Resúmenes amplios

LA PRIVACIÓN DEL SUEÑO REDUCE DE FORMA SIGNIFICATIVA LA CALIDAD DE VIDA RELACIONADA CON LA SALUD EN NIÑOS SANOS


Dunedin, Nueva Zelanda
La privación del sueño afecta de forma negativa diversos aspectos de la calidad de vida relacionada con la salud en niños sanos. En consecuencia, es importante garantizar que los niños reciban suficiente sueño de buena calidad.

JAMA Network Open 6(3):

Autores:
Taylor RW

Institución/es participante/s en la investigación:
University of Otago

Título original:
Effect of Sleep Changes on Health-Related Quality of Life in Healthy Children: A Secondary Analysis of the DREAM Crossover Trial

Título en castellano:
Efecto de los Cambios en el Sueño en la Calidad de Vida Relacionada con la Salud en Niños Sanos: Un Análisis Secundario del Ensayo Cruzado DREAM

Extensión del  Resumen-SIIC en castellano:
1.87 páginas impresas en papel A4

Introducción

El sueño inadecuado o de mala calidad se ha asociado con una amplia gama de resultados adversos para la salud física y psicológica en bebés, niños y adolescentes. Sin embargo, se sabe poco sobre el efecto de la falta de sueño sobre la calidad de vida relacionada con la salud (CVRS) en niños sanos. La CVRS es un concepto ampliamente utilizado con muchas definiciones y medidas y, generalmente, abarca 3 dominios principales: salud física, mental y social.

 

El objetivo del presente análisis fue determinar el efecto de la privación leve del sueño inducido sobre la CVRS en niños sin problemas importantes del sueño.

 

Métodos

El presente análisis secundario preespecificado se centró en la CVRS, un resultado secundario del ensayo cruzado aleatorio Daily Rest, Eating, and Activity Monitoring (DREAM) de niños que se sometieron a semanas alternas de restricción del sueño y extensión del sueño y un período de lavado de una semana en el medio. La intervención del ensayo DREAM se administró en los hogares de los participantes entre octubre de 2018 y marzo de 2020. Los participantes fueron 100 niños de 8 a 12 años que vivían en Dunedin, Nueva Zelanda; no tenía afecciones médicas subyacentes; y tenían sueño normal reportado por los padres o tutores (8 a 11 horas/noche). Los datos fueron analizados entre el 4 de julio y el 1° de septiembre de 2022. La hora de acostarse se manipuló para que fuera una hora más tarde (restricción del sueño) y una hora antes (extensión del sueño) de lo habitual durante una semana cada una. Los tiempos de vigilia se mantuvieron constantes para reflejar las restricciones de la vida diaria (p. ej., las horas de inicio de la escuela), y las intervenciones se administraron solo durante el período escolar. Todas las medidas de resultado se evaluaron durante ambas semanas de intervención. El tiempo y la duración del sueño se evaluaron mediante actigrafía de 7 noches. Los niños y los padres calificaron los trastornos del sueño (noche) y el deterioro (día) del niño utilizando las escalas de trastornos del sueño pediátricos de 8 ítems y deterioro relacionado con el sueño de 8 ítems del cuestionario del Sistema de Información de Medición de Resultados Informados por el Paciente. La CVRS informada por los niños se evaluó mediante el cuestionario KIDSCREEN de 27 ítems con 5 puntajes de subescala y el puntaje total. Ambos cuestionarios evaluaron los últimos 7 días al final de cada semana de intervención. Los datos se presentaron como diferencias de medias estandarizadas (DME) e intervalos de confianza del 95% (IC 95%) entre las semanas de restricción del sueño y extensión del sueño y se analizaron mediante la intención de tratar y una diferencia a priori en el sueño de al menos 30 minutos por noche.

 

Resultados

La muestra final estuvo compuesta por 100 niños (52 niñas [52%]; promedio de edad de 10.3 años). El 24% de los participantes tenían sobrepeso y el 16% tenía obesidad. Las características basales del sueño (de actigrafía) demostraron que los niños recibieron un promedio tiempo total de sueño de 8 horas y 59 minutos por noche y presentaban un alto nivel de eficiencia del sueño (media de 95.8%), y se despertaban menos de una vez por noche en promedio. Los niveles basales de higiene del sueño fueron buenos.

Durante la semana de restricción del sueño, los niños se fueron a dormir 64 (IC 95%: 58 a 70) minutos más tarde y la compensación del sueño (tiempo de vigilia) fue de 18 (IC 95%: 13 a 24) minutos más tarde, lo que significa que los niños recibieron 39 (IC 95%: 32 a 46) minutos menos de sueño total por noche en comparación con la semana de extensión del sueño en la que el tiempo total de sueño fue de 71 (IC 95%: 64 a 78) minutos menos en el análisis de muestras por protocolo. Tanto los padres como los niños informaron significativamente menos trastornos del sueño por la noche, pero un mayor deterioro del sueño durante el día con restricción del sueño. Los niños informaron reducciones estandarizadas significativas en el bienestar físico (DME: -0.28; IC 95%: -0.49 a -0.08), afrontamiento en el entorno escolar (DME: -0.26; IC 95%: -0.42 a -0.09) y puntaje total de CVRS (DME: -0.21; IC 95%: -0.34 a -0.08) durante la restricción del sueño, con una reducción adicional en el apoyo social y de pares (DME: -0.24; IC 95%: -0.47 a -0.01) en el análisis de la muestra por protocolo.

 

Conclusiones

Los resultados del presente análisis secundario del ensayo DREAM indicaron que incluso 39 minutos menos de sueño por noche durante una semana redujeron de forma significativa la CVRS, incluido el bienestar físico, el bienestar general y la capacidad de desenvolverse bien en el entorno escolar, en niños sanos. Este hallazgo demuestra que garantizar que los niños reciban suficiente sueño de buena calidad es un problema importante de salud infantil.



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