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Introducción
En respuesta a la pandemia de COVID-19, los gobiernos de todo el mundo instituyeron diversas medidas de salud pública, como el confinamiento y el toque de queda. Estudios indican que la pandemia de COVID-19 y las medidas preventivas asociadas podrían tener efectos negativos sobre la salud mental. La angustia psicológica, la soledad y la ansiedad tienen el potencial de convertirse en enfermedades mentales graves con importantes consecuencias individuales y socioeconómicas. Dado que cada país abordó la pandemia de COVID-19 de una manera y un ritmo específicos, es posible que las percepciones y reacciones individuales de los países varíen.
El objetivo de la presente investigación fue resaltar las similitudes y diferencias más significativas en los indicadores clave de salud mental entre 4 países de Europa occidental y del norte, e identificar los subgrupos de población con los peores resultados de salud mental durante los primeros meses de la pandemia de COVID-19.
Métodos
Se analizaron datos de encuestas de series de tiempo de 205 084 personas de 7 estudios de Dinamarca, Francia, los Países Bajos y el Reino Unido para evaluar el impacto de la pandemia de COVID-19 y los confinamientos asociados. Las encuestas, incluían preguntas sobre medidas sociodemográficas básicas, desórdenes físicos y mentales crónicos, soledad percibida, indicadores de salud mental relacionados con la COVID-19, y precauciones y preocupaciones relacionadas con esta enfermedad. Las fechas de los eventos clave, incluidos los cierres sociales, los anuncios políticos y la flexibilización de las restricciones, así como los datos sobre hospitalizaciones diarias y tasas de mortalidad por COVID-19 fueron extraídos de fuentes disponibles públicamente. Todos los análisis se centraron en la fase inicial de confinamiento (marzo a julio de 2020). Los resultados principales fueron la soledad, la ansiedad y las preocupaciones y comportamientos de precaución relacionados con la COVID-19. Los datos del censo nacional de los 4 países participantes se utilizaron para ponderar a los individuos de las cohortes de la población general con el fin de lograr conjuntos de muestras más representativos para los análisis estadísticos.
Resultados
Se instituyeron confinamientos en los 4 países, a partir del 13 de marzo de 2020 en Dinamarca, desde el 16 de marzo en los Países Bajos, y a partir del 17 de marzo en Francia y el 23 de marzo en el Reino Unido. Dinamarca inició la primera fase de su reapertura el 15 de abril, el Reino Unido el 10 de mayo y los Países Bajos y Francia ambos el 11 de mayo.
Las preocupaciones relacionadas con COVID-19 fueron consistentemente altas en cada país, pero disminuyeron durante las fases de reapertura gradual. Se observaron niveles de referencia más bajos de preocupaciones en los Países Bajos en comparación con otros países. Aproximadamente el 40% de la población de cada país (excepto en los Países Bajos, donde las cifras eran menores) estaba preocupada por enfermarse gravemente durante los primeros meses de la pandemia. Incluso a más personas les preocupaba que alguien cercano a ellos se enfermara, desde el 90% en Francia hasta el 27% en los Países Bajos. Solo una fracción muy pequeña de cada muestra (< 5%) informó que no estaba preocupada en absoluto por la pandemia. Además de usar una mascarilla, la mayoría de los encuestados en los 4 países reportaron cumplir con las precauciones y medidas preventivas recomendadas.
Si bien solo el 7% de los encuestados informaron altos niveles de soledad en los Países Bajos, los porcentajes fueron más altos en el resto de los 3 países (13% a 18%). En los 4 países participantes, las personas más jóvenes y las personas con antecedentes de enfermedades mentales expresaron los niveles más altos de soledad.
Conclusiones
Los resultados del presente estudio parecen indicar que la pandemia de COVID-19 y los confinamientos asociados tuvieron un impacto importante en la salud mental de las poblaciones, y se debe seguir de cerca a ciertos subgrupos para evitar consecuencias negativas a largo plazo. Las personas más jóvenes y las personas con antecedentes de enfermedades mentales experimentaron niveles más altos de soledad en comparación con otros subgrupos durante los primeros 4 meses del confinamiento relacionado con la pandemia de COVID-19. A medida que esta pandemia continúa, las futuras medidas gubernamentales deben incluir estrategias específicas para estos subgrupos con el fin de disminuir el riesgo de graves consecuencias para la salud a largo plazo. Las personas de Europa occidental y del norte han respondido hasta ahora de formas psicológicamente similares a pesar de las diferencias en los enfoques gubernamentales a la pandemia. La diferencia más llamativa entre los 4 países que participaron del presente estudio es que los niveles de preocupación y soledad, y la proporción de personas con preocupaciones específicas y comportamientos de precaución, fueron más bajos en los Países Bajos en comparación con los otros países. Esta tendencia no puede explicarse por el momento de las intervenciones nacionales de salud pública, que fueron comparables entre países, ni por el nivel de rigor del gobierno holandés durante la crisis.
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