Programa Actualización Científica sin Exclusiones (ACisE)

Informes comentados


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Informe
Autor del informe original
AC Costa
Institución: Faculdade de Medicina da Universidade de São Paulo (FMUSP),
São Paulo Brasil

El Uso de Cannabinoides no Debe Considerarse como Tratamiento de Primera o Segunda Línea de los Trastornos Neuropsiquiátricos Prevalentes en la Vejez
El uso de cannabinoides como medicamentos terapéuticos ha aumentado entre las personas de edad avanzada, y demuestran resultados prometedores para el tratamiento de los trastornos neuropsiquiátricos frecuentes en este grupo poblacional. Sin embargo, no deben considerarse como terapia de primera o segunda línea de la enfermedad de Parkinson o la enfermedad de Alzheimer.


Publicación en siicsalud
http://www.siicsalud.com/des/resiiccompleto.php/173006


Comentario
Autor del comentario
María Luz Gunturiz Albarracín 
Instituto Nacional de Salud, Bogotá, Colombia


El cannabis para uso medicinal se ha utilizado durante siglos en varias culturas antiguas de todo el mundo. La identificación de los compuestos activos en los años sesenta y el esclarecimiento de su mecanismo de acción en los años noventa nos han proporcionado las herramientas para estudiar y comprender mejor cómo se puede usar terapéuticamente el cannabis. En las últimas dos décadas, se ha observado un aumento de publicaciones científicas sobre cannabis medicinal (CM). Las condiciones específicas, con el mayor número de publicaciones, fueron VIH, dolor crónico, esclerosis múltiple, náuseas y vómitos y epilepsia. También se ha observado un aumento en el consumo de cannabis medicinal en la población de adultos mayores, con el mayor incremento en la población de 65 años o
más. Los usuarios prefieren el CM, ya que tiene menos efectos adversos, menor riesgo de adicción y mejor efectividad para tratar los síntomas de afecciones médicas, en comparación con los medicamentos convencionales. El dolor, la ansiedad, la pérdida de apetito o la pérdida de peso, la depresión y el insomnio son las afecciones más comunes para las que se usa el CM. Con un número creciente de países que implementan leyes de CM y el número creciente de pacientes que lo utilizan, es esencial educar a los profesionales médicos sobre su uso. Si bien hay algunos medicamentos basados en cannabinoides disponibles en ciertos países, la mayoría de los pacientes prefieren usar productos naturales de cannabis, como las flores de cannabis (cannabis flos), tinturas y otras preparaciones de medicamentos botánicos. Cómo utilizar estas diversas formas de CM, los diferentes compuestos activos, las indicaciones médicas, la dosificación, los posibles efectos secundarios y las interacciones farmacológicas, son temas que deben entenderse para lograr resultados óptimos con la terapia con cannabinoides.1 Los avances recientes en el conocimiento de la bioquímica y la farmacología del sistema cannabinoide incluyen el desarrollo de nuevos fármacos que actúen potenciando o inhibiendo dicho sistema, así como fármacos sintéticos agonistas y antagonistas de los receptores cannabinoides. Sin embargo, la investigación clínica disponible actualmente sobre la eficacia de los cannabinoides se ha realizado con medicamentos derivados directamente de la planta Cannabis sativa.2
La planta Cannabis sativa contiene más de 400 sustancias, de las cuales 61 tienen estructura de cannabinoide, similar a la de su principio activo más importante, el ?9-tetrahidrocannabinol (THC). El THC es responsable de la mayoría de las acciones psicoactivas y efectos terapéuticos atribuidos al cannabis, como los efectos antiemético, analgésico, sedante y estimulante del apetito. El cannabidiol (CBD) es un cannabinoide no psicoactivo que actúa por un mecanismo diferente al del THC y comparte algunos de sus efectos terapéuticos. Los resultados de estudios en animales de experimentación sugieren que la administración conjunta de los diferentes cannabinoides de la planta potenciaría algunos de los efectos terapéuticos del THC como el antinauseoso, antiemético, analgésico y antiinflamatorio.3 Con base en estos argumentos la investigación clínica tiende a basarse en extractos de cannabis con un contenido conocido y estandarizado de principiosactivos, así como en el desarrollo de nuevas vías de administración como las ublingual, transdérmica, inhalada, en aerosol o rectal para evitar los efectos perjudiciales del humo sobre los pulmones y mejorar la baja biodisponibilidad de la administración de los cannabinoides por vía oral.3,4 Se ha descrito que los principales cannabinoides son el ácido ?9-tetrahidrocannabinólico A (THCA-A) con sus derivados: el ?9-tetrahidrocannabinol (?9-THC) y ?8-tetrahidrocannabinol (?8-THC); además de cannabidiol (CBD) y cannabinol (CBN).5,7
Según los datos disponibles, el CBD puede ser una alternativa segura para tratar algunas dolencias en las personas de edad avanzada, que, a menudo, van polimedicadas y pueden presentar dificultades cognitivas para recordar dosis y pautas de tratamientos complejos. El CBD tiene propiedades ansiolíticas, analgésicas y antiinflamatorias, por lo que estaría indicado para tratar la ansiedad y controlar los dolores musculoesqueléticos tan presentes en las personas mayores, tanto de causa degenerativa (artrosis) como inflamatoria (artritis). Además, el CBD ayuda a combatir el insomnio, algo muy frecuente a medida que envejecemos y que, de no tratarse adecuadamente, puede disparar todavía más los problemas de ansiedad.8 (Adicionalmente, Costa et al,9 indican que, a nivel preclínico, CBD induce efectos antiamiloidogénicos, antioxidantes, antiapoptóticos, antiinflamatorios y neuroprotectores, hallazgos que sugieren un posible papel terapéutico de los cannabinoides en los trastornos neurodegenerativos como la enfermedad de Parkinson (EP) y el Alzheimer. La evidencia emergente sugiere que el CBD y THC tienen efectos terapéuticos neuroprotectores en las demencias. Sin embargo, también es conocido que, en la práctica clínica, los cannabinoides se utilizan de forma no autorizada para aliviar los síntomas de la EP y la EA, tratamiento del temblor, síntomas no motores, ansiedad y como una ayuda para dormir. Existen varias evidencias que consideran a los cannabinoides como una alternativa para adultos mayores que padecen la enfermedad de Parkinson y la demencia de Alzheimer con una mala respuesta atratamientos de primera línea, esto debido a su acción antioxidante, antiinflamatoria y neuroprotectora, que podría reducir los temblores del Parkinson o para ayudar a mantener y mejorar las capacidades cognitivas en pacientes con demencia senil o Alzheimer.
En este contexto, Costa et al,9 indican que los cannabinoides nunca deben considerarse un tratamiento de primera línea, sino como una terapia adyuvante en situaciones específicas que se observan comúnmente en clínica.
A nivel neurológico, se ha descrito que el CBD podría utilizarse para aliviar algunos de los síntomas más graves de la depresión debido a que ayuda a incrementar los niveles de serotonina en el organismo, lo que mejora el estado de ánimo de las personas mayores. De igual forma, este compuesto puede ayudar a mantener y mejorar las capacidades cognitivas y por sus propiedades antioxidantes, podría ser una buena alternativa para minimizar el envejecimiento natural. A pesar de que el CBD puede ser útil para el manejo de diversas patologías,9 es necesario realizar más investigaciones sobre los efectos de los compuestos activos aislados del cannabis, estableciendo, entre otras cosas, la relación dosis-efecto y determinando la influencia del tiempo de exposición a tales agentes en respuestas inmunes particulares que pueden modular la patogénesis de enfermedades crónicas y neurológicas, disminuir el consumo de medicamentos y evaluar los potenciales efectos adversos. Copyright © SIIC, 2024 Referencias bibliográficas: Zorn G. Uso medicinal del cannabis. The European Cannabinoid TherapyAssociation Slovenia. Disponible en: http://www.expomedeweed.com/wpcontent/uploads/2019/04/expomedeweed-v1-n1-2018.pdf.
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Palabras Clave
cannabis, cannabinoides, THC, CBD, ancianos
Especialidades
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Informe
Autor del informe original
AC Costa
Institución: Faculdade de Medicina da Universidade de São Paulo (FMUSP),
São Paulo Brasil

El Uso de Cannabinoides no Debe Considerarse como Tratamiento de Primera o Segunda Línea de los Trastornos Neuropsiquiátricos Prevalentes en la Vejez
El uso de cannabinoides como medicamentos terapéuticos ha aumentado entre las personas de edad avanzada, y demuestran resultados prometedores para el tratamiento de los trastornos neuropsiquiátricos frecuentes en este grupo poblacional. Sin embargo, no deben considerarse como terapia de primera o segunda línea de la enfermedad de Parkinson o la enfermedad de Alzheimer.


Publicación en siicsalud
http://www.siicsalud.com/des/resiiccompleto.php/173006


Comentario
Autor del comentario
Gabriela Pérez 
Sociedad Argentina de Cardiología, Ciudad de Buenos Aires, Argentina


El manejo sintomático a través de medicamentos recetados comúnmente y el tratamiento farmacológico de los trastornos prevalentes en la vejez (por ejemplo los opioides para el dolor crónico, las benzodiazepinas a corto plazo para la ansiedad y los antipsicóticos para los trastornos del estado de ánimo) puede ser un desafío. El uso de opioides puede provocar estreñimiento, confusión, caídas y fracturas.1 Las benzodiazepinas también aumentan el riesgo de caídas y fracturas debido a la sedación2 o a los efectos adversos en los adultos mayores. Los antipsicóticos facilitan el desarrollo del síndrome metabólico, la discinesia, el parkinsonismo y puede contribuir a un mayor riesgo de accidente cerebrovascular y mortalidad en personas con demencia.3 Existen intereses clínicos y de investigación de tratamientos alternativos que
podrían ser más seguros para los adultos mayores, especialmente aquellos con fragilidad, multimorbilidad o polifarmacia: la investigación sobre el uso de compuestos de cannabis entre adultos mayores está aumentando. Los cambios relacionados con la edad en el sistema cannabinoide endógeno podrían influir en los efectos de las terapias dirigidas al sistema cannabinoide.4 En general, el envejecimiento parece resultar en una menor disponibilidad de los sitios de unión del receptor cannabinoide 1 (CB1) dependiendo de la región del cerebro.5 Las condiciones de salud comúnmente investigadas con respecto al consumo de cannabis entre adultos mayores incluyen el manejo del dolor,6 trastorno del sueño,7 estimulación del apetito,8 y el manejo de comportamientos de demencia como la agitación.9 Los datos de una encuesta de 568 voluntarios mostraron que, para aquellos que comenzaron a consumir cannabis más tarde en la vida, estaba estrechamente relacionado con el propósito medicinal como el control del dolor, la mejora del sueño y para tratar los síntomas de ansiedad y depresión.10 El 70% de los adultos mayores encuestados, estuvo muy de acuerdo en que el uso de cannabis medicinal era aceptable.11 Entre 2015 y 2019, los estadounidenses mayores mostraron una disminución relativa del 18,8 % en el riesgo percibido.12
El sistema endocannabinoide (ECS) es el sistema de neurotransmisor de señalización endógeno más extendido en el cerebro13 y consiste, principalmente, en los receptores de cannabinoides CB1 y CB2; ligandos endógenos anandamida (AEA) y 2- araquidonoilglicerol (2-AG); enzimas de síntesis como N-acil fosfatidiletanolamina (NAPE) y diacilglicerol lipasas (DAGL) y enzimas de degradación o recaptación como amida hidrolasa de ácido graso (FAAH) y monoacilglicerol lipasa (MAGL).14 Debido a que el ECS está ampliamente presente en el sistema nervioso central, juega un papel esencial en la neurobiología de las enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer (EA) y la enfermedad de Parkinson (EP). Varios enfoques, ya sean ensayos in vitro, modelos animales y estudios clínicos, sugieren que la modulación de ECS puede reducir las proteínas involucradas en la fisiopatología de la EA, como tau y beta-amiloide15 y la alfa-sinucleína, que forman cuerpos de Lewy en la EP, con aumento de la reactividad de la microglía y los astrocitos, así como la proinflamacion,16 los marcadores TNF-a, IL-17, IFN-?, iNOS, IL-1ß y NF-?B, que son factores implicados en estas enfermedades, donde la modulación de ECS puede ser un objetivo farmacológico y molecular crítico. Por otra parte, la modulación endocannabinoide puede prevenir el daño mitocondrial, facilitar la homeostasis y disminuir la excitotoxicidad, así como las especies reactivas de oxígeno (ROS), lo que culmina en la restauración de la memoria y la función cognitiva, prevalentes en las enfermedades mencionadas anteriormente.17 Además, este sistema y su compleja maquinaria también han participado en eventos de plasticidad sináptica y neurogénesis.18
Tanto el cannabidiol (CBD) como el tetrahidrocannabinol (THC) tienen objetivos potenciales para efectos terapéuticos en enfermedades neurodegenerativas, ya que pueden modular ECS. El CBD actúa como agonista de los receptores TRPV1, PPAR? y mAChR y como antagonista del receptor GPR55.19 Se sugiere que este compuesto actúe como un modulador alostérico negativo de los receptores CB1 y CB2. 20 Finalmente, el CBD inhibe la enzima FAAH, con el consiguiente aumento de los niveles de AEA. Los experimentos preclínicos muestran que la activación de CB2 induce un efecto neuroprotector en modelos animales de demencia vascular, más específicamente, el agonismo CB2 reduce el deterioro de la memoria y tamaño del infarto durante la hipoperfusión cerebral y la demencia vascular.21 A nivel preclínico, el CBD induce actividad antiamiloidogénica22, antioxidante, antiapoptótico, antiinflamatorio23,24, y efectos neuroprotectores.25
Estos resultados sugieren que la modulación del sistema endocannabinoide por parte del CBD podría ser una herramienta viable para tratar o incluso prevenir el curso de la EA. En otro enfoque in vivo realizado en cortes de hipocampo de ratón, el CBD mejoró la transmisión sináptica y la potenciación a largo plazo. En los estudios que utilizaron la asociación de CBD y ?9-THC se observó una mejora significativa en la memoria de los ratones transgénicos AßPP/PS1, con mayor eficacia en la asociación CBD y ?9-THC que cuando se administra solo. Los modelos animales de EP, emplean generalmente el uso de neurotoxinas como la 6-hidroxidopamina (6-OHDA) y la 1-metil-4-fenil-1,2,3,6-tetrahidropiridina (MPTP), que promueven la pérdida neuronal dopaminérgica en la sustancia negra, similar a lo que ocurre en los pacientes con la enfermedad. Además, estos fármacos promueven un aumento de los marcadores proinflamatorios, estrés oxidativo y excitotoxicidad. En un modelo de EP tratados con 9-THC en monos, se observó la restauración de las actividades locomotoras casi al nivel previo a la enfermedad.25 La suposición es que este efecto positivo se debe a la expresión elevada de los receptores CB1 en los modelos animales. Aunque pocos estudios han utilizado modelos de EP in vivo con CBD, los hallazgos son prometedores. La administración oral de CBD mejoró el comportamiento en las tareas cognitivas y la locomoción espontánea, además de aumentar los niveles de serotonina y dopamina en la sustancia negra. Simultáneamente con estos hallazgos, el CBD promovió una disminución en los marcadores inflamatorios como TNF-a, IL-1ß e IL-6.
Los cannabinoides que actúan en los sitios de receptores de cannabinoides clásicos (CB1 y CB2) y una variedad de otros sitios de receptores sensibles a cannabinoides (por ejemplo, TRPV1, peroxisome proliferator-activated receptor gamma—PPAR?, dopamina, glutamato, GABA) han demostrado un impacto terapéutico considerable al atenuar signos y síntomas como inflamación, estrés oxidativo, dolor, estrés, trastornos del movimiento (temblores, rigidez, bradicinesia, discinesia inducida por L-DOPA,26) trastornos del estado de ánimo (ansiedad, depresión) e insomnio.27 Los efectos adversos, como cambios en la cognición, ataxia, habilidades motoras, disforia y dependencia, suelen depender de la dosis de THC.28,29 Pocos estudios fueron estudios controlados aleatorios doble ciego y la evidencia actual no respalda un alto nivel de recomendación para el uso de cannabis. El uso de CBD también mostró resultados prometedores, aunque con muestras pequeñas con un seguimiento corto, y casi toda la evidencia proviene del mismo grupo de investigación de Brasil. Según nuestro concepto y experiencia, los cannabinoides nunca deben considerarse como un tratamiento de primera línea, sino que podrían aplicarse a situaciones específicas vistas en la práctica clínica o como una terapia adyuvante con tratamientos de primera o segunda línea para trastornos neuropsiquiátricos de la vejez, ya que las respuestas a las preguntas relacionadas con la seguridad, la eficacia, la biodisponibilidad y la duración del uso se representan a partir de pequeños ensayos clínicos, cohortes y estudios transversales. Este es un problema importante al considerar los cannabinoides para adultos mayores. Los trastornos como la EA y la EP suponen una gran carga para los pacientes, los familiares y los cuidadores; a menudo se asocian con sintomatología resistente después de implementar las recomendaciones de tratamiento de primera o segunda línea. Por otra parte, la evidencia de los ensayos clínicos frecuentemente sobreselecciona a estos pacientes, lo que no siempre es un reflejo de los casos del mundo real que exigen tratamientos alternativos para la mejora de los síntomas o la calidad de vida del paciente y de su familia. Los cannabinoides son candidatos potenciales debido a su evidencia pre clínica positiva emergente y su perfil de seguridad favorable en comparación con los medicamentos psicotrópicos, por ejemplo. Dado que los cannabinoides no están exentos de efectos adversos y pueden producir reacciones secundarias a su prescripción, los estudios farmacológicos son fundamentales. Para mitigar el riesgo de eventos adversos siempre la recomendación de comenzar con una dosis baja y un régimen de titulación lento. Sin embargo, falta evidencia de ensayos clínicos de alto nivel, por lo que estos compuestos nunca deben usarse como terapias de primera o segunda línea. Su uso debe restringirse al tratamiento adyuvante off label después de que se implementen las recomendaciones aprobadas con evidencia de alto nivel. Se necesitan con urgencia estudios farmacológicos, especialmente dedicados a la eficacia y seguridad de los cannabinoides en personas mayores. Se requieren ensayos controlados con diseños longitudinales y muestras más grandes para examinar la eficacia a largo plazo de estos fármacos en la demencia, la EA y la EP. En general, los compuestos de cannabinoides se toleran bien y parecen ser más seguros que la mayoría de los medicamentos psicotrópicos, pero dada la vulnerabilidad de los pacientes con demencia, requieren un control adecuado por parte del médico. En un nivel de prescripción de cannabinoides para personas mayores, se debe seguir un principio geriátrico de prescripción de comenzar con dosis bajas con una titulación más lenta.
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Palabras Clave
cannabis, cannabinoides, THC, CBD, ancianos
Especialidades
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Informe
Autor del informe original
Saulo Vasconcelos Rocha
Columnista Experto de SIIC
Institución: Universidade Estadual do Sudoeste da Bahia
Jequie Brasil

Validade e reprodutibilidade do International Physical Activity Questionnaire em longevos (en ancianos)
O International Physical Activity Questionnaire (IPAQ), forma longa, semana/usual/normal para idosos longevos, apresenta boa (formato extenso, semanal/cotidiano/normal para ancianos longevos, presenta buena) estabilidade entre as medidas teste/reteste, o que denota uma boa reprodutibilidade deste instrumento quando aplicado para idosos longevos.

Resumen
Introdução: Com o aumento do contingente de idosos é emergente a necessidade de instrumentos de medidas com aceitáveis indicadores psicométricos para avaliar comportamentos relacionados à saúde, dentre eles a atividade física. Objetivo: Identificar os parâmetros psicométricos referentes à validade e à reprodutibilidade do International Physical Activity Questionnaire (IPAQ) para idosos longevos. Materiais e métodos: A amostra foi constituída por 30 idosos com 80 anos ou mais de idade, cadastrados na Estratégia de Saúde da Família do município de Jequié, BA. Para coleta de dados foram utilizados o questionário IPAQ, formato longo adaptado para idosos e a utilização de acelerômetro. Para análise da reprodutibilidade foram conduzidas duas aplicações do IPAQ, com intervalo de 7 dias. Para a análise dos dados utilizou-se a correlação de Spearman (rs), percentual de concordância (%C), índice kappa (k) e a plotagem de Bland e Altman. Resultados: A réplica de aplicação revelou uma correlação de 0,71, para a reprodutibilidade. Para os indicadores de validação com os dados do acelerômetro os valores de correlação foi de 0,71; o percentual de concordância de 47,03 e índice kappa de 0,39. Conclusão: O IPAQ apresentou concordância moderada com acelerômetro e aceitáveis indicadores de reprodutibilidade e validade quando aplicado em idosos longevos. Assim, o IPAQ é um instrumento confiável para mensurar o dispêndio energético semanal de atividades físicas para a população estudada.


Publicación en siicsalud
Artículos originales > Expertos de Iberoamérica >
http://www.siicsalud.com/acise_viaje/ensiicas-profundo.php?id=160299


Comentario
Autor del comentario
Rolando Sigifredo Chávez Chávez(1) y Erick Alexander Cruz Almeida(2) 
(1)Director Médico, Hospital Básico San Gabriel, Hospital Básico San Gabriel, Ecuador
(2)Médico Residente, Hospital Básico San Gabriel, Medicina General


De acuerdo con la OMS, entre 2015 y 2050 la población mundial mayor de 60 años aumentará en aproximadamente un 10%1,2; esto quiere decir que, debido al impacto de la edad en todas las esferas (socio-económico-sanitario), todos los países enfrentarán nuevos desafíos y se encontrarán con la necesidad de nuevas soluciones para lograr el bienestar de sus comunidades. La actividad física en sí, se ha considerado clave para mantener la salud y el funcionamiento normal de la fisiología del cuerpo a lo largo de la vida. Por esto, grandes consensos3 han concluido que los adultos mayores físicamente activos, en comparación con los inactivos, muestran beneficios sobre la función física, cognitiva, psicológica, de movilidad, y riesgo de caídas, entre otras.
Incluso se han realizado revisiones
sistemáticas que tienen como objetivo resumir datos de ensayos controlados aleatorios que demuestran el impacto de la actividad física y sus diferentes niveles de intensidad, para realizar las actividades de la vida diaria en los adultos mayores. De acuerdo con el estudio realizado por Roberts et al (2017) de 47 estudios incluidos en su investigación, en el 66,30% de resultados hubo un efecto beneficioso sobre la realización de actividades de la vida diaria en los grupos de los que se registró un aumento en la actividad física (SMD = 0.72, 95% CI [0.45, 1.00]; p < .01).4 Tomando en cuenta el impacto favorable, y sobre todo, al considerarla como uno de los principales mecanismos para mejorar la calidad de vida, se ha vuelto imperativo encontrar instrumentos para medir y, de cierta manera objetivar, la actividad física. Podemos clasificar los métodos científicos para determinar la actividad física como observaciones directas o medidas objetivamente, y observaciones indirectas o medidas subjetivamente. El desarrollo de una medida internacional subjetiva, o self-reported, para medir la actividad física comenzó en Ginebra en 1998, que resultó en la creación del International Physical Activity Questionnaire (IPAQ),5 la que hoy en día continúa siendo evaluada como una herramienta útil. Esta consta, en su versión original (inglés), de un grupo de 4 cuestionarios: Una versión larga (5 objetivos de actividad evaluados independientemente), y una versión corta (4 preguntas generales) para su uso por teléfono o como método auto administrado (self-reported).5
Por lo general, los cuestionarios son herramientas útiles para aplicar a grandes grupos de personas por lo que son ampliamente usados para valorar la actividad física en grandes estudios epidemiológicos. El principal problema es que están sujetos a un sesgo por lo que son comparables principalmente con mediciones más objetivas como los acelerómetros que han demostrado ser más fiables y válidos, pero que aún así tienen sus debilidades.
Múltiples estudios se han realizado para verificar la validez y la fiabilidad del IPAQ. Tal es el caso del presente estudio, el cual presenta una muestra de 30 brasileños ancianos residentes en el municipio de Jaquie-Bahía de un grupo etario de 80 años o más. En él podemos encontrar una correlación de Spermanrs = 0.71.1 Hablando sobre la versión larga, que es de la que se habla en este último, se puede encontrar datos como los incluidos en el estudio de Craig (2003) que muestran coeficientes de correlación de Spearman de 0,81 (IC del 95%: 0,79 a 0,82) (Desde 0,96 en EEUU a 0,46 Arabia Saubita).6 Esto quiere decir que los resultados indican una muy buena repetitividad. Estos resultados junto a otros, como los expuestos en la revisión sistemática y metanálisis elaborada por Sember et al (2020), en el que se incluye no solo el IPAQ como cuestionario para la medición de actividad física sino también otros como el Global Physical Activity Questionnaire GPAQ) y el European Health Interview Survey-Physical Activity Questionnaire (EHIS-PAQ), se puede evidenciar una validez concurrente y validez de criterio de los tres Cuestionarios más utilizados en la UE en sus diferentes idiomas en un periodo de 17 años entre el 2003 y el 2020.7
La utilidad comparable a nivel internacional hace que estas herramientas sean ideales para su propósito y obligan a toda la comunidad científica a hacer esfuerzos para la determinación de esta en todos los países que, se sabe, son una mezcla no solo de idiomas, si no también, de culturas. Recordando que según las proyecciones mundiales, todos los estados enfrentarán los nuevos desafíos que trae el paso del tiempo.
Todos los idiomas y traducciones “no oficiales”, incluidos los que tienen menor cantidad de hablantes deberían cursar con un proceso de validación. El grupo del IPAQ pone énfasis en la equivalencia cultural. A considerar se toman en cuenta 3 factores: equivalencia conceptual, equivalencia métrica, equivalencia lingüística. La recomendación si desea adaptar el IPAQ a un nuevo país o idioma, es la traducción y contra-traducción y una prueba piloto posterior a un grupo pequeño de personas.9-10 Estudios, como el hecho en Líbano por Helou et al.(2017), en el que se valida una versión en Arábico a un grupo de 159 individuos (31.4% hombres; 68.8% mujeres) con una edad media de 33.1 años, sigue estos pasos obteniendo buenos resultados en correlación con a versión en francesa.11
Múltiples interrogantes sobre los cuestionarios y su aplicación han surgido no solo en este artículo, sino en muchos de los disponibles en la actualidad. Dentro de los principales se identifica la validez para la medición acerca de los diferentes niveles de actividad física es decir moderada (MPA), moderada a vigorosa (MVPA), vigorosa (VPA) y total. Recordando la información que nos deja lo visto por Roberts et al (2017) en el que se demuestra que un nivel moderado de actividad física produce un efecto beneficioso significativo (DME = 1,12, IC del 95% [0,74, 1,49]; p <0,01)4 sobre el desempeño de las actividades de la vida diaria, se crea la obligación de generar herramientas útiles y fácilmente aplicables para determinar los diferentes niveles de actividad física y no solo uno de los niveles ya mencionados, para así no solo desarrollar estrategias para cumplir esta demanda, sino también para valorar de manera más efectiva sus efectos. Copyright © SIIC, 2021 Bibliografía: Vasconcelos Rocha, S., et al. (2020). “ Validade e reprodutibilidade do INTERNATIONAL PHYSICAL ACTIVITY QUESTONNAIRE EM LONGEVOS” Salud(I)Ciencia (Impresa)24(1/2), 69-73.
World Health Organization. (5 de Febrero de 2018). WHO. Obtenido de Ageing and health: https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/ageing-and-health Bangsbo, J., Blackwell, J., Boraxbekk, C., Caserotti, P., Dela, F., & Evans, A. et al. (2019). Copenhagen Consensus statement 2019: physical activity and ageing. British Journal Of Sports Medicine53(14), 856-858. doi: 10.1136/bjsports-2018-100451 Roberts, C., Phillips, L., Cooper, C., Gray, S., & Allan, J. (2017). Effect of Different Types of Physical Activity on Activities of Daily Living in Older Adults: Systematic Review and Meta-Analysis. Journal Of Aging And Physical Activity25(4), 653-670. doi: 10.1123/japa.2016-0201 IPAQ group. (2021). International Physical Activity Questionnaire. Retrieved 3 August 2021, from https://sites.google.com/site/theipaq/home CRAIG, C. L., A. L. MARSHALL, M. SJO ¨STRO ¨M, A. E. BAUMAN, M. L. BOOTH, B. E. AINSWORTH, M. PRATT, U. EKELUND, A. YNGVE, J. F. SALLIS, and P. OJA. (2003) International Physical Activity Questionnaire: 12-Country Reliability and Validity. Med. Sci. SportsExerc., Vol. 35, No. 8, pp. 1381–1395, Sember, V., Meh, K., Soric, M., Starc, G., Rocha, P., & Jurak, G. (2020). Validity and Reliability of International Physical Activity Questionnaires for Adults across EU Countries: Systematic Review and Meta Analysis. International Journal of Environmental Research and Public Health, 17(19), 7161. doi:10.3390/ijerph17197161 Cleland, C., Ferguson, S., Ellis, G., & Hunter, R. (2018). Validity of the International Physical Activity Questionnaire (IPAQ) for assessing moderate-to-vigorous physical activity and sedentary behaviour of older adults in the United Kingdom. BMC Medical Research Methodology18(1). doi: 10.1186/s12874-018-0642-3 Geisinger KF(1994). Cross-cultural normative assessment: Translation and adaptation issues influencing the normative interpretation of assessment instruments. Psychological Assessment, 6, 304-312.  Sperber AD, Devellis RF, Boehlecke B. (1994) Cross-cultural translation: Methodology and validation. Journal of Cross-Cultural Psychology. 25, 501-524.
Helou, K., El Helou, N., Mahfouz, M., Mahfouz, Y., Salameh, P., &Harmouche-Karaki, M. (2017). Validity and reliability of an adapted arabic version of the long international physical activity questionnaire. BMC Public Health18(1). doi: 10.1186/s12889-017-4599-7

Palabras Clave
actividad física, tercera edad, estudios de validación, envejecimiento, ejercicio
Especialidades
Ge.gif   SP.gif         AP.gif   Ep.gif   MD.gif   
Informe
Autor del informe original
Saulo Vasconcelos Rocha
Columnista Experto de SIIC
Institución: Universidade Estadual do Sudoeste da Bahia
Jequie Brasil

Validade e reprodutibilidade do International Physical Activity Questionnaire em longevos (en ancianos)
O International Physical Activity Questionnaire (IPAQ), forma longa, semana/usual/normal para idosos longevos, apresenta boa (formato extenso, semanal/cotidiano/normal para ancianos longevos, presenta buena) estabilidade entre as medidas teste/reteste, o que denota uma boa reprodutibilidade deste instrumento quando aplicado para idosos longevos.

Resumen
Introdução: Com o aumento do contingente de idosos é emergente a necessidade de instrumentos de medidas com aceitáveis indicadores psicométricos para avaliar comportamentos relacionados à saúde, dentre eles a atividade física. Objetivo: Identificar os parâmetros psicométricos referentes à validade e à reprodutibilidade do International Physical Activity Questionnaire (IPAQ) para idosos longevos. Materiais e métodos: A amostra foi constituída por 30 idosos com 80 anos ou mais de idade, cadastrados na Estratégia de Saúde da Família do município de Jequié, BA. Para coleta de dados foram utilizados o questionário IPAQ, formato longo adaptado para idosos e a utilização de acelerômetro. Para análise da reprodutibilidade foram conduzidas duas aplicações do IPAQ, com intervalo de 7 dias. Para a análise dos dados utilizou-se a correlação de Spearman (rs), percentual de concordância (%C), índice kappa (k) e a plotagem de Bland e Altman. Resultados: A réplica de aplicação revelou uma correlação de 0,71, para a reprodutibilidade. Para os indicadores de validação com os dados do acelerômetro os valores de correlação foi de 0,71; o percentual de concordância de 47,03 e índice kappa de 0,39. Conclusão: O IPAQ apresentou concordância moderada com acelerômetro e aceitáveis indicadores de reprodutibilidade e validade quando aplicado em idosos longevos. Assim, o IPAQ é um instrumento confiável para mensurar o dispêndio energético semanal de atividades físicas para a população estudada.


Publicación en siicsalud
Artículos originales > Expertos de Iberoamérica >
http://www.siicsalud.com/acise_viaje/ensiicas-profundo.php?id=160299


Comentario
Autor del comentario
Rolando Sigifredo Chávez Chávez(1) y Erick Alexander Cruz Almeida(2) 
(1)Director Médico, Hospital Básico San Gabriel, Hospital Básico San Gabriel, Ecuador
(2)Médico Residente, Hospital Básico San Gabriel, Medicina General


De acuerdo con la OMS, entre 2015 y 2050 la población mundial mayor de 60 años aumentará en aproximadamente un 10%1,2; esto quiere decir que, debido al impacto de la edad en todas las esferas (socio-económico-sanitario), todos los países enfrentarán nuevos desafíos y se encontrarán con la necesidad de nuevas soluciones para lograr el bienestar de sus comunidades. La actividad física en sí, se ha considerado clave para mantener la salud y el funcionamiento normal de la fisiología del cuerpo a lo largo de la vida. Por esto, grandes consensos3 han concluido que los adultos mayores físicamente activos, en comparación con los inactivos, muestran beneficios sobre la función física, cognitiva, psicológica, de movilidad, y riesgo de caídas, entre otras.
Incluso se han realizado revisiones
sistemáticas que tienen como objetivo resumir datos de ensayos controlados aleatorios que demuestran el impacto de la actividad física y sus diferentes niveles de intensidad, para realizar las actividades de la vida diaria en los adultos mayores. De acuerdo con el estudio realizado por Roberts et al (2017) de 47 estudios incluidos en su investigación, en el 66,30% de resultados hubo un efecto beneficioso sobre la realización de actividades de la vida diaria en los grupos de los que se registró un aumento en la actividad física (SMD = 0.72, 95% CI [0.45, 1.00]; p < .01).4 Tomando en cuenta el impacto favorable, y sobre todo, al considerarla como uno de los principales mecanismos para mejorar la calidad de vida, se ha vuelto imperativo encontrar instrumentos para medir y, de cierta manera objetivar, la actividad física. Podemos clasificar los métodos científicos para determinar la actividad física como observaciones directas o medidas objetivamente, y observaciones indirectas o medidas subjetivamente. El desarrollo de una medida internacional subjetiva, o self-reported, para medir la actividad física comenzó en Ginebra en 1998, que resultó en la creación del International Physical Activity Questionnaire (IPAQ),5 la que hoy en día continúa siendo evaluada como una herramienta útil. Esta consta, en su versión original (inglés), de un grupo de 4 cuestionarios: Una versión larga (5 objetivos de actividad evaluados independientemente), y una versión corta (4 preguntas generales) para su uso por teléfono o como método auto administrado (self-reported).5
Por lo general, los cuestionarios son herramientas útiles para aplicar a grandes grupos de personas por lo que son ampliamente usados para valorar la actividad física en grandes estudios epidemiológicos. El principal problema es que están sujetos a un sesgo por lo que son comparables principalmente con mediciones más objetivas como los acelerómetros que han demostrado ser más fiables y válidos, pero que aún así tienen sus debilidades.
Múltiples estudios se han realizado para verificar la validez y la fiabilidad del IPAQ. Tal es el caso del presente estudio, el cual presenta una muestra de 30 brasileños ancianos residentes en el municipio de Jaquie-Bahía de un grupo etario de 80 años o más. En él podemos encontrar una correlación de Spermanrs = 0.71.1 Hablando sobre la versión larga, que es de la que se habla en este último, se puede encontrar datos como los incluidos en el estudio de Craig (2003) que muestran coeficientes de correlación de Spearman de 0,81 (IC del 95%: 0,79 a 0,82) (Desde 0,96 en EEUU a 0,46 Arabia Saubita).6 Esto quiere decir que los resultados indican una muy buena repetitividad. Estos resultados junto a otros, como los expuestos en la revisión sistemática y metanálisis elaborada por Sember et al (2020), en el que se incluye no solo el IPAQ como cuestionario para la medición de actividad física sino también otros como el Global Physical Activity Questionnaire GPAQ) y el European Health Interview Survey-Physical Activity Questionnaire (EHIS-PAQ), se puede evidenciar una validez concurrente y validez de criterio de los tres Cuestionarios más utilizados en la UE en sus diferentes idiomas en un periodo de 17 años entre el 2003 y el 2020.7
La utilidad comparable a nivel internacional hace que estas herramientas sean ideales para su propósito y obligan a toda la comunidad científica a hacer esfuerzos para la determinación de esta en todos los países que, se sabe, son una mezcla no solo de idiomas, si no también, de culturas. Recordando que según las proyecciones mundiales, todos los estados enfrentarán los nuevos desafíos que trae el paso del tiempo.
Todos los idiomas y traducciones “no oficiales”, incluidos los que tienen menor cantidad de hablantes deberían cursar con un proceso de validación. El grupo del IPAQ pone énfasis en la equivalencia cultural. A considerar se toman en cuenta 3 factores: equivalencia conceptual, equivalencia métrica, equivalencia lingüística. La recomendación si desea adaptar el IPAQ a un nuevo país o idioma, es la traducción y contra-traducción y una prueba piloto posterior a un grupo pequeño de personas.9-10 Estudios, como el hecho en Líbano por Helou et al.(2017), en el que se valida una versión en Arábico a un grupo de 159 individuos (31.4% hombres; 68.8% mujeres) con una edad media de 33.1 años, sigue estos pasos obteniendo buenos resultados en correlación con a versión en francesa.11
Múltiples interrogantes sobre los cuestionarios y su aplicación han surgido no solo en este artículo, sino en muchos de los disponibles en la actualidad. Dentro de los principales se identifica la validez para la medición acerca de los diferentes niveles de actividad física es decir moderada (MPA), moderada a vigorosa (MVPA), vigorosa (VPA) y total. Recordando la información que nos deja lo visto por Roberts et al (2017) en el que se demuestra que un nivel moderado de actividad física produce un efecto beneficioso significativo (DME = 1,12, IC del 95% [0,74, 1,49]; p <0,01)4 sobre el desempeño de las actividades de la vida diaria, se crea la obligación de generar herramientas útiles y fácilmente aplicables para determinar los diferentes niveles de actividad física y no solo uno de los niveles ya mencionados, para así no solo desarrollar estrategias para cumplir esta demanda, sino también para valorar de manera más efectiva sus efectos. Copyright © SIIC, 2021 Bibliografía: Vasconcelos Rocha, S., et al. (2020). “ Validade e reprodutibilidade do INTERNATIONAL PHYSICAL ACTIVITY QUESTONNAIRE EM LONGEVOS” Salud(I)Ciencia (Impresa)24(1/2), 69-73.
World Health Organization. (5 de Febrero de 2018). WHO. Obtenido de Ageing and health: https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/ageing-and-health Bangsbo, J., Blackwell, J., Boraxbekk, C., Caserotti, P., Dela, F., & Evans, A. et al. (2019). Copenhagen Consensus statement 2019: physical activity and ageing. British Journal Of Sports Medicine53(14), 856-858. doi: 10.1136/bjsports-2018-100451 Roberts, C., Phillips, L., Cooper, C., Gray, S., & Allan, J. (2017). Effect of Different Types of Physical Activity on Activities of Daily Living in Older Adults: Systematic Review and Meta-Analysis. Journal Of Aging And Physical Activity25(4), 653-670. doi: 10.1123/japa.2016-0201 IPAQ group. (2021). International Physical Activity Questionnaire. Retrieved 3 August 2021, from https://sites.google.com/site/theipaq/home CRAIG, C. L., A. L. MARSHALL, M. SJO ¨STRO ¨M, A. E. BAUMAN, M. L. BOOTH, B. E. AINSWORTH, M. PRATT, U. EKELUND, A. YNGVE, J. F. SALLIS, and P. OJA. (2003) International Physical Activity Questionnaire: 12-Country Reliability and Validity. Med. Sci. SportsExerc., Vol. 35, No. 8, pp. 1381–1395, Sember, V., Meh, K., Soric, M., Starc, G., Rocha, P., & Jurak, G. (2020). Validity and Reliability of International Physical Activity Questionnaires for Adults across EU Countries: Systematic Review and Meta Analysis. International Journal of Environmental Research and Public Health, 17(19), 7161. doi:10.3390/ijerph17197161 Cleland, C., Ferguson, S., Ellis, G., & Hunter, R. (2018). Validity of the International Physical Activity Questionnaire (IPAQ) for assessing moderate-to-vigorous physical activity and sedentary behaviour of older adults in the United Kingdom. BMC Medical Research Methodology18(1). doi: 10.1186/s12874-018-0642-3 Geisinger KF(1994). Cross-cultural normative assessment: Translation and adaptation issues influencing the normative interpretation of assessment instruments. Psychological Assessment, 6, 304-312.  Sperber AD, Devellis RF, Boehlecke B. (1994) Cross-cultural translation: Methodology and validation. Journal of Cross-Cultural Psychology. 25, 501-524.
Helou, K., El Helou, N., Mahfouz, M., Mahfouz, Y., Salameh, P., &Harmouche-Karaki, M. (2017). Validity and reliability of an adapted arabic version of the long international physical activity questionnaire. BMC Public Health18(1). doi: 10.1186/s12889-017-4599-7

Palabras Clave
actividad física, tercera edad, estudios de validación, envejecimiento, ejercicio
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