Resúmenes amplios

FRACCIÓN DE EYECCIÓN DEL VENTRÍCULO IZQUIERDO COMO MARCADOR DE RIESGO EN COVID-19


Paris, Francia
La fracción de eyección del ventrículo izquierdo reducida en el momento de la internación sería un marcador adicional de riesgo de mortalidad o de necesidad de intubación, en pacientes internados por COVID-19; estos enfermos tienen alrededor de 10 veces más riesgo de evolución clínica desfavorable, en comparación con los pacientes con fracción de eyección del ventrículo izquierdo de 55% o más alta.

Archives of Cardiovascular Diseases 1-3

Autores:
Cohen A

Institución/es participante/s en la investigación:
Sorbonne-Universités

Título original:
Left Ventricular Ejection Fraction: An Additional risk Marker in COVID-19

Título en castellano:
Fracción de Eyección del Ventrículo Izquierdo: Un Marcador Adicional de Riesgo en COVID-19

Extensión del  Resumen-SIIC en castellano:
1.78 páginas impresas en papel A4

Introducción

La identificación precoz de pacientes con riesgo elevado de mortalidad en asociación con la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19 por su sigla en inglés) es un aspecto decisivo para al abordaje clínico y para la asignación de recursos en salud. Se ha sugerido que el compromiso del miocardio sería un fuerte marcador de mayor morbilidad y riesgo aumentado de mortalidad intrahospitalaria en pacientes con COVID-19. Sin embargo, hasta la fecha en ningún estudio se valoró la utilidad de la fracción de eyección del ventrículo izquierdo (FEVI) en este sentido, objetivo de la presente investigación.

Pacientes y métodos

Fueron analizados los datos de 39 enfermos consecutivos internados por neumonía aguda causada por coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (Severe Acute Respiratory Syndrome [SARS]- CoV-2), para quienes se dispuso de ecocardiografía realizada en el momento de la internación. Los enfermos fueron evaluados de manera retrospectiva. Los pacientes se clasificaron en dos grupos según la evolución clínica después de la internación: fallecidos o intubados (n: 12) y sin eventos (sobrevivientes sin necesidad de intubación).

Resultados

La edad promedio de la totalidad de la cohorte fue de 62 años y el 69.2% eran hombres; se administró oxígeno a una mediana de flujo de 6 l por minuto. La mediana del intervalo entre la internación en unidades de cuidados intensivos (UCI) y la intubación o el deceso fue de 5 días.

En el transcurso de los 15 días de seguimiento, 7 enfermos (17.9%) debieron ser intubados y 7 pacientes (17.9%) fallecieron (un total de 12 eventos [30.8%] principales de valoración [intubaciones y decesos]).

En el momento de la internación en UCI, los pacientes que debieron ser intubados o que fallecieron, respecto de los sobrevivientes, presentaron frecuencia respiratoria significativamente más alta, niveles séricos más bajos de hemoglobina, niveles séricos más altos de proteína C-reactiva, concentración máxima más elevada de biomarcadores cardíacos (troponina ultrasensible y péptido natriurético tipo B) y menor FEVI (p < 0.05 en todos los casos).

Mediante curvas de Kaplan-Meier se comparó el riesgo de intubación o muerte según la FEVI, con la consideración de un umbral de 55%. En los modelos de regresión de Cox de variables múltiples, los pacientes con FEVI < 55% tuvieron un hazard ratio (HR) de mortalidad o necesidad de intubación de 10.18 (intervalo de confianza del 95% [IC 95%]: 2.17 a 47.87; p = 0.003), de manera independiente de otras variables clínicas o bioquímicas.

Discusión

Además de los parámetros clínicos y de laboratorio, la evaluación ecocardiográfica de la FEVI podría ser de gran utilidad en los pacientes con neumonía grave por SARS-CoV-2, en términos del pronóstico a corto plazo.

Si bien numerosos trabajos analizaron la posible vinculación entre la enfermedad cardiovascular y la gravedad de COVID-19, sólo unos pocos trabajos definieron el papel de la ecocardiografía para la estratificación del riesgo; por el momento no se dispone de información acerca del papel de la FEVI en este sentido.

El presente estudio incluyó a una población relativamente joven de enfermos con riesgo alto de complicaciones, a juzgar por la mediana del flujo de oxígeno y la frecuencia respiratoria. Los resultados, entonces, podría ser diferentes en poblaciones de menos riesgo, es decir pacientes ambulatorios o enfermos no internados en UCI.

Estudios previos refirieron disfunción del ventrículo izquierdo en algunos pacientes con miocarditis y síndrome de Takotsubo. En un estudio la función ventricular, en pacientes con COVID-19 sin antecedentes de miocardiopatía, se asoció con pronóstico desfavorable.

El compromiso miocárdico en pacientes con COVID-19 obedecería a múltiples factores, entre ellos la expresión de receptores de la enzima convertidora de angiotensina 2, la respuesta inflamatoria exagerada, el daño vascular (microangiopatía e infarto de miocardio) y la tormenta de citoquinas. En este contexto, la evaluación no invasiva de la función del ventrículo izquierdo podría ser de importancia pronóstica.



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