Resúmenes amplios

DETECCIÓN Y TRATAMIENTO DE LA DEPRESIÓN EN LAS PERSONAS CON ENFERMEDAD CARDIOVASCULAR


Pittsburgh, EE.UU.
La detección y el tratamiento de la depresión en las personas con enfermedad cardiovascular son esenciales para elaborar estrategias específicas para mejorar la adhesión terapéutica y la prevención cardiovascular secundaria.

JAMA Network Open 5(12):1-11

Autores:
Magnani JW

Institución/es participante/s en la investigación:
University of Pittsburgh

Título original:
Assessment of Depression and Adherence to Guideline-Directed Medical Therapies Following Percutaneous Coronary Intervention

Título en castellano:
Evaluación de la Depresión y Cumplimiento de las Terapias Médicas Dirigidas por las Guías después de la Intervención Coronaria Percutánea

Extensión del  Resumen-SIIC en castellano:
2 páginas impresas en papel A4

Introducción

Una proporción significativa de personas con enfermedad coronaria sufren depresión comórbida. La depresión se asocia con un mayor riesgo de eventos cardiovasculares primarios y secundarios. Esto está vinculado con la adhesión terapéutica. Los individuos con enfermedad cardiovascular y depresión comórbida son significativamente menos propensos a cumplir con el tratamiento que aquellos sin depresión. La identificación de la asociación entre la depresión y la adhesión terapéutica puede enfocar las intervenciones para mejorar la prevención secundaria de la enfermedad cardiovascular. La Organización Mundial de la Salud, para el marco de adhesión terapéutica, reconoce cinco determinantes principales: los recursos socioeconómicos, el sistema de salud, el diagnóstico y la enfermedad, la selección de medicamentos y el paciente individual. La superposición de estos dominios entre sí tiene una capacidad adicional para exacerbar los desafíos a la adhesión terapéutica.

El objetivo de la presente investigación fue evaluar la asociación de la depresión y el cumplimiento de las terapias médicas dirigidas por las guías a los 12 meses (p. ej.: agentes antiagregantes plaquetarios, betabloqueantes, inhibidores del sistema renina-angiotensina-aldosterona [es decir inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina y bloqueantes de los receptores de angiotensina] y estatinas) después de la intervención coronaria percutánea (ICP).

 

Métodos

El presente estudio de cohorte retrospectivo incluyó individuos que se sometieron a ICP desde el 1 de enero de 2014 hasta el 31 de diciembre de 2019. Los datos se recopilaron de una gran base de datos de reclamos de salud de los Estados Unidos y se analizaron entre febrero y agosto de 2022. El criterio de valoración principal fue la proporción de días cubiertos (PDC) para las clases de terapias médicas dirigidas por las normativas, con adhesión terapéutica a los 12 meses categorizada como adecuada (PDC > 80% a < 90%) u óptima (PDC > 90%). Se identificó un diagnóstico de depresión que hubiese tenido lugar durante los 12 meses de inscripción antes de la ICP o dentro de los seis meses posteriores a la ICP. No se requirió prescripción de antidepresivos para definir la depresión.

Se utilizaron modelos de regresión ajustada multivariable para evaluar la asociación de la depresión con la adhesión terapéutica. Los modelos se ajustaron por características demográficas, afecciones médicas y psiquiátricas comórbidas, tratamiento de la depresión y tratamiento médico dirigido por las normativas. Los odds ratio (OR) fueron calculados con intervalos de confianza del 95% (IC 95%). La hipótesis planteada fue que las personas con depresión tendrían menores probabilidades de adhesión terapéutica adecuada u óptima a agentes esenciales para la terapia médica establecida por las normativas.

 

Resultados

De 124 443 individuos (media de edad: 69.3 años; 41 430 [33.3%] sexo femenino; 3694 [3%] asiáticos, 12 611 [10.1%] afroamericanos y 12 337 [9.9%] hispanos) que recibieron intervenciones coronarias percutáneas, 20 711 (16.6%) tenían un diagnóstico de depresión (media de edad: 69.1 años, 10 513 [50.8%] sexo femenino, 270 [1.3%] asiáticos, 2090 [10.1%] afroamericanos y 1969 [9.5%] hispanos). La mediana del número de comorbilidades en aquellos con depresión fue de 9, en comparación con una mediana de 5 en aquellos sin depresión. Una mayor proporción de individuos con depresión tenía comorbilidades psiquiátricas en comparación con quienes no presentaban depresión, y los trastornos de ansiedad fueron el diagnóstico más prevalente.

Las personas con depresión tenían significativamente menos probabilidades de lograr la adhesión terapéutica adecuada a los 12 meses a los antiagregantes plaquetarios (OR: 0.80; IC 95%: 0.77 a 0.85), los betabloqueantes (OR: 0.84; IC 95%: 0.80 a 0.88) y las estatinas (OR: 0.88; IC 95%: 0.85 a 0.93) que aquellas sin depresión; no hubo asociación entre la depresión y la adhesión terapéutica a los inhibidores del sistema renina-angiotensina-aldosterona (OR: 0.93; IC 95%: 0.85 a 1). Además, los pacientes con depresión tuvieron menos probabilidades de adhesión terapéutica óptima a los 12 meses a los antiagregantes plaquetarios, los betabloqueantes y las estatinas, así como a los inhibidores del sistema renina-angiotensina-aldosterona (OR: 0.87; IC 95%: 0.82 a 0.94) que sus contrapartes sin depresión.

Los análisis de sensibilidad arrojaron resultados similares a los del análisis primario. No se observó una asociación entre la depresión y la adhesión terapéutica a los inhibidores del sistema renina-angiotensina-aldosterona, probablemente dadas las indicaciones heterogéneas para esta clase de fármacos.

 

Conclusiones

Los resultados del presente estudio muestran oportunidades cruciales para realizar intervenciones que aumenten la prevención secundaria de enfermedades cardiovasculares en todos los individuos, especialmente aquellos con depresión. Los pacientes con depresión tuvieron menos probabilidades de lograr una adhesión terapéutica adecuada u óptima a los medicamentos esenciales para la prevención cardiovascular secundaria después de la intervención coronaria percutánea en comparación con aquellos sin depresión.

El reconocimiento de la depresión puede facilitar intervenciones dirigidas para abordar la adhesión terapéutica y, por lo tanto, mejorar la prevención secundaria de las enfermedades cardiovasculares. Se necesitan estudios adicionales para determinar si el tratamiento de la depresión puede mejorar la adhesión a la medicación, así como la forma en que dicho tratamiento mejora la prevención secundaria de la enfermedad cardiovascular.

 



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