Salud al margen

Historia con Salud

 
 

La obstetricia entre los aztecas

De Medicina aborigen americana, por el Dr. Ramón Pardal. Sección C, tomo III de la Biblioteca Humanior. José Anese (ed.), Buenos Aires: s/f.

   
   

«Las parteras Nahoa encargaban a las embarazadas y a sus familias que cuidaran mucho de su estado, que se alimentaran suficientemente y con buenos manjares, que no ayunaran, para no causar hambre a la criatura, que no comieran ni mascaran Ztictli [chicle, goma de mascar].. Les prohibían el coito, aun moderado, en los últimos meses del embarazo, ya fuera para evitar el aborto, para que el niño no fuera a salir manco o cojo o porque creían que el semen, coagulándose sobre la criatura, dificultaba su nacimiento y aun la exponía a morir en el parto [..]»

PARTERAS Y PARTOS
«Se sabe, por testimonio de los cronistas, que los indígenas del país no utilizaban a la partera solamente para asistir al parto, sino que se la llamaba desde los primeros meses, para que informase acerca del estado de la criatura y aconsejase las medidas higiénicas pertinentes. Algo muy interesante es la posición que hacían adoptar a las indias, tanto los Maya-Quichés como los de algunas regiones aztecas, en el acto del parto.

Herrera la describe en los siguientes términos: "Las mujeres paren boca a vaxo, en cuatro pies, las manos en el suelo, y la comadre recibe la criatura por detrás".» Esta posición ha sido llamada por los médicos de América Central y de México «posición nahoa» y según ellos, disminuye las posibilidades de ruptura del periné

OMBLIGO, PLACENTA, CRIANZA
«Cuando parían, cuenta un cronista, ".. tenían particular abusión [cuidado] con el ombligo de la criatura quando se lo cortaban: si era de varón, lo davan para que lo enterrassen en el lugar de las guerras y se lo entregaban a algún soldado, para que fuese aficionado a la guerra, y si era muger lo enterraban junto al fogón para que la muger fuesse afficionada a estarse en casa y cuidar de ella".» «La placenta era enterrada. En ciertos casos de feto muerto o de extracción imposible, destruían a éste en el interior del vientre de la madre; es decir, que practicaban la embriotomía. El primer día, el niño no tomaba la leche materna. Otro cronista comenta: "Evitaban mucho el abuso de Tequencholhuilistli, que quiere decir pasar uno sobre otro; porque tenían superstición que si algún chico o grande pasaba sobre un niño que estaba sentado o echado le quitava la virtud de crescer y se quedava pequeñito.."».