La postergada e inequitativa salud de los países y comunidades pobres (opinión de J Stiglitz y colegas)
British Medical Journal, Nueva York, EE.UU. 3 Octubre, 2023

Las concepciones políticas de algunos países están exacerbando las disparidades sociales y económicas, lo que podría tener consecuencias devastadoras para la equidad en salud y la vulnerabilidad de las personas frente a nuevas pandemias o epidemias que aún persisten. 

La revista Bristish Medical Journal * - BMJ publica en la sección Opiniones una breve nota del economista y premio nobel Joseph Stiglitz y otros autores^º, donde se destaca el papel de la inequitativa distribución del poder, el dinero y los recursos vitales, como causas impulsoras de la desigual salud humana imperante en el mundo.

Escasa visibilidad
Al referirse a las abundantes reuniones internacionales sobre el cambio climático, los autores advierten la escasez de tratamiento y difusión del aumento mundial de las desigualdades sociales.

Con la intención de ejemplificarlo, el informe de opinión hace referencia a los encuentros de diversos países e instituciones (Conferences Of the Parties - COP) atraídos por la agenda climática que actualmente concita la atención de la prensa y buena parte de la ciencia mundial.
Las COP se convocan en el marco de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), ámbito en el que se celebró el tratado multilateral de 1992.
Las reuniones COP encauzan las conductas políticas y económicas destinadas a solucionar las alteraciones climáticas expuestas por los participantes.

Las postergadas injusticias en salud 
El artículo celebra el progreso global en la promoción de la salud a lo largo del siglo XX y principios del XXI que habría contribuido a una reducción significativa de las disparidades en salud entre naciones. 
Asimismo, en los países se observó una disminución de las desigualdades absolutas en materia de salud, aunque el panorama siga siendo variado y diverso.

No obstante, este avance se encuentra actualmente en riesgo debido a las pandemias del sida y la covid-19, que expusieron y agravaron las desigualdades sanitarias con énfasis especial en diversas comunidades como consecuencia de factores socioeconómicos, género, raza, etnia e identidades LGBTQ+.

Para abordar estas cuestiones, el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA - ONUSIDA (Joint United Nations Programme on HIV/AIDS - UNAIDS) convocó al Consejo Mundial sobre Desigualdad, SIDA y Pandemias (Global Council on Inequality, AIDS, and Pandemics), durante una reunión en Brasil organizada por el Ministerio de Salud local. El organismo internacional se abocará en las próximas deliberaciones al tratamiento de las perspectivas de los acuerdos económicos internacionales y nacionales, los determinantes sociales de la salud y los derechos humanos. 

Los países con mayor desigualdad de ingresos presentan tasas más elevadas de infección y muerte tanto por el VIH como por cualquiera de las variantes del SARS-Cov-2. 

La necesidad de encarar estos temas es evidente, puesto que los países con mayor desigualdad de ingresos presentan tasas más elevadas de infección y muerte tanto por el VIH como por cualquiera de las variantes del SARS-Cov-2. 

En la mayoría de las ciudades africanas, las poblaciones desposeídas de las zonas urbanas enfrentan más probabilidades de contraer el VIH que las personas de grupos socioeconómicos pudientes.

Los autores incluyen las desigualdades de género como factor de inequidad; en este sentido mencionan que en los países de África occidental de Costa de Marfil, Ghana y Liberia, la prevalencia del VIH en personas de entre 20 y 24 años es cinco veces superior en las mujeres que en los hombres.

La disparidad en el impacto de la pandemia del sida en hombres que mantienen relaciones sexuales con hombres se relaciona con decisiones políticas. 

Un ejemplo ilustrativo es Tailandia, donde la identidad LGBTQ+ no es penalizada; allí, la prevalencia del VIH en este grupo es 12 veces mayor que en la población general. 

Por contraste, en Malasia, donde la identificación como LGBTQ+ sí está penalizada y puede acarrear privación de la libertad, la tasa de prevalencia del VIH entre esta población de hombres supera por encima de 70 veces a la de otros adultos.

En Brasil, donde la igualdad racial se ignoró durante mucho tiempo, las pruebas de sus efectos en las disparidades sanitarias son contundentes. Las tasas de nuevas infecciones por el VIH disminuyeron entre blancos, mientras que aumentaron en la población negra.

El informe especifica que Estados Unidos exhibe una abundante cantidad de casos donde se manifiestan el papel de las influencias socioeconómicas y el racismo en la salud, incluso durante la pandemia de la covid-19. La literatura evidencia que la expectativa de vida experimentó una disminución en los años 2016-18, en parte debido a las muertes por pérdidas de esperanza, determinante que para los autores revela un patrón según el nivel educativo: a menor educación, mayores efectos negativos. 

Aunque la caída de la expectativa se detuvo e incluso se registró un ligero aumento en 2019, durante los dos primeros años de la covid-19 se produjo una fuerte disminución. La mortalidad por coronavirus fue mayor entre las comunidades social y económicamente desfavorecidas y la población negra. 

En la ciudad de Nueva York, durante el primer año de la pandemia, la esperanza de vida disminuyó 3 años entre los blancos, 5.5 entre los negros y 6 en la población hispana.

Las pandemias de sida y covid-19 transmiten dos mensajes cruciales y esperamos que la comunidad mundial esté dispuesta a recibirlos. Al respecto, el informe puntualiza: 
1- Las desigualdades influyen en la probabilidad y las repercusiones de las pandemias, amplificando las disparidades en salud; a este problema se enfrenta el Consejo Mundial.
2- Es fundamental comprender que las soluciones médicas y técnicas son esenciales, pero representan solo una parte de la solución. 

Las inequidades en el acceso a la atención sanitaria son inaceptables desde el punto de vista moral y pueden abordarse de manera relativamente sencilla. Debería ser posible en futuras pandemias tener la capacidad de vacunar al mundo según sea necesario. 

Los recursos financieros están disponibles. En el primer año de la pandemia de covid-19, el mundo desarrollado destinó 18.000 millones de dólares para proteger las economías de los países de altos ingresos. En comparación, los 25.000 millones de dólares necesarios para una distribución global de vacunas son una inversión asequible. Sin embargo, lamentablemente, no se compartió la tecnología que habían financiado en su mayoría de las vacunas, pese a que la mayoría de los gobiernos habían aportado a sus desarrollos. 

En la medida que la reducción mundial de la covid-19 sea considerada un beneficio para toda la humanidad, tal actitud fue un error. Las disparidades económicas a nivel global se manifestaron de manera contundente durante la covid-19. 

Mientras los países de ingresos altos destinaron billones de dólares al gasto en salud y apoyo económico, las naciones de ingresos bajos y medios se vieron limitadas por la falta de recursos estatales. En 2021, casi la mitad de ellos redujo el gasto en salud y alrededor del 70% la inversión en educación.

Las pandemias dejaron en claro la importancia de considerar los factores sociales que influyen en la salud, respetar los derechos humanos y comprometer a las comunidades. 

Las enormes desigualdades sanitarias, lejos de ser inevitables, son el resultado de políticas que dependen de las acciones y omisiones. Para lograr un mundo con una salud mejor y menos desigualdades, el breve informe de opinión señala la necesidad de respaldar la intención con conocimientos, recursos y, en especial, voluntad política. 

Al finalizar remarca que “el Consejo Mundial sobre Desigualdad, SIDA y Pandemias tiene la tarea de consolidar el conocimiento existente; la comunidad mundial cuenta con recursos disponibles. El verdadero desafío radica en la distribución equitativa de los recursos financieros y otros.” 

Para llevar a cabo la tarea aclara que la entidad “colaborará con socios gubernamentales, agencias y comunidades para fomentar la voluntad política y la demanda pública de cambio, en vista de que la justicia social así lo exige.”

* Bristish Medical Journal 
The global community needs to do more to tackle the inequality crisis
º Michael G Marmot^{1 2}, Monica Geingos³, Joseph E Stiglitz⁴
4 de septiembre, 2023
https://doi.org/10.1136/bmj.p2024

1- Institute of Health Equity, University College London, UK
2- Department of Epidemiology and Public Health, University College London, UK
3- Office of the First Lady, Republic of Namibia
4- Department of Economics, Columbia University, USA