vital e interrogar sobre eventos clínicos de fracturas, que incluía fracturas de cadera. Las fracturas fueron confirmadas por informes radiográficos. Las fracturas vertebrales clínicas incidentales fueron confirmadas por un radiólogo que utilizó el método cuantitativo de Genant. Las muertes se confirmaron mediante certificados de defunción. Los participantes incluidos en el presente análisis fueron seguidos hasta un máximo de 10 años después del examen realizado al año 7, para determinar los resultados de fracturas incidentales y muerte. El criterio principal de valoración fue la fractura de cadera. El criterio secundario de valoración fue cualquier fractura clínica. Otras medidas registradas fueron la fecha de nacimiento, la raza/etnia, el hábito de fumar, los antecedentes de caídas, la presencia de comorbilidades, el puntaje de multimorbilidad, la actividad física, la falta de energía, la densidad mineral ósea (DMO) en el cuello del fémur, la velocidad de la marcha, la fuerza de agarre, el peso corporal y las fracturas vertebrales incidentales. La pérdida de estatura entre el inicio y el examen al año 7 se clasificó como < 1 cm (grupo de referencia), ≥ 1 a < 2 cm, ≥ 2 a < 3 cm y ≥3 cm. Las características de los participantes se compararon con análisis de varianza, la prueba de chi al cuadrado y la prueba exacta de Fisher. Se utilizaron métodos de riesgo en competencia, que consideraron la mortalidad, para estimar las probabilidades absolutas a 10 años de resultados de fracturas por categoría de pérdida de altura y calcular los riesgos ajustados de resultados de fracturas por pérdida de altura.
Entre los 3491 varones incluidos en el presente análisis, el promedio de edad en el examen realizado al año 7 fue de 79.2 años. La media de la pérdida de altura entre el inicio y el año 7 fue de 1.5 cm. Ente el examen inicial y el realizado al año 7, 1262 varones (36.2%) tuvieron una pérdida de estatura < 1 cm, 1448 (41.5%) tuvieron una pérdida de estatura ≥ 1 a < 2 cm, 528 (15.1%) presentaron una pérdida de estatura ≥ 2 a < 3 cm, y 253 (7.2%) tuvieron una pérdida de estatura ≥ 3 cm. En general, los factores de riesgo de fracturas variaron de manera significativa entre las categorías de pérdida de peso, y los varones con pérdida de altura ≥ 3 cm tuvieron el mayor riesgo de fracturas. Durante un promedio de seguimiento de 7.8 años, 58 hombres (4.5%) experimentaron una fractura de cadera y 1414 (40.5%) fallecieron antes de presentar una fractura de cadera. Durante este mismo período, 667 varones (19.1%) tuvieron una fractura clínica, incluidos 108 (3% de la cohorte total) sujetos con fractura vertebral clínica, y 1187 (34.0%) murieron antes de experimentar una fractura clínica. Las tasas generales de incidencia estandarizadas por edad fueron de 5.8 (intervalo de confianza del 95% [IC 95%]: 5.0 a 6.8) por 1000 personas-año para la fractura de cadera, 26.4 (IC 95%: 24.5 a 28.5) por 1000 personas-año para cualquier fractura clínica, y 54.8 (IC 95%: 52.1 a 57.6) por 1000 personas-año para la mortalidad por todas las causas. Las tasas estandarizadas por edad de fracturas de cadera, cualquier fractura clínica y mortalidad aumentaron con un mayor grado de pérdida de altura, aumentando más de 6 veces para fracturas de cadera y más del doble para cualquier fractura y mortalidad en todas las categorías de pérdida de altura. Después de considerar el riesgo competitivo de mortalidad, la probabilidad absoluta de fracturas de cadera después del año 7 aumentó con una mayor pérdida de altura entre el examen inicial y el realizado al año 7. La probabilidad a los 5 años fue del 1.0% (IC 95%: 0.5 a 1.6) entre los varones con pérdida de altura < 1 cm, y del 7.2% (IC 95%: 4.5 a 10.9) entre los varones con pérdida de estatura ≥ 3 cm. El gradiente de riesgo no fue tan pronunciado a los 10 años, pero persistió con una probabilidad de fracturas de cadera del 2.7% (IC 95%: 1.9 a 3.8) entre los sujetos con pérdida de estatura < 1 cm, y del 11.6% (IC 95%: 8.0 a 16.0) entre aquellos con pérdida de estatura ≥ 3 cm. Del mismo modo, la probabilidad absoluta de cualquier fractura clínica después del año 7 aumentó con una mayor pérdida de altura entre el examen inicial y el realizado al año 7. La probabilidad de fractura clínica a los 5 años y 10 años fue mayor en sujetos con pérdida de altura ≥ 3 cm que en aquellos con pérdida de altura < 1 cm (21.3% frente a 8.3% y 30.1% frente a 16.5%, respectivamente).
Resultados y discusión
Después de ajustar por edad, raza y sitio de inscripción, y considerar el riesgo competitivo de muerte, el riesgo de fracturas de cadera después del año 7 aumentó con una mayor pérdida de altura entre el examen inicial y el realizado el año 7. En comparación con los participante con pérdida de estatura < 1 cm, el riesgo de fracturas de cadera fue 1.6 veces mayor (hazard ratio [HR]: 1.61, IC 95%: 1.07 a 2.42) entre varones con pérdida de altura ≥ 1 cm a < 2 cm, casi el doble (HR: 1.95, IC 95%: 1.20 a 3.16) entre aquellos con pérdida de altura ≥ 2 cm a < 3 cm, y casi 3.5 veces mayor (HR: 3.45, IC 95%: 1.98 a 6.01) entre los sujetos con pérdida de estatura ≥ 3 cm. La asociación se atenuó, pero la pérdida de estatura ≥ 3 cm siguió siendo un factor de riesgo de fracturas de cadera después de realizar ajustes por multimorbilidad, antecedentes de caídas, altura inicial, cambio de peso y DMO del cuello femoral (HR: 1.45, IC 95%: 0.96 a 2,17 entre varones con pérdida de altura ≥ 1 cm a < 2 cm; HR: 1.49, IC 95%: 0.91 a 2.43 entre aquellos con pérdida de altura ≥ 2 cm a < 3 cm, y HR: 1.94, IC 95%: 1.06 a 3.55 entre los sujetos con pérdida de altura ≥ 3 cm). El ajuste adicional por fractura vertebral radiográfica incidental, velocidad de marcha, fuerza de agarre, nivel de actividad física y falta de energía no alteró la asociación multivariada entre la pérdida de altura y el riesgo subsiguiente de fracturas de cadera.
El aumento de la pérdida de altura entre el examen inicial y el realizado en el año 7 también se asoció con mayor riesgo de cualquier fractura clínica después de considerar la demografía y el riesgo competitivo de mortalidad, pero después de una mayor consideración de otros factores de riesgos tradicionales, la asociación de la pérdida de estatura ≥ 3 cm con el riesgo de fractura clínica fue de magnitud modesta (HR: 1.07, IC 95%: 0.89 a 1.29 para la pérdida de altura ≥ 1 cm a < 2 cm; HR: 1.23, IC 95%: 0.97 a 1.57 para la pérdida de altura ≥ 2 cm a < 3 cm, y HR: 1.42, IC 95% 1.05 a 1.91 para la pérdida de altura ≥ 3 cm). Después de un examen más detenido de las fracturas vertebrales radiográficas nuevas, las asociaciones se redujeron ligeramente en magnitud y dejaron de ser significativas. Después del ajuste por demografía y considerar el riesgo de mortalidad competitivo, la mayor pérdida de altura se asoció con mayor riesgo de fractura vertebral clínica (HR: 1.49, IC 95%: 0.92 a 2.41 para la pérdida de altura ≥ 1 cm a < 2 cm; HR: 1.84, IC 95%: 1.02 a 3.32 para la pérdida de altura ≥ 2 cm a < 3 cm, y HR: 2.20, IC 95%: 1.12 a 4.33 para la pérdida de altura ≥ 3 cm). Esta asociación se atenuó y dejo de ser significativa después de considerar factores de riesgo tradicionales.
Los resultados del presente estudio indican, en varones, que la pérdida de altura durante la vejez se relaciona con el riesgo fracturas clínicas, y a mayor pérdida de altura mayor es el riesgo de fracturas. Los varones con pérdida de altura ≥ 3 cm tienen el doble de riesgo de fracturas de cadera que aquellos con pérdida de altura < 1 cm. Es de destacar que la asociación de pérdida de altura ≥ 3 cm con el riesgo de fracturas de cadera no parece tener explicación por mayor probabilidad de nuevas fracturas vertebrales, marcadores de propensión de caída o manifestaciones de fragilidad física entre hombres con mayor pérdida de altura. En general, estos resultados coinciden con los hallazgos de estudios prospectivos previos que examinaron la asociación de la pérdida de altura con el riesgo de fracturas en varones de mediana edad y ancianos. En el presente análisis, la tasa de incidencia de mortalidad fue dos veces mayor que la tasa de fracturas clínicas, y nueve veces mayor que la tasa de fracturas de cadera, lo que indica que la muerte fue un competidor principal para experimentar un evento de fractura de cadera durante el período de seguimiento de 10 años. Por lo tanto, la mortalidad es un factor a tener en cuenta a la hora de determinar el riesgo de fracturas en pacientes de edad avanzada. La pérdida de estatura ≥ 3 cm en la vejez sirve para pronosticar el riesgo de fracturas clínicas posteriores, incluidas las fracturas de cadera, incluso después de tener en cuenta factores de riesgo clínico tradicionales y la DMO de la cadera. Este sería un método simple, económico y conveniente para valor el riesgo de fracturas, incluida la fractura de cadera, durante la vejez.
Conclusión
La pérdida de estatura ≥ 3 cm en los varones durante la vejez está asociada con mayor riesgo posterior de fracturas clínicas, especialmente fracturas de cadera, incluso después de tener en cuenta el riesgo competitivo de muerte y los factores de riesgo esqueléticos y no esqueléticos tradicionales. Estos hallazgos destacan la importancia de medir la estatura en varones adultos mayores para valorar el riesgo de fracturas.
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