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La conformación de un mercado común del sur latinoamericano tiene implicaciones para los profesionales de la salud que desean hacer públicas sus actividades. La producción editorial en castellano puede desarrollarse, si las partes responsables de concretar ese hecho advierten la oportunidad y, desde ahora, unifican sus esfuerzos para la consecución del objetivo.
La creación del MERCOSUR representa el primer paso en la concreción de un sueño largamente anhelado por los libertadores de América Latina: es posible y necesario eliminar las absurdas fronteras políticas que nos separan de territorios vecinos donde virtudes y desgracias son semejantes a las propias. En relación con otros países con historias divorciadas, expresadas en las diferencias idiomáticas, América del Sur lleva ventaja en su intento unitario: la lengua es la misma, la comunicación es posible sin necesidad de normalizar el idioma que hablamos; de un lado y otro somos semejantes, desde todo punto de vista y desde la posición que deseemos mirarlo. Será sencillo entonces multiplicar toda la comunicación; nuestro idioma, esta herramienta cotidiana, subterránea, intrínseca de los pueblos iberoamericanos, representa una barrera que imita las producciones elaboradas en lenguas ajenas. La cultura común acompaña la integración de los países del Cono Sur; el castellano refuerza esta posibilidad, estrechando lo vínculos entre los escritores de la región; los científicos que escriben llegan a más lectores con sus propias palabras.
La fuerza de la zona también se medirá por los medios que sepa generar para transmitir con independencia sus pareceres, en la actualidad diluidos entre la maraña de opiniones y novedades producidas fuera de nuestros territorios.