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Aprobación: 21 de agosto, 2005
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Desde principios del siglo XX la ciencia intuyó la participación de ciertos virus en relación con algunos tipos de cánceres en seres humanos.Pero fue recién en la década del ’80 cuando se estableció una clara relación etiopatogénica entre éstos y el cáncer, con el aislamiento de un virus de la familia de los “retrovirus” en un paciente con enfermedad hematológica maligna. Se lo llamó Human T Leukemia/Lymphoma Virus (HTLV), y causó gran impacto en la ciencia médica pues fue el primer virus indudablemente asociado a cáncer en humanos.Poco tiempo después se aislaron otros dos virus similares, a los que se denominó HTLV-II y HTLV-III (este último es el HIV productor del sida), quedó entonces el primero como HTLV-I.El HTLV-I produce en el hombre dos enfermedades bien definidas: la ATLL (Adult T Leukemia/ Lymphoma) y la HAM/TSP (HTLV-I associated myelopathy/tropical spastic paraparesis). Se piensa que deriva de un virus que portaban los primates en Africa, y se calcula su aparición hace 27 300 ± 8 200 años y se estima entre 15 y 25 millones de individuos infectados mundialmente. Sus principales vías de transmisión son: madre a hijo (amamantamiento), sexual (varón a mujer) y por transfusiones de sangre y derivados que contengan productos celulares. Es un virus lento y de baja virulencia: entre 3% y 5% desarrollarán ATLL y 1% adquirirán HAM/TSP. La mayoría de los infectados permanecen en el estado de “portadores asintomáticos”.La ATLL es endémica en algunas regiones del mundo (Japón, Africa Central, Caribe). Aparece en los adultos y su curso es rápido hacia el deterioro y muerte del enfermo. Se caracteriza por lesiones en la piel, agrandamiento ganglionar, aumento en el tamaño del hígado y el bazo y, a veces, elevación del calcio en la sangre. Afecta un tipo especial de células: los linfocitos T, produciendo una expansión de éstos y un desequilibrio del sistema de defensa con una pérdida de control sobre la división celular y la muerte programada de la célula. Aparece entonces el cáncer.La HAM/TSP se produce luego de muchos años de incubación viral y se caracteriza por debilidad crónica y progresiva, sobre todo de los miembros inferiores; dificultades con la micción y la defecación, sin que la sensibilidad se vea significativamente afectada. Hay inflamación crónica y sostenida de la médula espinal (sobre todo torácica) como consecuencia de una activación compleja del sistema de defensa, el cual en este caso se vuelve contra algunos constituyentes del propio organismo a través de un mecanismo de autoagresión. No es, como el anterior, un proceso canceroso.Presentamos nuestra experiencia en cinco casos clínicos de patologías provocadas por el HTLV-I: tres casos de ATLL, entre los que incluimos el primer caso sometido a trasplante alogénico de médula ósea en Argentina, y dos casos de HAM/TSP.Comunicamos también la seroprevalencia de HTLV-I y II en donantes de sangre de nuestro banco, el más complejo de nuestro medio, destacando los casos dudosos e indeterminados y el seguimiento a los contactos de los infectados.