La contaminación del aire del sector del petróleo y el gas provocó en Estados Unidos 410000 exacerbaciones de asma, 2200 nuevos casos de asma infantil y 7500 muertes en exceso.
El dióxido de nitrógeno (NO2) fue el compuesto químico con mayor impacto en la salud (37 %), seguido del ozono (35 %) y la materia particulada o PM2.5 (28 %).

El estudio publicado en la revista Environmental Research: Health * evalúa los efectos actuales en la calidad del aire y la salud en los EE. UU. con datos obtenidos en 2016. El trabajo utiliza un marco novedoso con datos de resueltos geoespacialmente y simula la contaminación del aire consiguiente, con una representación avanzada de la química en fase gaseosa.

Además de las consecuencias directas sobre los seres humanos, la producción de petróleo y gas también fue responsable de US$77 mil millones en costos anuales de salud, precisan en el artículo Jonathan J. Buonocore y sus colegas de la Universidad de Boston, especializados en salud ambiental. El total incluye hospitalizaciones respiratorias y cardiovasculares relacionadas, resultados adversos del embarazo y otros problemas de salud; equivale además al triple del costo climático estimado que producen las emisiones de metano provenientes de las operaciones de petróleo y gas.

La gran cantidad de investigaciones demuestran que las fugas de metano del petróleo y el gas contribuyen a la huella total de gases de efecto invernadero, además de saberse que el uso de tales combustibles para el transporte, la calefacción del hogar y la generación de energía también tienen una gran carga sobre la contaminación del aire y la salud. Sin embargo, aclaran los autores, los efectos de la producción sobre la contaminación del aire de los territorios afectados de EE.UU. aún permanecían pendientes de evaluación.

Las regiones que albergan una importante producción de petróleo y gas, como el suroeste de Pensilvania, Texas y el este de Colorado, fueron las más perjudicados, escriben los investigadores, pero los residentes de ciudades densamente pobladas con poca o ninguna actividad de gas, como Chicago, Nueva York, Baltimore , Washington, DC y Orlando también sufren los efectos de la contaminación.

Estados como Texas, Pensilvania, Ohio, Oklahoma y Luisiana, con importante actividad de petróleo y gas, fueron los más afectados, pero Illinois (ocupa el sexto lugar) y Nueva York (el octavo), aunque no produzcan mucho, también padecen la polución.

El NO 2 es el mayor contribuyente a los impactos en la salud, seguido de cerca por el ozono y luego por las PM 2,5. Los impactos de NO 2 son los más restringidos y el ozono es el más disperso, con una dispersión regional sustancial, que refleja el tiempo de vida atmosférico de NO 2 y PM 2.5 , y el de formación de PM2.5 secundario y ozono a partir de emisiones de precursores.

Según los investigadores, dado que el NO 2 contribuye a la formación de PM 2,5 y ozono, las estrategias que reducen el NO 2 producido por el petróleo y el gas podrían mitigar su impacto en la salud. Además, consideran que las regulaciones estatales dirigidas a las emisiones de precursores de NO 2 del sector del petróleo y el gas podrían ayudar a mitigar los casos de asma infantil en las comunidades cercanas a estas fuentes de emisión y proporcionar beneficios secundarios para la salud.

“Las comunidades que son socialmente vulnerables debido a la raza/etnicidad, ingresos, educación u otros factores tienden a estar ubicadas cerca de fuentes de contaminación del aire y tienden a tener una mayor exposición”, señala el artículo.

A medida que la contaminación del aire cruza los límites estatales y afecta la salud desde su origen, continuaron los investigadores, existe la necesidad de una coordinación de soluciones a nivel regional y nacional.

Los investigadores estiman que sus hallazgos indican beneficios inmediatos y significativos en la calidad del aire para la salud humana y para el clima con políticas que reduzcan las emisiones de petróleo y gas, como las próximas regulaciones sobre el metano y otros contaminantes de la EPA .

Los formuladores de políticas deberían considerar estos beneficios colaterales en sus futuras estrategias de reducción de emisiones. Los autores agregan que solo abordan una parte del problema las estrategias centradas en los controles de contaminación al final de la tubería durante la combustión.

Los estudios futuros deberían examinar los impactos en la salud de la contaminación del aire a lo largo del ciclo de vida completo de la producción de petróleo y gas, junto con los beneficios que acarrearían otras estrategias adicionales de control.

Al finalizar, los autores destacan la notable relación entre la exposición a la contaminación del aire y las enfermedades respiratorias, razón por la cual opinan que "cualquier política reductora de esa exposición mejoraría los resultados para los pacientes respiratorios”.


* Environmental Research: Health
Air pollution and health impacts of oil & gas production in the United States
Jonathan J Buonocore, Srinivas Reka, Dongmei Yang, Charles Chang, Ananya Roy, Tammy Thompson, David Lyon, Renee McVay, Drew Michanowicz, Saravanan Arunachalam
8 de mayo, 2023
DOI 10.1088/2752-5309/acc886