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PERSONALIDAD RESISTENTE, BURNOUT, ESTADO DE SALUD Y CALIDAD DE VIDA RELACIONADA CON LA SALUD EN PROFESIONALES SOCIOSANITARIOS DE CENTROS GERONTOLÓGICOS
(especial para SIIC © Derechos reservados)
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Autor:
José María Failde
Columnista Experto de SIIC

Institución:
Universidad de Vigo

Artículos publicados por José María Failde 
Coautores Jesús Alberto CARBALLO BOUZAS* María LAMEIRAS FERNÁNDEZ* Yolanda RODRÍGUEZ CASTRO* 
Universidad de Vigo, Ourense, España*


Recepción del artículo: 22 de marzo, 2012
Aprobación: 1 de agosto, 2012
Conclusión breve
Evaluar la relación de la personalidad resiliente con la calidad de vida y el síndrome de burn out en profesionales sociosanitarios de centros gerontológicos. En concreto se pretende analizar el valor predictivo de la personalidad resiliente sobre la prevención de burn out y determinar la relación entre la resiliencia y la calidad de vida.

Resumen

En los últimos años, la calidad de vida relacionada con la salud (CVRS) ha despertado un interés creciente entre los investigadores. Los profesionales sociosanitarios están sometidos a una fuerte presión asistencial por parte de pacientes y familiares, cada vez más críticos y exigentes. Además, diversos factores sociales, tecnológicos y económicos obligan a que se les exija incrementar constantemente su rendimiento laboral sin que casi nunca se piense en su calidad de vida. Pese a ello, existe evidencia de que la insatisfacción laboral influye en la calidad y seguridad de las prestaciones ofrecidas. En el ámbito de la geriatría y la gerontología, el estudio de la CVRS se ha centrado mayoritariamente en pacientes y en cuidadores informales; es muy poco lo publicado con poblaciones de cuidadores formales de personas mayores. El presente estudio ha tenido como finalidad analizar la relación del burnout, la personalidad resistente, el estado de salud y las variables sociodemográficas y laborales con la CVRS en una muestra de cuidadores formales de personas mayores de centros gerontológicos. Los resultados ponen en evidencia la importante relación entre personalidad resistente, burnout, estado de salud actual y ciertas variables sociodemográficas y laborales con la CVRS de estos profesionales.

Palabras clave
personalidad resistente, burnout, calidad de Vida, estado de Salud, geriatría, gerontología

Clasificación en siicsalud
Artículos originales> Expertos del Mundo>
página www.siicsalud.com/des/expertos.php/128930

Especialidades
Principal: Medicina del TrabajoSalud Mental
Relacionadas: EpidemiologíaGeriatríaSalud Pública

Enviar correspondencia a:
JOSÉ MARIA FAÍLDE GARRIDO, FACULTAD DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN –UNIVERSIDAD DE VIGO, 32004, Ourense, España


Hardiness, Quality of Life and Burnout among Sociosanitary Professionals in Gerontological Centers

Abstract
In recent years the health-related quality of life (HRQL) has attracted increasing attention among researchers. Sociosanitary professionals are under severe attendance pressure by patients and family increasingly critical and demanding. In addition, various social, technological and economic force being required to constantly increase their job performance, without hardly ever think about your quality of life. Nevertheless, there is evidence that job dissatisfaction influences the quality and safety of services provided. In the field of geriatrics and gerontology the study of HRQL has focused primarily on patients and informal caregivers. Still very little published with populations of professionals who take care of geriatric patients. This study had as aim to analyze the relationship of burnout, hardy personality, the state health and sociodemographics and labor variables with the HRQL in a sample of formal caregivers of the elderly. The results show the important relationship between hardiness, burnout, current health status and certain sociodemographic and labor variables with HRQL of these professionals.


Key words
hardy personality, burnout, quality of Life, health status, geriatrics, gerontology


PERSONALIDAD RESISTENTE, BURNOUT, ESTADO DE SALUD Y CALIDAD DE VIDA RELACIONADA CON LA SALUD EN PROFESIONALES SOCIOSANITARIOS DE CENTROS GERONTOLÓGICOS

(especial para SIIC © Derechos reservados)
Artículo completo
Introducción

Cuando han transcurrido cerca de cuatro décadas desde que el término burnout fuera acuñado por Herbert Freudenberger, la investigación sobre esta temática sigue generando un importante interés científico, y se han aportado numerosas definiciones, modelos teóricos y componentes.1 Inicialmente se describía como un cuadro característico de trabajos de cuidado y servicio humano, consistente en una respuesta prolongada a factores estresantes interpersonales crónicos en el trabajo.2

Recientemente, el estudio del burnout se ha ampliado a todo tipo de profesiones y grupos ocupacionales como trabajadores que operan con datos, trabajadores que laboran con cosas, e incluso a poblaciones preocupacionales como los estudiantes universitarios.3,4 Así, la investigación sobre este fenómeno se ha dirigido a diferentes colectivos: deportistas,5,6 docentes,7-9 bomberos, policías y profesiones de salvamento,10,11 abogados y trabajadores sociales12,13 o militares,14 por citar algunos; sin embargo el grueso de la investigación sigue centrándose en los profesionales de la salud,15-19 educación y servicios humanos.20

Entre las múltiples definiciones del síndrome de burnout, una de las más aceptadas es aquella que lo conceptualiza como el cansancio emocional que lleva a una pérdida de motivación y que suele progresar hacia sentimientos de inadecuación y fracaso.21 Dicha definición, tal como señalan Moreno, Garrosa y González,22 es la resultante de la factorización del instrumento que con mayor frecuencia se ha utilizado para medir el síndrome, el Maslach Burnout Inventory (MBI),23 que da como resultante un modelo tridimensional: agotamiento emocional, despersonalización y realización personal reducida.1 La dimensión agotamiento emocional –también denominada cansancio emocional– es definida como el cansancio y la fatiga que pueden manifestarse tanto física como psíquicamente, es la sensación descrita de cómo no poder dar más de sí mismo a los demás. La dimensión despersonalización es entendida como el desarrollo de sentimientos, actitudes y respuestas negativas, distantes y frías hacia otras personas, especialmente hacia los beneficiarios del propio trabajo. Finalmente, la dimensión realización personal reducida o logro, se caracteriza por una dolorosa desilusión para dar sentido a la propia vida y hacia los logros personales con sentimientos de fracaso y baja autoestima.

Teniendo en cuenta que la sintomatología del síndrome de Burnout afecta también a personas que no trabajan en el sector de servicios, las dimensiones anteriormente señaladas han sido redefinidas como agotamiento, cinismo e ineficacia, en un intento por ampliar la definición del constructo burnout.2 Para evaluar estas dimensiones, Schaufeli, Leiter, Maslach y Jackson24 construyeron el MBI General Survey (MBI-GS), un instrumento de medida genérico que es útil para medir el burnout en todo tipo de trabajos, independientemente de las tareas que en él se realicen.3

Durante mucho tiempo, el estudio del burnout ha estado centrado principalmente en modelos de salud exclusivamente reactivos; sin embargo, en los últimos años, su abordaje se ha ido realizando desde aproximaciones teóricas transaccionales que explican la experiencia del desgaste profesional como consecuencia de la interacción entre determinadas variables del entorno laboral y de las características de personalidad.25 Este nuevo enfoque ha estado influido por modelos de salud renovados, como el salutogénico,26 o la psicología positiva,27 que tratan de investigar sobre los factores que distinguen a los individuos que afrontan eficazmente las adversidades, y que consiguen una buena adaptación.28 En este sentido, se introducen en la investigación sobre burnout nuevas variables de estudio, tales como la personalidad resistente,29 la resiliencia,30 o el engagement,21 considerado como el polo opuesto al burnout.28

El concepto de personalidad resistente –también denominado hardiness o hardy personality– fue propuesto por primera vez por Kobasa y Maddi, en 1972, para explicar cómo determinadas personas poseían la capacidad de resistir al estrés con mayor éxito que otras.31 Según Kobasa,32 hay diferencias estructurales de personalidad que conllevan a que en determinadas situaciones unos individuos enfermen y otros no, y tales diferencias constituyen la personalidad resistente. El concepto de personalidad resistente está muy relacionado con el de resiliencia, ambos implican una capacidad para hacer frente de forma adaptativa a las circunstancias adversas, con evidentes repercusiones en el estado emocional y físico del individuo; no obstante, el concepto de resiliencia parece ser más inclusivo.31 En general, se considera que la personalidad resistente es un constructo multifactorial con tres componentes principales: compromiso, control y reto.33 El compromiso hace referencia a la tendencia a implicarse en todas las actividades de la vida e identificarse con el significado de los propios trabajos; el control se refiere a la convicción que tiene la persona de poder intervenir en el curso de los acontecimientos, es decir la sensación que tienen los sujetos de que pueden influir en los acontecimientos, y finalmente, el reto hace referencia a la percepción de los estímulos potencialmente estresantes como oportunidades de crecimiento y no como una situación de amenaza.

La calidad de vida es un concepto relativamente nuevo, que se incorpora al campo de la salud en la década del ’80 del pasado siglo;34 asimismo, a finales de esa década se introduce el concepto de calidad de vida relacionada con la salud (CVRS).35 Una de las definiciones de calidad de vida más influyentes es la elaborada por la Organización Mundial de la Salud, que la define como “percepción personal de un individuo de su situación en la vida, dentro del contexto cultural y de valores en que vive, y en relación con sus objetivos, expectativas, valores e intereses”.36 Algunos autores consideran que la CVRS es una parte de la calidad de vida general, mientras que otros equiparan ambos conceptos.37 La aproximación conceptual al término CVRS es compleja, en general alude al bienestar, la felicidad y satisfacción de un individuo, que le otorgan a éste cierta capacidad de actuación, funcionamiento o sensación positiva de su vida. Es un concepto multidimensional integrado por variables del contexto físico, mental, social y cultural.38

Incrementar la calidad de vida del paciente geriátrico es una cuestión de vital importancia, es por ello que ha habido un interés creciente entre los investigadores.39 En una búsqueda que realizamos en tres importantes bases de datos, el término calidad de vida aparecía referenciado en el título de 1 264 registros de la base de datos Scopus, en 33 078 de Medline y en 48 118 de la Web of Science; con un incremento significativo del número de publicaciones a partir de mediados de la última década del pasado siglo XX.

La CVRS de los profesionales de la geriatría y la gerontología está estrechamente relacionada con su salud física y mental, lo que puede afectar directa o indirectamente la seguridad y la calidad de los servicios que prestan.40,41 Existe evidencia de que la personalidad resistente se relaciona positivamente con la CVRS.42,43 Asimismo el estado de salud actual muestra una importante relación con ésta.44 Por el contrario, estudios realizados con muestras integradas por profesionales sanitarios han demostrado que el estrés laboral y el burnout parecen afectarla negativamente,38 aspecto que también ha sido confirmado en cuidadores formales de personas mayores.40,41 Sin embargo, teniendo en cuenta que la CVRS puede estar afectada por factores comportamentales, ocupacionales y por los recursos de afrontamiento del individuo,38 ésta no debería ser analizada de forma aislada a otro tipo de factores.45

Es muy poco lo que se sabe acerca de la calidad de vida de los profesionales de la geriatría y la gerontología, quienes inevitablemente han de confrontar a diario un entorno laboral estresante.46,47 La escasez de estudios es todavía más patente en la investigación sobre las relaciones entre CVRS y burnout o entre ésta y la personalidad resistente. Cuestiones que, sin embargo, han sido estudiadas en muestras de pacientes geriátricos48 y en cuidadores informales de ancianos.31,49

Así la cuestión, este estudio tiene como objetivo analizar la relación del burnout, la personalidad resistente, el estado de salud y las variables sociodemográficas y laborales con la CVRS en una muestra de cuidadores formales de personas mayores de centros gerontológicos.



Método

Participantes

Mediante un muestreo multietápico aleatorio, estratificado por provincia, titularidad del centro (público y privado/concertado) y tamaño del centro (pequeño: menos de 60 usuarios; mediano: de 60 a 120; grande: más de 120 personas), fueron seleccionados un total de 356 profesionales sociosanitarios, cuidadores formales de ancianos pertenecientes a diversas instituciones gerontológicas de la comunidad de Galicia (España), con una media de edad de 35.42 años (Sx = 9.06), y con un rango de 19 a 61 años. Un 94.9% son mujeres, y un 5.1%, varones. El 53.1% vive con su pareja. El 79.5% no tiene estudios universitarios; el 17.1% tiene estudios de diplomatura, y un 3.4%, de licenciatura. El 54.2% son urbanos. Un 61.3% son fijos y tienen una antigüedad media en el trabajo es de 6.58 años (Sx = 6.14). Con respecto a la distribución por profesiones la muestra estaba integrada por 315 (88.48%) profesionales sanitarios (gerocultores, enfermeros, fisioterapeutas y médicos) y por 41 (11.52%) profesionales del área psicosocial (trabajadores sociales, educadores sociales, animadores socioculturales, terapeutas ocupacionales y psicólogos).

El acceso a la muestra se realizó a través del director de cada uno de los centros gerontológicos que, de manera anómima y voluntaria, decidieron participar en el estudio. Los datos se recogieron entre febrero y julio de 2011. La tasa de rechazo se situó en un 8%.




Instrumentos

A todos los participantes les fue administrada una entrevista diseñada ad hoc que recogía datos sociodemográficos y laborales, así como los instrumentos que se describen a continuación:

Maslach Burnout Inventory Services Survey (MBI:HSS) de Maslach y Jackson,23 adaptación española de Seisdedos.50 Consta de 22 ítems, que son valorados en una escala tipo Likert de 7 puntos, que van desde (0) “nunca” hasta (6) “diariamente”; están distribuidos en tres escalas: agotamiento emocional (AE), despersonalización (DP) y realización personal (RP). La relación entre puntuación y grado de burnout es dimensional. Es decir, no existe un punto de corte que indique si existe o no existe tal entidad. Se distribuyen los rangos de las puntuaciones totales de cada subescala en tres tramos que definen un nivel de burnout experimentado como bajo (AE = = 14; DP = = 3; RP = = 40), medio (AE = 15-24; DP = 4-9; RP = 33-39) o alto (AE = = 25; DP = = 10; RP = = 32). Puntuaciones moderadas en las tres escalas implicarían un nivel medio de estrés, en tanto que puntuaciones bajas en CE y DP y altas en RP indicarían un bajo desgaste profesional. Los valores de fiabilidad de las escalas según el coeficiente alfa de Cronbach en esta investigación fueron de 0.85 para agotamiento emocional, 0.77 para despersonalización y 0.72 para realización personal.

Cuestionario de Personalidad Resistente (CPR) de Moreno-Jiménez, Garrosa y González.22 Consta de 21 ítems que permiten evaluar las tres dimensiones del constructo personalidad resistente: control, compromiso y reto. Respecto de la cuantificación del test pueden obtenerse puntuaciones de cada una de las escalas, y también una puntuación total del cuestionario para referirse a personalidad resistente. El rango de respuesta de los ítems va de (1) “totalmente en desacuerdo” a (4) “totalmente de acuerdo”. Las puntuaciones altas indican mayor personalidad resistente. En el presente estudio, la fiabilidad (alfa de Cronbach) para las tres dimensiones de la personalidad resistente fue de 0.75, 0.71 y 0.77 para control, compromiso y reto, respectivamente.

Cuestionario de Salud MOS SF-36, versión 1, adaptada al español por Alonso, Prieto y Antó,51 y Alonso, Regidor, Barrio y col.52 Está integrado por 36 ítems, con formato de respuesta tipo Likert, que cubren ocho dimensiones del estado de salud: función física (FF), rol físico (DF), dolor corporal (DL), salud general (SG), vitalidad (VT), función social (FS), rol emocional (DE) y salud mental (SG). Además, el MOS SF-36 incluye dos índices sumarios: el índice sumario físico (PCS) y el índice sumario mental (MCS). Para cada dimensión, los ítems se codifican, agregan y transforman en una escala que va desde 0 (peor salud) a 100 (mejor salud). También puede calcularse una puntuación total que consiste en el promedio de las puntuaciones en las ocho dimensiones. El alfa de Cronbach obtenido en este estudio, tanto para los ocho dominios como para los índices sumarios y la puntuación total del MOS SF-36, varió entre 0.71 (para dolor corporal) y 0.93 (para el índice sumario mental y para la puntuación total del MOS SF-36).

Escala Visual Analógica del EQ-5D, instrumento validado en España por Badía Roset, Montserrat, y Herdman.53 Se trata de un termómetro o escala visual analógica graduada de 0 (peor estado de salud imaginable) a 100 (mejor estado de salud imaginable), que permite al individuo valorar su estado de salud actual.



Procedimiento

El diseño de esta investigación responde a un modelo expostfacto de tipo correlacional, mediante metodología de encuesta.

Una vez obtenidas las autorizaciones correspondientes en cada una de las instituciones que participaron en el estudio se procedió a la administración individual de cada uno de los instrumentos. Previamente, se informó a los participantes acerca del objetivo de la investigación y se les solicitó su participación anónima y voluntaria.



Análisis de datos

Los datos nominales se expresan en frecuencias y porcentajes y los cuantitativos mediante medias y desviaciones típicas, que fueron contrastados mediante ANOVA y chi al cuadrado. La relación entre los factores burnout, personalidad resistente y CVRS se estudió a través de la correlación de Pearson. Finalmente, se realizaron tres análisis de regresión lineal múltiple con la finalidad de poner a prueba los efectos principales y de interacción de las variables burnout, personalidad resistente, estado de salud actual, y las características sociodemográficas y laborales sobre la CVRS. La consistencia interna de las escalas se determinó mediante el estadístico alfa de Cronbach.

Los datos fueron analizados con la versión 18.0 del paquete estadístico SPSS para Windows.



Resultados

Características sociodemográficas y laborales

En la Tabla 1 se muestran los datos sociodemográficos y laborales de los participantes en función del área de especialización: sanitaria versus psicosocial. En general, ambos grupos refieren estar bien formados para el ejercicio de su puesto, trabajar con pacientes de similares características y tener niveles elevados de satisfacción con su salud. Sin embargo, se detectaron diferencias estadísticamente significativas en las siguientes variables: vive en pareja, los profesionales del ámbito psicosocial conviven en pareja en mayor medida que los del ámbito sanitario (X2 = 5.07, p = 0.018); lugar de residencia, aproximadamente dos de cada tres profesionales del área psicosocial viven en zonas urbanas, frente a uno de cada dos profesionales sanitarios (X2 = 5.04, p = 0.018); titularidad del centro de trabajo, los profesionales de la salud trabajan en mayor medida en centros de titularidad privada (X2 = 10.35, p = 0.003); situación laboral, más del 70% de los profesionales del ámbito psicosocial tienen un contrato fijo, porcentaje que no alcanza el 30% en el caso de los sanitarios (X2 = 9.48, p = 0.024); jornada laboral, si bien los turnos rotatorios son los más frecuentes en ambos grupos, seguidos de los turnos fijos de mañana, estos últimos tienen mayor proporción en el grupo de profesionales del ámbito psicosocial (X2 = 25.62, p = 0.003); reacción ante la muerte de pacientes, aunque la mayoría de ambos grupos asumen la muerte del paciente geriátrico como un proceso normal, se detectan sin embargo mayores niveles de reacciones de angustia o de creer que se habría podido hacer más en el colectivo de profesionales del ámbito psicosocial (X2 = 10.45, p = 0.005).











Por otra parte, como puede apreciarse en la Tabla 2, aunque ambos grupos tienen niveles similares de experiencia profesional, se detectaron diferencias estadísticamente significativas en las siguientes variables: edad, si bien se trata, en ambos casos, de equipos profesionales jóvenes, los del ámbito psicosocial tienen una media de edad de aproximadamente cuatro años menos (F = 7.99, p = 0.005); número de hijos, ambos colectivos presentan tasas bajas, pero de modo especial en el grupo de profesionales del área psicosocial (F = 12.50, p = 0.000), y años de escolarización, el conjunto de profesionales del ámbito sanitario tiene una media de dos años y medio menos de escolarización (F = 44.85, p = 0.000).











Calidad de vida, estado de salud, burnout y personalidad resistente

La consistencia interna de los cuestionarios MOSS SF-36, Maslach Burnout Inventory y de Personalidad Resistente (CPR), determinada mediante el estadístico alfa de Cronbach, fue en todos los casos superior a 0.70.

En relación con la CVRS, excepto en el dominio dolor corporal (DL), en general la muestra estudiada obtiene puntuaciones elevadas en todos los demás dominios que integran el MOS SF-36; lo mismo sucede cuando calculamos los índices sumarios físico y mental y la puntuación total de dicho instrumento (Gráfico 1). No obstante, si analizamos las puntuaciones obtenidas por los participantes, observamos que un 25.1% se situaba por encima del percentilo 75 en el índice sumario físico, un 25.3% se situaba por encima del percentilo 75 en el índice sumario mental, mientras que sólo un 3.4% se situaba por encima del percentilo 75 en la puntuación total del MOS SF-36.

Por otra parte, se detectaron diferencias estadísticamente significativas entre los profesionales del área sanitaria y los del ámbito psicosocial en varios dominios del MOS SF-36. Los profesionales sanitarios obtuvieron puntuaciones más elevadas en función social (F = 4.81, p = 0.029), rol emocional (F = 9.51, p = 0.002), salud mental (F = 6.62, p = 0.010) y en el índice sumario mental (F = 8.72, p = 0.003); mientras que los profesionales del ámbito psicosocial mostraron puntuaciones más elevadas en dolor corporal (F = 4.33, p = 0.038).











En cuanto al estado de salud actual, los participantes refieren niveles de salud percibida relativamente elevados (ver Gráfico 2), que se sitúan en un valor promedio de 79.66 (Sx = 12.84) en una escala de 0 a 100; el 82% de los participantes se ubica por encima del percentilo 75 y sin que se detectaran diferencias estadísticamente significativas entres los profesionales de los ámbitos psicosocial y sanitario.

El análisis de las puntuaciones en el constructo burnout indica puntajes moderados en agotamiento emocional, bajos en despersonalización y elevados en realización personal (ver Gráfico 2). Sin embargo, cuando realizamos un análisis más profundo de los datos observamos que 90 participantes se sitúan por encima del percentilo 75 en agotamiento emocional y 97 en despersonalización. Asimismo, 88 profesionales obtienen puntuaciones que se sitúan por debajo del percentilo 25 en la dimensión realización personal del MBI. En cuanto al análisis de las diferencias entre profesionales de los ámbitos sanitario y psicosocial, no se detectaron diferencias estadísticamente significativas en ninguna de las dimensiones del constructo burnout.











En lo referido a la personalidad resistente, aunque los valores promedio de toda la muestra son elevados en las tres dimensiones del constructo (Gráfico 2), un análisis más profundo puso de manifiesto que el 52.4% de la muestra presentaba puntuaciones bajas en la dimensión reto, situándose por debajo del percentilo 50. En una línea similar, el 49.5% y el 50.5% obtuvieron puntuaciones inferiores al percentilo 50 en las dimensiones control y compromiso, respectivamente. El análisis de la puntuación total del CPR refleja una tendencia similar a la observada al estudiar sus dimensiones. Así, un 50.2% se situó por debajo del percentilo 50, mientras que un 25.7% obtenía puntuaciones superiores al percentilo 75. En cuanto al análisis de las diferencias en personalidad resistente, mediadas por la variable ámbito profesional, se detectaron diferencias estadísticamente significativas en la dimensión compromiso del CPR, los profesionales del ámbito psicosocial obtuvieron puntuaciones más elevadas (F = 5.87, p = 0.016).











En cuanto a la relación entre el estado de salud actual y la CVRS, se encontraron correlaciones positivas y significativas que variaron entre 0.276 (para rol emocional) y 0.685 (para salud general), para todos los dominios del MOS SF-36, excepto para dolor físico, que obtuvo un coeficiente de correlación bajo y no significativo (r = -0.018). Asimismo se encontraron correlaciones significativas y positivas con el índice sumario físico (r = 0.581), el índice sumario mental (r = 0.501) y con la puntuación total del MOS SF-36 (r = 0.616).

Por otra parte, como puede observarse en la Figura 1, todas las dimensiones de burnout y de personalidad resistente correlacionaron de forma significativa con alguno de los dominios del MOS SF-36.

Las correlaciones de las dimensiones del MBI cansancio emocional y despersonalización fueron todas de signo negativo, mientras que la dimensión realización personal mostró coeficientes de correlación de signo positivo. De las tres dimensiones, fue agotamiento emocional la que mostró mayor número de correlaciones significativas y de mayor intensidad con los dominios y con los índices sumarios del MOS SF-36 (ver Figura 1).

Los coeficientes de correlación entre CVRS y personalidad resistente fueron siempre de signo positivo. En este caso, la dimensión compromiso fue la que mostró mayor número de correlaciones significativas. No obstante, aunque los índices de correlación presentados en la Figura 1 son todos significativos, son en general bajos.



Modelos de regresión

A continuación se presentan los resultados encontrados en los modelos finales de los análisis de regresión lineal múltiple por pasos hacia adelante, indicando el coeficiente de determinación (porcentaje de varianza explicada) y la estimación de los coeficientes con su respectiva prueba estadística y sus intervalos de confianza del 95% para el índice sumario físico, el índice sumario mental y para la puntuación total del MOS SF-36. Las variables independientes fueron el burnout, la personalidad resistente, estado de salud actual y todas las variables sociodemográficas y laborales recogidas en las Tablas 1 y 2, excepto la variable sexo, que fue excluida debido a que la muestra estaba integrada en un 94.9% por mujeres, por lo que la representación de los varones era muy baja.











Indice sumario mental (MCS): en la Figura 2 se observa que el índice sumario mental presenta un coeficiente de determinación R2c = 0.480; explicado positivamente por la variable estado de salud actual, por la dimensión realización personal del cuestionario MBI y por la dimensión implicación del cuestionario de personalidad resistente (CPR). Mientras que es explicado negativamente por la variable jornada laboral.

Indice sumario físico (PCS): En la Figura 2 se aprecia que el índice sumario físico presenta un coeficiente de determinación R2c = 0.520; explicado positivamente por las variables sociodemográficas y laborales edad, vive en pareja, satisfacción salarial, nivel de formación para el puesto y años de escolarización, por el estado de salud actual y por la dimensión control del CPR. De forma negativa, el índice sumario físico es explicado por la dimensión agotamiento emocional del MBI.

Puntuación total del MOS SF-36: En la Figura 2 se muestra que la puntuación total de esta prueba presenta un coeficiente de determinación R2c = 0.555; explicado positivamente por las variables sociodemográficas y laborales edad, años de escolarización, jornada laboral y vive en pareja. Asimismo, es explicado positivamente por estado de salud actual y por puntuación total del CPR. La puntuación total del MOS SF-36 fue explicada negativamente por la dimensión agotamiento emocional del MBI.



Discusión

La CVRS es una temática que ha despertado un interés creciente entre los investigadores, de modo especial en los últimos años.39 En la actualidad, los profesionales de la salud están sometidos a una fuerte presión asistencial por parte de pacientes y familiares, cada vez más exigentes y críticos. Además, diversos factores sociales, tecnológicos y económicos obligan a que se les exija un mayor rendimiento sin que, nunca, o casi nunca, se piense en su calidad de vida.54 Todo ello a pesar de la conocida relación entre la insatisfacción laboral de los profesionales asistenciales y la disminución de la calidad de las prestaciones ofrecidas por éstos, tanto cualitativa como cuantitativamente.55

En el ámbito de la geriatría y la gerontología el estudio de la CVRS se ha centrado mayoritariamente en el paciente geriátrico48 y en los cuidadores informales.49 Sin embargo, es muy poco lo publicado sobre estas temáticas con muestras de profesionales que están al cuidado de la salud de personas mayores. Por consiguiente, el presente estudio constituye uno de los pocos trabajos que abordan esta temática.

Respecto de los análisis de CVRS, en general se obtuvieron puntuaciones medias elevadas en todas las dimensiones del MOS SF-36, excepto en dolor corporal. No obstante, no debemos olvidar que cuando analizamos las puntuaciones de los participantes, tres de cada cuatro obtienen puntajes por debajo del percentilo 75 en los índices sumarios físico y mental; y que cuando consideramos la puntuación total del MOS SF-36 más del 95% de los participantes obtiene puntuaciones por debajo de este nivel.

Por otra parte, debemos señalar que se detectaron diferencias estadísticamente significativas entre los profesionales del ámbito psicosocial y los de la salud en las dimensiones dolor corporal, función social, rol emocional y salud mental, así como en el índice sumario mental. Los profesionales del ámbito psicosocial presentaron puntuaciones más elevadas en el dominio relacionado con la salud física (dolor corporal), mientras que los profesionales sanitarios las obtuvieron en las dimensiones relacionadas con la salud mental. Este hecho nos podría hacer pensar que los profesionales del ámbito psicosocial, por su formación y por su labor profesional tendrían una mayor exposición a los factores estresantes sociales y emocionales de los pacientes geriátricos, lo que tendría repercusiones en su CVRS mental.56 No obstante, debido al reducido tamaño de la muestra de profesionales del ámbito psicosocial, debemos ser prudentes en las interpretaciones derivadas de este hallazgo.

Las relaciones entre las dimensiones de burnout con la CVRS y con sus dominios son negativas para agotamiento emocional y despersonalización y positivas para realización personal. Especialmente importantes fueron las relaciones encontradas entre agotamiento emocional, particularmente en el caso de los dominios relacionados con la salud mental. Estos datos van en la línea de lo esperable, pues estas dimensiones no tienen igual significación psicológica. Mientras que las dos primeras, agotamiento emocional y despersonalización, constituyen el corazón del burnout,57 la dimensión realización personal suele correlacionar con engagement, considerada el polo opuesto al burnout.28

Por otra parte, en lo referente a las relaciones entre personalidad resistente y CVRS, si bien hemos encontrado una relación positiva y significativa entre las dimensiones de ambos constructos, las correlaciones son bajas.

Finalmente, en este estudio hemos emprendido una serie de análisis de regresión para determinar los predictores confiables de la CVRS. Si observamos los tres modelos finales, recogidos en la Figura 2, vemos que la CVRS es explicada por un conjunto de variables sociodemográficas y laborales, así como por estado de salud actual y los constructos burnout y personalidad resistente.

En relación con las variables sociodemográficas y laborales, actuaron como predictores confiables de CVRS las siguientes variables: edad, vivir en pareja, años de escolarización, tipo de jornada laboral, satisfacción salarial y nivel de formación para el puesto, estos datos van en la línea de lo informado en diversos estudios, aunque con poblaciones diferentes de la aquí estudiada.58,59 Así, la edad ha sido una de las variables sociodemográficas más ampliamente documentada en relación con la calidad de vida.59,60 Asimismo, el nivel educativo y el estar casado o vivir en pareja han sido frecuentemente relacionados con la calidad vida relacionada con la salud.58 Por otra parte, la satisfacción salarial y el nivel de formación para el puesto son variables muy relacionadas con la satisfacción labora,l61,62 y ésta ha sido asociada con la calidad de vida.63

Como era previsible, el estado de salud actual se mostró como un predictor importante de la CVRS, datos que van en la línea de otros estudios.44

Por su parte, la dimensión de burnout agotamiento emocional explicó negativamente el índice sumario físico y la puntuación global del MOS SF-36. Sin embargo, el índice sumario mental fue explicado positivamente por la dimensión realización personal. Estos datos apoyan la hipótesis de que el burnout desempeña un papel importante en la explicación de la CVRS.38,40,41

Finalmente, la personalidad resistente ha mostrado una relación positiva con la CVRS. La dimensión implicación parece actuar como un predictor confiable de la CVRS mental, mientras que la dimensión control actuó como variable predictora de de CVRS física. Asimismo, altas puntuaciones en personalidad resistente parecen predecir buenos niveles de calidad de vida. Datos que confirman la importancia de esta variable en la predicción de la CVRS.42,43

En conclusión, los resultados de este estudio muestran la importancia de los factores personalidad resistente, burnout, estado de salud actual y de ciertas variables sociodemográficas y laborales en la determinación de la CVRS de cuidadores formales de personas mayores.

Entre las principales limitaciones este estudio es posible nombrar las siguientes. En primer lugar, la muestra de profesionales sociosanitarios es muy reducida respecto de la de los profesionales de la salud, si bien es cierto que éstos tienen mayor representación en el los equipos profesionales de los centros gerontológicos. Además, los datos obtenidos provienen exclusivamente de pruebas de autoinforme, si bien esta es una práctica usual en estudios como el presente, lo cierto es que la utilización de este tipo de instrumentos de medida puede provocar un sesgo en la respuesta de los participantes. Otra limitación se refiere a que hemos utilizado un diseño transversal en la obtención de datos, si bien es cierto que este tipo de diseño es habitualmente utilizado en la investigación. Así la cuestión, consideramos importante que futuros estudios nos permitan corregir las limitaciones señaladas, con muestras más representativas, complementando los datos de autoinforme con otro tipo de medidas y con diseños más sofisticados.
Bibliografía del artículo
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