asnc.png


asnc.png
El sueño breve y las características de la dieta influirían en el riesgo de desarrollar diabetes de tipo 2
JAMA Network; Upsala, Suecia, 25 Marzo 2024

El sueño de breve duración se asoció con un riesgo más elevado de diabetes mellitus de tipo 2 (DM2), incluso en personas que mantenían una dieta saludable.

El artículo publicado en la revista JAMA * evalúa la asociación entre la adherencia a una dieta saludable, la duración del sueño y el riesgo de desarrollar DM2 en adultos.

Muchas personas duermen menos de 7 horas diarias, condición que a menudo se denomina sueño breve. Los períodos prolongados de sueño insuficiente se asocian con diversos riesgos para la salud, entre los que se incluye el de DM2.
Sugirieron esta asociación diversas investigaciones que llevaron a cabo mediciones objetivas de la duración del sueño y estudios que demostraron alteración de las respuestas a la prueba de tolerancia a la glucosa e indicadores de resistencia a la insulina asociados con la restricción aguda del sueño.

Las evidencias actuales sugieren que aumentar la duración del sueño a 7 horas diarias, como mínimo, podría disminuir el riesgo en personas con sueño breve. Sin embargo, es difícil lograr el objetivo cuando existen dificultades relacionadas con esquemas de trabajo, responsabilidades de cuidado y presiones económicas.

Algunos análisis sugirieron que una dieta saludable y el aumento de la actividad física podrían contrarrestar los efectos de la disminución de las horas de sueño, pero se desconoce en qué medida ambas acciones podrían ser eficaces.

En vista de los antecedentes, los autores investigaron el nexo entre la brevedad del sueño y la incidencia de DM2, en particular teniendo en cuenta el cumplimiento de una dieta saludable. La hipótesis del trabajo propuso que un patrón dietético saludable podría disminuir el riesgo de DM2 en personas con sueño breve.

Duración del sueño
La cohorte analizada integra la base de datos Biobank del Reino Unido que abarca personas de 38 a 71 años.

La evaluación de la duración del sueño analizó las respuestas a la pregunta "Aproximadamente, ¿cuántas horas duerme cada día con siestas incluídas?".
A los participantes que informaron 7 a 8 horas diarias de sueño se los clasificó con duración normal. Los restantes tipos se dividieron en leve (6 horas), moderado (5 horas) y extremo (3-4 horas).
Los individuos con menos de 3 horas quedaron excluídos de la evaluación.

Dieta saludable
El cumplimiento de una dieta saludable se determinó mediante el análisis de las respuestas a un cuestionario electrónico.
La alimentación sana, basada en una mediana de distribución específica de la población, incluía criterios como menos de 2 raciones semanales de carnes rojas no procesadas, menos de 2 raciones de carnes rojas procesadas por semana, 4 cucharadas grandes (aprox. 15 gr cada una) diarias de verduras o más, 2 porciones diarias de fruta o más y 2 porciones de productos de pescado a la semana o más.
Con esta información se confeccionó una escala de 0 a 5, en la que el valor máximo expresaba la dieta más saludable.
Los registros de pacientes hospitalizados con DM2 determinó el criterio de valoración del estudio.

Resultados
El estudio analizó la información de 247 867 adultos, con una media de 55,9 años y alrededor de 50% mujeres. Durante el seguimiento se diagnosticó DM2 en el 3,2% de los participantes.

Los datos dieron cuenta de un aumento significativo del riesgo de DM2 en participantes con 5 horas diarias de sueño o menos, en comparación con las personas con patrones de sueño normales. Además, quienes informaron hábitos alimentarios más saludables presentaban un riesgo menor de desarrollo de la enfermedad.

La asociación entre sueño breve y mayor riesgo de DM2 persistió incluso en los participantes con dietas saludables, pero no se observó una interacción multiplicadora entre la duración del sueño y la puntuación de una dieta saludable.

Conclusiones y perspectivas
Según estudios de laboratorio, la falta de sueño podría contribuir al desarrollo de DM2 a través de varios mecanismos, como la alteración de la sensibilidad a la insulina, el cambio del metabolismo energético de los músculos esqueléticos hacia la oxidación de compuestos diferentes a la glucosa, el aumento de la actividad del sistema nervioso simpático y la modificación de la composición del microbioma intestinal. En consecuencia la elevada prevalencia de individuos con ciclos de sueño breves podría contribuir al aumento proyectado de DM2 a escala mundial.

Aunque la prolongación de la duración del sueño tal vez no sea un objetivo factible para una proporción destacada de personas con sueño breve, para los autores es esencial investigar estrategias alternativas tendientes a mitigar el riesgo de DM2, prestando enfática atención a sus causas subyacentes. 

Por ejemplo, la apnea obstructiva del sueño puede dar lugar a despertares prematuros y duración insuficiente del sueño. Es sabido que el trastorno aumenta el riesgo de resistencia a la insulina y de DM2 y en parte podría explicar la asociación observada entre el sueño breve y la elevación del riesgo de diabetes. Ante esta posibilidad, la eficacia de la modificación de los patrones dietéticos por hábitos más saludables para mitigar los efectos sobre el metabolismo de la glucosa podría ser limitada en caso de coexistir un cuadro de apnea del sueño.

Los autores concluyen que no lograron aportar pruebas convincentes para respaldar la noción que sostiene el bajo consumo de carnes rojas con alto consumo de frutas, verduras y pescado puede mitigar suficientemente -en asociación con el sueño breve habitual- el riesgo de desarrollar DM2.

Sin embargo, ante las limitaciones del análisis actual, sugieren nuevas investigaciones para explorar si los patrones dietéticos específicos -como la restricción del tiempo de ingesta- podrían contrarrestar o aliviar las consecuencias metabólicas adversas asociadas a la corta duración del sueño.
Los futuros estudios referidos a las asociaciones entre la adherencia a una dieta saludable, la duración del sueño y el riesgo de desarrollar DM2, se beneficiarían sustancialmente con la inclusión de mediciones repetidas y objetivas tanto del sueño como de los hábitos dietéticos.

Los autores remarcan que esos enfoques serán esenciales para desentrañar la interacción dinámica de factores influyentes de la DM2 y podrían ampliar el conocimiento de las asociaciones combinadas que contribuyen al desarrollo de la enfermedad.

 

* JAMA Network Open (acceso abierto)
Habitual Short Sleep Duration, Diet, and Development of Type 2 Diabetes in Adults
Diana Aline Nôga, Elisa de Mello e Souza Meth, André Pekkola Pacheco, Xiao Tan, Jonathan Cedernaes, Lieve Thecla van Egmond, Pei Xue, Christian Benedict
5 de marzo, 2024
doi:10.1001/jamanetworkopen.2024.1147

Filiación de los autores/as:
Department of Pharmaceutical Biosciences, Uppsala University, Sweden
Department of Big Data in Health Science, Zhejiang University School of Public Health, Hangzhou, China
Sir Run Run Shaw Hospital, Zhejiang University School of Medicine, Hangzhou, China
Department of Medical Sciences, Uppsala University, Uppsala, Sweden
Department of Medical Cell Biology, Uppsala University, Uppsala, Sweden
Department of Psychiatry and Psychotherapy, Tübingen Centre for Mental Health, Medical Faculty, University of Tübingen, Tübingen, Germany