Resúmenes amplios

EL USO DE INYECCIONES INTRAARTICULARES EN EL TRATAMIENTO DE LA ARTROSIS DE TOBILLO


Amsterdam, Países Bajos
La revisión sistemática de la bibliografía actual indica que no hay pruebas suficientes para justificar el uso de cualquier tipo de inyección intraarticular en el tratamiento de la artrosis de tobillo.

Clinical Orthopaedics and Related Research 49(9):1813-1824

Autores:
Paget LDA

Institución/es participante/s en la investigación:
University of Amsterdam

Título original:
What Is the Efficacy of Intra-articular Injections in the Treatment of Ankle Osteoarthritis? A Systematic Review

Título en castellano:
¿Cuál es la Eficacia de las Inyecciones Intraarticulares en el Tratamiento de la Artrosis de Tobillo?

Extensión del  Resumen-SIIC en castellano:
1.88 páginas impresas en papel A4

Introducción

La incidencia estimada de artrosis de tobillo es del 3.4%, de la cual entre el 70% y el 78% es postraumática. En exjugadores profesionales de fútbol y rugby, la artrosis de tobillo se ha asociado con lesiones previas de tobillo, y su incidencia de esta es mayor en estos atletas que en la población general. La artrosis de tobillo es dolorosa y puede afectar la calidad de vida física y mental del paciente. Debido a que los pacientes con artrosis de tobillo tienden a ser más jóvenes y más activos que los pacientes con artrosis de rodilla y cadera, su esperanza de vida proyectada más larga se ve afectada más gravemente por una calidad de vida reducida o limitaciones funcionales sustanciales después de la artrodesis de tobillo. Debido a estas preocupaciones, los enfoques no quirúrgicos son un pilar del tratamiento de los pacientes con AO de tobillo. Aunque las inyecciones intraarticulares se utilizan para aliviar los síntomas, existen pruebas contradictorias sobre su eficacia. Por lo tanto, una revisión sistemática actualizada podría ser informativa. 

El objetivo de esta revisión sistemática fue determinar si existen beneficios o perjuicios clínicamente importantes asociados con el uso de inyecciones intraarticulares en el tratamiento de la artrosis de tobillo.

Métodos

Se utilizaron las bases de datos PubMed, Embase y la Biblioteca Cochrane desde la fecha de inicio de cada base de datos hasta enero de 2022 para buscar ensayos controlados aleatorizados sobre inyecciones intraarticulares para el tratamiento de la artrosis de tobillo. Las listas de referencias de los estudios elegibles y las revisiones previas se examinaron de forma manual. Dos revisores evaluaron de forma independiente la elegibilidad de los estudios. Los datos fueron extraídos de forma independiente. La calidad metodológica se evaluó mediante la herramienta Cochrane Risk of Bias 2.0. Una diferencia clínicamente relevante se basó en si la diferencia entre los grupos superaba el umbral determinado como la diferencia mínima clínicamente importante de la medida de resultado informada por el paciente utilizada para evaluar la artrosis de tobillo. El nivel de evidencia de cada resultado se calificó de acuerdo con los criterios Grading of Recommendations Assessment, Development, and Evaluation (GRADE). 

Resultados

Se incluyeron siete estudios. Tres compararon el ácido hialurónico (AH) con la solución salina, uno comparó el AH con el ejercicio, uno comparó cuatro regímenes diferentes de AH, uno comparó el plasma rico en plaquetas (PRP) con solución salina y el otro comparó la toxina botulínica tipo A con la AH. Se incluyeron un total de 340 pacientes: 141 en los grupos de AH, 48 en el grupo de PRP, 38 en el grupo de toxina botulínica tipo A y 113 en los grupos de solución salina. En todos los estudios, la media de la edad fue de 52 ± 21 años y el 35% eran mujeres (119 de 340 pacientes). De los seis estudios con AH como intervención (tres estudios frente a solución salina, uno frente a otros regímenes de AH, uno frente a un programa de ejercicios progresivos de tobillo y uno contra toxina botulínica tipo A), dos estudios tuvieron un seguimiento de 3 meses, tres estudios tuvieron un seguimiento de 6 meses y un estudio tuvo un seguimiento de 12 meses. En estos estudios, se utilizó AH de bajo peso molecular y peso molecular medio. Se realizaron inyecciones guiadas por ecografía en tres estudios. Los programas de inyecciones variaron desde inyecciones únicas hasta cinco inyecciones con dosis variables. La duración del seguimiento del ensayo osciló entre 3 y12 meses. Los puntajes más utilizados fueron el puntaje de dolor de la escala visual analógica y la Escala de Artrosis de Tobillo. De los estudios incluidos, el riesgo de sesgo fue bajo en dos estudios, presentó algunas preocupaciones en un estudio y fue alto en cuatro estudios. De acuerdo con la metodología GRADE, el nivel de evidencia fue muy bajo para el AH, moderado para el PRP y muy bajo para la toxina botulínica tipo A. El nivel de heterogeneidad fue alto y se optó por realizar una revisión sistemática en lugar de un metanálisis.

No se encontraron diferencias clínicamente relevantes entre el AH, el PRP y la toxina botulínica tipo A y sus grupos de control a los 3, 6 o 12 meses. Ningún estudio informó eventos adversos graves en los grupos de tratamiento. Los efectos adversos notificados con mayor frecuencia fueron dolor leve e hinchazón local en el sitio de la inyección, cuyas proporciones oscilaron entre el 6% y el 29% en tres estudios (sin diferencias entre los grupos). Todos los eventos adversos informados se resolvieron sin intervención médica. 

Conclusión

Esta revisión sistemática no encontró pruebas suficientes para justificar el uso de inyecciones intraarticulares de AH, PRP o toxina botulínica tipo A para el tratamiento de pacientes con artrosis de tobillo. Debido a esto, se desaconseja su uso en la práctica hasta que futuros estudios de alta calidad encuentren pruebas de eficacia. 



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