UTILIZACIÓN DE ANTIINFLAMATORIOS NO ESTEROIDES Y EVOLUCIÓN DE COVID-19

UTILIZACIÓN DE ANTIINFLAMATORIOS NO ESTEROIDES Y EVOLUCIÓN DE COVID-19

La utilización de antiinflamatorios no esteroides no se asocia con riesgo más alto de mortalidad por enfermedad por coronavirus 2019 o de enfermedad grave. Las autoridades sanitarias deben considerar la revisión de las recomendaciones iniciales en este sentido.

The Lancet Rheumatology 1-9

Autores:
Harrison EM

Institución/es participante/s en la investigación:
University of Edinburgh EH16 4UX

Título original:
Non-steroidal Anti-inflammatory Drug use and Outcomes of COVID-19 in the ISARIC Clinical Characterisation Protocol UK Cohort: a Matched, Prospective Cohort Study

Título en castellano:
Utilización de Antiinflamatorios no Esteroides y Evolución de COVID-19 en el ISARIC Clinical Characterisation Protocol del Reino Unido: Estudio Prospectivo Emparejado de Cohorte

Extensión del  Resumen-SIIC en castellano:
2.19 páginas impresas en papel A4


Introducción
Los antiinflamatorios no esteroides (AINE) se utilizan para el alivio del dolor y representan un pilar importante para el tratamiento de diversas enfermedades inflamatorias. Estos agentes formas parte del abordaje escalonado del dolor, propuesto por la Organización Mundial de la Salud, y permiten reducir la demanda de opioides. En marzo de 2020, el ministerio de salud de Francia y los medios de comunicación discutieron datos no publicados que sugerían que los AINE podrían aumentar el riesgo de evolución grave de enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19 por su sigla en inglés). En consecuencia, se desalentó el uso de AINE en pacientes con COVID-19. En este contexto, las agencias reguladoras solicitaron, con urgencia, la realización de estudios clínicos para confirmar o descartar estas suposiciones, en términos de la posible asociación entre el uso de AINE y la gravedad de COVID-19. Los estudios más recientes no confirmaron vinculaciones entre el uso de AINE y el riesgo de internación o el riesgo de evolución clínica desfavorable, en pacientes con COVID-19. Sin embargo, los estudios se realizaron en poblaciones heterogéneas; en los trabajos en los cuales se utilizó la información proporcionada por bases administrativas de datos no se observó riesgo aumentado de internación por COVID-19, en los pacientes tratados con AINE. La información concerniente a pacientes internados por COVID-19 es más limitada, pero en general sugiere que el uso de AINE no agrava la evolución de COVID-19. Los estudios realizados en el ámbito hospitalario incluyeron pacientes con COVID-19 asistidos en centros únicos o números reducidos de enfermos. En trabajos anteriores se refirió una asociación directa entre el índice de complicaciones en diversas infecciones respiratorias (no COVID-19) y el uso de AINE. Por ejemplo, la utilización de estos fármacos se asoció con índices más altos de infarto agudo de miocardio (IAM) y de empiema pleural, y con internación más prolongada. Sin embargo, algunas de estas complicaciones evaluadas en los estudios con pacientes con neumonía, por ejemplo el empiema, son menos frecuentes en pacientes con infección por coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (Severe Acute Respiratory Syndrome [SARS]-CoV-2). Cabe recordar que los AINE se asocian con riesgo aumentado de diversas complicaciones, como accidente cerebrovascular, sangrado gastrointestinal, IAM, daño renal agudo y sangrado, todas ellas más frecuentes en pacientes de edad avanzada. En un estudio clínico aleatorizado del Reino Unido se refirió que ibuprofeno reduciría la gravedad de los síntomas asociados con infecciones del tracto respiratorio superior en pacientes de la comunidad. En modelos preclínicos, los AINE se asociaron con reducción del edema de pulmón, de la permeabilidad endotelial y de la gravedad del síndrome de distrés respiratorio agudo (SDRA), hallazgos que motivaron la teoría de que estos fármacos podrían ser útiles para el tratamiento de COVID-19. El objetivo del presente estudio fue caracterizar la seguridad de los AINE, e identificar si la utilización preexistente de AINE se asocia con la gravedad de COVID-19.

Pacientes y métodos
El International Severe Acute Respiratory and Emerging Infection Consortium (ISARIC) Clinical Characterisation Protocol (CCP) para las infecciones graves emergentes se creó en 2009 y se activó por primera vez en el contexto de la epidemia de SARS-CoV, y posteriormente,  el 17 de enero de 2020, en respuesta a la pandemia de infección por SARS-CoV-2. El ISARIC-CCP del Reino Unido es un estudio prospectivo de cohorte con reclutamiento activo en Inglaterra, Escocia y Gales.


Para el presente estudio prospectivo y multicéntrico de cohorte se incluyeron pacientes de cualquier edad internados por infección confirmada por SARS-CoV-2 o por diagnóstico fuertemente presuntivo de COVID-19, entre 17 de enero y 10 de agosto de 2020. El criterio principal de valoración fue la mortalidad intrahospitalaria; los criterios secundarios de valoración fueron la gravedad de la enfermedad en el momento del diagnóstico, la necesidad de internación en unidades de cuidados intensivos, la necesidad de asistencia ventilatoria invasiva, la necesidad de asistencia ventilatoria no invasiva, la utilización de oxígeno y el daño renal agudo. Se consideró el uso de AINE en las dos semanas previas a la internación. Mediante modelos de regresión logística se estimaron los efectos de los AINE, con ajuste según diversas variables de confusión. Se aplicaron puntajes de propensión para reducir las diferencias entre las poblaciones analizadas.

Resultados


 
Entre 17 de enero y 10 de agosto de 2020 se reclutaron 78 674 pacientes en 255 centros de Inglaterra, Escocia y Gales; para 72 179 enfermos se dispuso de información acerca de la mortalidad. Un total de 40 406 (56.2%) de 71 915 enfermos eran hombres, y 31 509 (43.8%) eran mujeres. El 5.8% de los enfermos de la presente cohorte (n: 4211) utilizaban AINE por vía sistémica antes de la internación por COVID-19. Luego de aplicar puntajes de propensión se analizaron grupos totalmente  comparables de pacientes que utilizaban AINE y enfermos que no los utilizaban (4205 pacientes para cada grupo). En el momento de la internación no se observaron diferencias significativas en la gravedad de la enfermedad entre los pacientes expuestos y los sujetos no expuestos a AINE. Luego del ajuste según diversas variables de confusión, el uso de AINE no se asoció con el riesgo de mortalidad intrahospitalaria (odds ratio [OR] en la cohorte emparejada de 0.95, intervalo de confianza del 95% [IC 95%]: 0.84 a 1.07; p = 0.35), de internación en UCI (OR de 1.01, IC 95%: 0.87 a 1.17; p = 0.89), de necesidad de ventilación invasiva (OR de 0.96, IC 95%: 0.80 a 1.17; p = 0.69), de necesidad de ventilación no invasiva (OR de 1.12, IC 95%: 0.96  1.32; p = 0.14), de necesidad de aporte de oxígeno (OR de 1.00, IC 95%: 0.89 a 1.12; p = 0.97), o con la incidencia de daño renal agudo (OR de 1.08, IC 95%: 0.92 a 1.26; p = 0.33).

Conclusión
Los resultados del presente estudio prospectivo multicéntrico realizado con los datos aportados por 255 centros del Reino Unido para pacientes internados por COVID-19 indican que los enfermos que utilizaban AINE antes de la internación tuvieron la misma evolución clínica que los pacientes que no usaban estos agentes. No se observaron diferencias significativas para la mortalidad o la gravedad de COVID-19, como tampoco para las distintas variables secundarias de valoración analizadas.


ua40317

Imprimir esta página