Programa Actualización Científica sin Exclusiones (ACisE)

Informes comentados


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Informe
Resumen SIIC
ES Shenoy
Institución: Massachusetts General Hospital,
Boston EE.UU.

El Enmascaramiento Universal Aumentaría la Seguridad, el Bienestar y la Confianza de los Trabajadores de la Salud en los Hospitales
La mayor contribución de los protocolos de enmascaramiento universal en los hospitales sería reducir la ansiedad, más allá del papel que puedan desempeñar en la reducción de la transmisión de enfermedad por coronavirus 2019.


Publicación en siicsalud
http://www.siicsalud.com/des/resiiccompleto.php/163349


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Autor del comentario
María Luz Gunturiz Albarracín 
Investigadora Científica, Instituto Nacional de Salud, Bogotá, Colombia


La pandemia por el nuevo coronavirus 2019 (COVID-19) ha generado además de muchas interrogaciones sobre el comportamiento del virus, ansiedad, miedo, incertidumbre y angustia generalizada. Todas ellas causadas por medidas sanitarias cambiantes y por exceso de información que no siempre es verdadera, pero que si ocasiona intranquilidad en la población. En las últimas semanas se ha puesto a discusión el uso de las mascarillas y han surgido varias preguntas, entre las cuales se incluyen: ¿toda la población debe usar mascarillas? ¿Es realmente necesario? ¿Protegen al que la lleva o a los que están en cercanía? ¿Hay evidencia científica sobre ello? ¿Cuáles son las mejores? ¿Son efectivas las mascarillas de tela o caseras? ¿Es bueno o malo usarlas?, entre muchas otras. Algunas de
estas preguntas fueron expuestas en el artículo de Klompas M, et al., 1 quienes recalcan que “usar una máscara fuera de las instalaciones de atención médica ofrece poca, si es que hay alguna, protección contra infecciones”, afirmaciones que generan mucho nerviosismo dentro de los empleados de la salud que están en la primera línea de atención del COVID-19 y que se extrapola a la comunidad general. En contradicción con esto y de acuerdo con la norma UNE-EN 14683:2019+AC sobre mascarillas quirúrgicas2 se ha descrito que: “Las mascarillas quirúrgicas pueden estar previstas también para que los pacientes y otras personas las lleven puestas para reducir el riesgo de propagación de infecciones, particularmente en situaciones epidémicas o pandémicas”.
Por otra parte, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) informaron recientemente que las máscaras quirúrgicas de grado inferior son “una alternativa aceptable” a las máscaras N95 a menos que los trabajadores realicen una intubación u otro procedimiento en un paciente con COVID-19 que pueda liberar un gran volumen de partículas de virus. Pero en contraposición, académicos, líderes de organizaciones sin fines de lucro y ex reguladores en el campo de la seguridad laboral dicen que el empleo de máscaras quirúrgicas, con un grado de protección mucho menor que los respiradores N95, muy seguramente favorecerá la propagación de la enfermedad entre los trabajadores de salud de primera línea, que estarían representando aproximadamente el 11% de todos los casos conocidos de COVID-19.3
Para abordar algunas de las preguntas planteadas anteriormente, en cuanto a si el uso de las mascarillas es necesaria, la respuesta es un si absoluto. Sin embargo, este uso debe ser riguroso y debe estar acompañado de otras medidas como el lavado de manos rutinario y frecuente, el distanciamiento social, las cuarentenas obligatorias para los casos positivos, el buen uso de los servicios de salud para no colapsar las salas de cuidados intensivos y el empleo racional de los elementos de protección personal por parte del mismo personal sanitario. Es de resaltar que a nivel mundial no se conoce el número total de casos y mucho menos el número de casos de personas asintomáticos, situación que hace que el uso de mascarillas sea esencial para la comunidad en general, mientras se puede disponer de vacunas o medicamentos contra el virus. Ya está bien descrito que personas mayores de 60 años así como personas con enfermedades cardiovasculares, asma, diabetes, hipertensión, entre otras, son una población que esta en riesgo de tener complicaciones o morir en caso de contraer el virus, por lo que es relevante extremar medidas para que no haya diseminación del virus en estas personas, así que el uso de mascarillas o tapabocas es imprescindible para protegerse sobretodo de potenciales asintomáticos que en general, no tienen la conciencia del daño que pueden causar por no seguir a cabalidad las recomendaciones impuestas en cada país. Por otra parte, también es de mencionar, que usar la mascarilla por usarla no tiene ningún sentido. El uso de este implemento de manera racional debe darle a la comunidad la certeza de que las mascarillas sirven para protegerse de un posible contagio y para proteger a los demás en el caso de que ser asintomáticoo positivo para COVID-19, pero no debe dar sensación de seguridad, pues es allí en que se incurre en su mal uso. El uso de las mascarillas en el contexto de la pandemia en donde aun hay desconocimiento del virus perse, de los efectos secundarios a la infección, de potenciales rebrotes, de falta de medicamentos y vacunas contra el virus, es y deberá seguir siendo una de las medidas de prevención obligatorias a nivel mundial, para que esta enfermedad no siga desbordándose y ocasionando más muertes. Lo que si es necesario es que cada país asesorado por la OMS, debe dar lineamientos claros para su empleo adecuado, y no dar la sensación que el uso de mascarillas no es adecuado, cuando hay evidencias suficientes que demuestran lo contrario. Por último, los países deben tratar de producir sus propias mascarillas para que este insumo siempre este disponible y no justificar el no uso por falta de existencias en el mercado. En resumen se debe inculcar que cada tipo de mascarilla tiene su función y diferentes grados de protección, con lo cual, se puede generar cultura de su buen uso, lo que motivará a que las mascarillas tipo N95 o quirúrgicas sean distribuidas para personal sanitario, pacientes con COVID-19 o con sospecha de infección, personas mayores de 60 años, pacientes con enfermedades crónicas y personas que cuidan a estos pacientes y no para la comunidad general. Para reforzar lo mencionado anteriormente, la OMS4 da los siguientes lineamientos para el uso correcto de las mascarillas: Antes de ponerse una mascarilla, lávese las manos con un desinfectante a base de alcohol o con agua y jabón.
Cúbrase la boca y la nariz con la mascarilla y asegúrese de que no haya espacios entre su cara y la máscara.
Evite tocar la mascarilla mientras la usa; si lo hace, lávese las manos con un desinfectante a base de alcohol o con agua y jabón.
Cámbiese de mascarilla tan pronto como esté húmeda y no reutilice las mascarillas de un solo uso. Para quitarse la mascarilla: quítesela por detrás (no toque la parte delantera de la mascarilla); deséchela inmediatamente en un recipiente cerrado; y lávese las manos con un desinfectante a base de alcohol o con agua y jabón. Copyright © SIIC, 2020
Referencias
Klompas M, et al. Universal Masking in Hospitals in the Covid-19 Era. N Engl J Med. 2020;382(21):e63. doi:10.1056/NEJMp2006372.
Norma. UNE-EN 14683:2019+AC:2019. Mascarillas quirúrgicas. Requisitos y métodos de ensayo. Disponible en: https://www.une.org/encuentra-tu-norma/busca-tu-norma/norma/?c=N0062987. Acceso junio 12 de 2020. KHN. True Toll Of COVID-19 On U.S. HealthCareWorkersUnknown. Disponible en: https://khn.org/news/true-toll-of-covid-19-on-u-s-health-care-workers-unknown/ . Acceso junio 11 de 2020.
Organización Mundial de la Salud. Consejos para la población sobre el nuevo coronavirus (2019-nCoV): cuándo y cómo usar mascarilla. Disponible en: https://www.who.int/es/emergencies/diseases/novel-coronavirus-2019/advice-for-public/when-and-how-to-use-masks. Acceso junio 11 de 2020.

Palabras Clave
enmascaramiento universal, hospitales, COVID-19, SARS-CoV-2, pandemia
Especialidades
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Informe
Resumen SIIC
ES Shenoy
Institución: Massachusetts General Hospital,
Boston EE.UU.

El Enmascaramiento Universal Aumentaría la Seguridad, el Bienestar y la Confianza de los Trabajadores de la Salud en los Hospitales
La mayor contribución de los protocolos de enmascaramiento universal en los hospitales sería reducir la ansiedad, más allá del papel que puedan desempeñar en la reducción de la transmisión de enfermedad por coronavirus 2019.


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Comentario
Autor del comentario
Luis Del Carpio Orantes 
Investigador asociado A, Instituto Mexicano del Seguro Social, Veracruz, México


Los profesionales de la salud principalmente médicos y enfermeras son el personal de primera línea combatiendo la actual pandemia de COVID-19 y son quienes tienen el riesgo de contagio inminente en todo momento.
La pandemia ha cobrado muchas vidas de estos profesionales sanitarios y todo parece indicar, además de algunos factores de riesgo propios del huésped, que el principal responsable es el deficiente equipo de protección personal otorgado por las instituciones, teniendo dichos profesionales que invertir de recursos propios para comprar equipo de protección adicional con miras a una mejor protección personal y evitar ser parte de la estadística de muertes.
El equipo de protección adecuado incluye gafas, mascarillas N95-N100 o respiradores N100 o P100 (o FFP2-FFP3), así como batas quirúrgicas o equipos de bioseguridad
tipo tyvek, aunado a guantes, gorros y botas desechables, muchas de las veces pese a este equipo aún existe riesgo de contagio. Un estudio que analizó la presencia viral en el equipo de protección personal de médicos tras exponerse a enfermos, demostró que el 31% de las muestras de guantes, 21% de las batas y 12% de mascarillas fueron positivas. Una vez retirado el equipo de protección especial, se tomaron muestras en la ropa interior y partes del cuerpo, demostrando presencia viral en las manos en 21%, cabello en 11% y cara en 7%. Dado lo anterior es importante la técnica de uso tanto en la correcta colocación como el retiro de las mascarillas y de todo el equipo de protección personal, ya que una técnica deficiente puede condicionar contagio del personal implicado.
La preocupación por el contagio del personal de salud es alta y se han diseñado algunas estrategias para intentar contener el riesgo de contagio, la experiencia acumulada en las diversas latitudes del mundo indican: pruebas de escrutinio para búsqueda del SARS-CoV-2 en el personal de salud cada determinado tiempo ya que existen los portadores asintomáticos que pueden condicionar contaminación y contagio, de igual forma estrategias de búsqueda intencionada de trabajadores con enfermedades crónicodegenerativas puede limitar la infección del personal con estas características, así como el uso rutinario de mascarillas lo cual es una práctica que ha demostrado cierta eficacia en limitar el contagio por vía aérea, sin embargo la mayor eficacia se da combinando los diferentes métodos comentados que ayudarían a una mejor contención de la infección intrahospitalaria y del personal de salud.
En resumen y como concluye el documento analizado, el enmascaramiento universal puede ser una buena estrategia para limitar el riesgo de contagio, incrementando la confianza del personal que labora directamente e indirectamente con los enfermos afectados por COVID-19, sin embargo, esta práctica debe acompañarse o ser parte de toda una conjunción de estrategias para tener una mejor efectividad en controlar los brotes hospitalarios, evitando así el contagio de los trabajadores de la salud y el riesgo de morbimortalidad que esto implica.

Palabras Clave
enmascaramiento universal, hospitales, COVID-19, SARS-CoV-2, pandemia
Especialidades
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Informe
Resumen SIIC
PP Glasziou
Institución: Bond University,
Belmont Australia

Aspectos Negativos de la Investigación Apresurada en Tiempos de Pandemia
Como consecuencia de la pandemia se observa una vorágine de investigación global, con consecuencias mixtas. En este artículo se mencionan los inconvenientes de la realización de estudios con deficiencias metodológicas. El desperdicio en la investigación que existe no es nuevo, pero se vio exacerbado por la prisa en la investigación inspirada por la pandemia.


Publicación en siicsalud
http://www.siicsalud.com/des/resiiccompleto.php/163745


Comentario
Autor del comentario
Julián Sánchez Viamonte 
Consultor, Universidad Nacional de La Plata, La Plata, Argentina


Los tiempos han cambiado. Desde la descripción original de los casos de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) en la ciudad China de Wuhan y la alarma subsiguiente a nivel global, con múltiples escenarios descriptos, han pasado poco más de seis meses. Este hecho inédito por sus características ha modificado el panorama de la investigación en general y la de las ciencias de la salud en particular. Las pandemias se caracterizan por aumentos bruscos de los casos de enfermedad, y COVID-19 no ha sido una excepción. Esta pandemia ha mostrado efectos muy positivos, como la rapidez en la secuenciación del genoma del agente etiológico SARS-CoV-2 o la disponibilidad de las primeras pruebas de amplificación genómica para diagnóstico a través de la reacción en
cadena de la polimerasa (en poco más de 30 días desde el inicio). De la mano de ello hemos visto un crecimiento exponencial en la investigación. Desde enero del 2020 al 8 de junio del 2020 se han publicado más de 23 000 artículos relacionados a COVID-19, en diferentes versiones, gran parte de ellos en formatos preliminares. Y ese número lejos de disminuir, se mantiene y continúa en aumento. Por citar un ejemplo a la fecha, únicamente en PubMed se proporciona un acceso a 19857 artículos relevantes1 con más de 1900 publicaciones en la última semana.
Pero, ¿Es todo lo publicado veraz, oportuno y útil? En una editorial escrita por Glasziou y colaboradores2 se mencionan algunos problemas relacionados a la avalancha de investigaciones y su calidad.
Los autores mencionan que la disponibilidad de ensayos clínicos controlados para evaluar las intervenciones farmacológicas y no farmacológicas es heterogénea, con una preocupante falta de ensayos sobre intervenciones no farmacológicas. Para agregar a ello, en los últimos días, dos de las más importantes revistas en ciencias médicas (The Lancet3 y NEJM4) retiraron publicaciones referidas a la terapéutica con cloroquina e hidroxicloroquina, debido que a los autores no se les otorgó acceso a los datos sin procesar y no han podido validar las fuentes de los datos primarios. Para el caso de los artículos en versión de preimpresión es incluso más preocupante, dado que son artículos que no han sido revisado por pares (uno de los estándares para las publicaciones científicas de mayor calidad), varios de los cuales han sido retirados también por falta de evidencia e incluso, fraudulencia.5
El otro punto crítico que mencionan los autores es la duplicación de trabajos. Si bien algunas réplicas de estudios pueden ser importantes, la mayoría redunda en una mala asignación de recursos. Como ejemplo se cita la dispersión de trabajos acerca de la utilidad de la hidroxicloroquina o la cantidad de revisiones sistemáticas que evalúan las máscaras faciales. Una respuesta invaluable sería la creación de un portal centralizado y accesible de toda la investigación y síntesis en curso.
Ahora ¿Estamos aplicando los resultados de las investigaciones? Acompañados por el desarrollo de la pandemia, y con el contexto de incertidumbre generalizada, los jefes políticos de los diferentes gobiernos han incorporado a sus equipos investigadores y científicos para apoyar la toma de sus decisiones. Este punto no es novedoso en sí mismo, lo novedoso es el alcance y repercusión que ha alcanzado. Los investigadores han cobrado protagonismo, incluso marcando decisiones con los hallazgos de las investigaciones, que se han opuesto enfáticamente a lo planteado por grandes líderes mundiales al cambiar el enfoque inicial6,7 Esta situación es un cambio importante a lo que ha sucedido con anterioridad, sobre todo por su velocidad de instauración. El escenario de incorporar evidencias de los resultados de las investigaciones es muy dinámico, y representa un gran desafío. Con información que hoy puede ser de utilidad y en poco tiempo dejar de serlo. Los países de medianos8 y bajos recursos,9 no han quedado al margen de este enfoque de incorporación de evaluadores y científicos para apoyar a la toma de decisiones. Aunque con un alcance heterogéneo entre los países, las iniciativas de gobierno abierto,10 y ofrecer datos abiertos, junto con herramientas digitales para permitir la participación pública con transparencia de los datos, es un valor muy apreciado.
Para tomar decisiones, ¿Todos los resultados sirven? No se deberían utilizar resultados de investigaciones que no respeten estándares mínimos de calidad internacionalmente desarrollados y aceptados.11 En esto punto se puede realizar una analogía al concepto informático de “basura entra, basura sale”.12 El insumo para tomar decisiones debe ser de buena calidad y de trasparencia, son requisitos. Nos encontramos ante un escenario que plantea un esfuerzo muy importante de todos los actores involucrados. Tenemos el desafío de construir y afianzar lo alcanzado.
Referencias: 1.Disponible en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/research/coronavirus/. Fecha de consulta: 08-06-2020 2.Glasziou P. A deluge of poor quality research is sabotaging an effective evidence based response. Disponible en: BMJ 2020; 369: m1847 https://www.bmj.com/content/369/bmj.m1847. Fecha de consulta: 08-06-2020.
3.Mehra MR, Ruschitzka F, Pate AN. Retraction—Hydroxychloroquine or chloroquine with or without a macrolide for treatment of COVID-19: a multinational registry analysis. Disponible en : https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(20)31324-6/fulltext. Fecha de consulta: 08-06-2020.
4.Mehra MR, Desai SS, Kuy SR. Retraction: Cardiovascular Disease, Drug Therapy, and Mortality in Covid-19. N Engl J Med. DOI: 10.1056/NEJMoa2007621. Disponible en :https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMc2021225. Fecha de consulta: 08-06-2020.
5.Ioannidis JPA Coronavirus disease 2019: The harms of exaggerated information and non-evidence-based measures. Eur J Clin Invest. 2020; 50(4): e13222.doi: 10.1111/eci.13222. Disponible en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7163529/#eci13222-bib-0010. Fecha de consulta: 08-06-2020.
6.Landler M, Castle S. Behind the Virus Report That Jarred the U.S. and the U.K. to Action. Disponible en: https://www.nytimes.com/2020/03/17/world/europe/coronavirus-imperial-college-johnson.html. Fecha de consulta: 08-06-2020.
7.Bergen P. Who's right on schools, Fauci or Trump? Disponible en: https://edition.cnn.com/2020/05/15/opinions/fauci-vs-trump-who-to-trust-bergen/index.html. Fecha de consulta: 08-06-2020.
8.Krubiner C, MadanJ, Kaufman k, Kaufman J.Balancing the COVID-19 Response with Wider Health Needs: Key Decision-Making Considerations for Low- and Middle-Income Countries. Disponible en: https://reliefweb.int/report/world/balancing-covid-19-response-wider-health-needs-key-decision-making-considerations-low. Fecha de consulta: 08-06-2020.
9.Hopman J, Allegranzi B, Mehtar S Managing COVID-19 in Low- and Middle-Income Countries.Disponible en: https://jamanetwork.com/journals/jama/fullarticle/2763372. Fecha de consulta: 08-06-2020.
10.Collecting Open Government Approaches to COVID-19. Disponible en: https://www.opengovpartnership.org/collecting-open-government-approaches-to-covid-19/. Fecha de consulta: 08-06-2020.
11.Equator network. Disponible en: https://www.equator-network.org/. Fecha de consulta: 08-06-2020.
12.Garbage in, garbage out. Disponible en: https://en.wikipedia.org/wiki/Garbage_in,_garbage_out#:~:text=From%20Wikipedia%2C%20the%20free%20encyclopedia,%2C%20rubbish%20out%20(RIRO). Fecha de consulta: 08-06-2020.

Palabras Clave
pandemia, COVID-19
Especialidades
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Informe
Resumen SIIC
B Mullen
Institución: American College of Cardiology,
Washington DC EE.UU.

Guía Clínica de COVID-19 para el Equipo Cardiovascular
El objetivo de la presente guía, destinada específicamente para los cardiólogos, es complementar, pero no reemplazar las recomendaciones vigentes de los Centers for Disease Control and Prevention, de las autoridades locales y de las distintas instituciones.


Publicación en siicsalud
http://www.siicsalud.com/des/resiiccompleto.php/163446


Comentario
Autor del comentario
Luz Gracia Don 
Hospital San Martín, Paraná, Argentina


El artículo comienza con un consejo que creo que todos los que estamos en la línea de fuego en la atención de pacientes con esta patología debemos siempre tener en cuenta; y ese es que, para cuidar bien a nuestros pacientes primero debemos protegernos a nosotros mismos. Utilizando guantes, máscara, lavándonos las manos con frecuencia e higienizando tanto las superficies como los objetos que utilizamos como el estetoscopio, los teléfonos celulares, los periféricos de la computadora, etc. Tener esto presente es fundamental para poder cumplir de forma adecuada nuestro trabajo.
Por otro lado, también vale aclarar que todos los artículos publicados hasta el momento, incluido este, están sujetos a revisión ya que los conocimientos sobre esta patología están cambiando continuamente y lo que hoy
aceptamos como verdad mañana puede no serlo.
Una vez descritos los preliminares, el artículo focaliza en el contexto general de la patología, comentando la mortalidad que en general oscila en un valor aproximado de 2.3%. Sabemos que 80% de los pacientes presentan síntomas leves y se recuperan sin una intervención médica específica. Sin embargo, la mortalidad se incrementa en forma significativa con la edad, siendo 8% entre los 70 y 79 años, y 14.9% por encima de los 80 años.
Los datos publicados hasta el momento nos dicen que las condiciones comórbidas también incrementan la posibilidad de adquirir COVID-19 y también su mortalidad es más alta que en la población general, por ejemplo, los pacientes con cáncer tienen 5.6% de mortalidad, la hipertensión 6%, la enfermedad respiratoria crónica 6.3%, la diabetes 7.3%, los que padecen enfermedad cardiovascular 10.5%.
Entre las complicaciones cardíacas, las arritmias son las más frecuentes (aproximadamente 16.7%), y 7.2% experimentan lesiones cardíacas agudas.
La insuficiencia cardíaca aguda, el infarto de miocardio, la miocarditis y el paro cardíaco son las complicaciones más frecuentes.
Los pacientes críticos con enfermedades cardiovasculares y COVID-19 pueden llegar a requerir ECMO arterio-venoso y veno-venoso.
Los pacientes con enfermedades cardiovasculares deben recibir nuestro consejo para evitar contagiarse ya que tienen un riesgo incrementado de contraer el virus y mayor mortalidad.
Por otro lado, debemos estar siempre atentos ya que puede pasarse por alto el diagnóstico de infarto de miocardio.
En los pacientes internados con condiciones cardiovasculares debemos tener como siempre mucho cuidado con la reposición hidrosalina y evitar la sobrecarga.
Debemos aconsejar bien a nuestros pacientes para que mantengan en forma adecuada su sistema inmunológico, que coman bien, duerman bien y eviten o manejen en forma adecuada el estrés. Lo que debemos siempre tener en cuenta y remarcar el buen uso de los sistemas de protección personal y entrenar continuamente al personal de salud y continuarlo en forma regular para evitar que puedan cometerse errores, ya que la correcta utilización de estas salva vida.
También debemos ser precavidos en el uso de angioplastia y de cirugías de revascularización coronaria.
Copyright © SIIC, 2020

Palabras Clave
guía clínica, COVID-19, equipo de atención cardiovascular
Especialidades
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