Resúmenes amplios

LA PREVENCIÓN ADECUADA EN LA PANDEMIA EMERGENTE POR LA COVID-19

Este artículo presenta la fuerte opinión de una distinguida médica del Reino Unido, acerca de que el correcto uso de mascarillas evita la entrada del coronavirus a las vías respiratorias, y es esencial para disminuir el contagio en las pandemias.

Science

Autores:
Ruppel Shell E

Institución/es participante/s en la investigación:
Science

Título original:
Act Now, Wait for Perfect Evidence Later, Says ‘High Priestess’ of U.K. COVID-19 Masking Campaign

Título en castellano:
Actúe Ahora, Espere la Evidencia Perfecta más Adelante, Dice la 'Gran Sacerdotisa' de la Campaña del Uso de Máscaras en la COVID-19 del Reino Unido

Extensión del  Resumen-SIIC en castellano:
1.8 páginas impresas en papel A4

En mayo, cuando varios científicos prominentes del Reino Unido rechazaron un informe de la Royal Society que recomendaba el uso de mascarillas faciales para ayudar a controlar la propagación de la COVID-19, Trisha Greenhalgh estaba furiosa. Los científicos argumentaron que no había suficiente sustento literario científico acerca de la eficacia de las masacarillas, y el gobierno del Reino Unido, siguiendo su ejemplo, se negó a exigir la utilización de mascarillas para el público en general. 

Trisha Greenhalgh es una médica experta graduada en la Universidad de Oxford, quien, además, estudió ciencias sociales y políticas en Cambridge, y se embarcó en una carrera en atención primaria, con un enfoque de investigación en la endocrinología y la pasión por la enseñanza. Comentó en el Boston Review que “la búsqueda de pruebas perfectas puede ser enemiga de una buena política sanitaria”, y sostuvo que "al igual que con los paracaídas empleados para saltar desde los aviones, es hora de actuar sin esperar pruebas de ensayos controlados aleatorizados". Esta científica cree firmemente en la medicina basada en la evidencia, escribió un libro exitoso sobre el tema, y su investigación se ha ganado algunos de los más altos honores en su país. Sin embargo, en los últimos años, se ha vuelto crítica acerca de lo que, según ella cree, representa el privilegio dado a los estudios controlados aleatorizados, en contraposición a la experiencia clínica y la observación cercana. Según la doctora Greenhalgh, la COVID-19 ha revelado los límites de la medicina basada en la evidencia, y las mascarillas son un potente ejemplo de ello. 

Por otro lado, según Tom Inglesby, director del Centro de Seguridad Sanitaria de la Universidad Johns Hopkins, “la verdadera tensión en la salud pública radica, en ausencia de evidencia sólida, en si es apropiado o no tomar medidas, y la implementación de una intervención a gran escala como el uso de las mascarillas es extremadamente difícil de estudiar". Sin embargo, la información limitada disponible sugiere que las mascarillas podrían reducir la cantidad de virus transmitido de una persona a otra en más del 90%. Y eso, insiste Greenhalgh, debería haber sido suficiente para motivar esta intervención en la salud pública, barata y, en gran medida, libre de riesgos. Asimismo, sostiene que “se perdieron cientos de miles de vidas antes de que muchos gobiernos introdujeran el uso obligatorio de mascarillas”. 

Mientras el debate sobre las mascarillas se desataba a fines de esta primavera, Greenhalgh se unió al científico Jeremy Howard de la Universidad de San Francisco para lanzar un sitio web destinado a cambiar el rumbo de la opinión pública en todo el mundo (www.masks4all.co). El blog que lo acompaña obtuvo millones de visitas y fue traducido a 21 idiomas. Greenhalgh explicó que “a Jeremy se le ocurrió el lema 'Es un trozo de tela, no una mina terrestre', que llamó la atención sobre el encuadre bastante absurdo que algunas personas en contra del uso de mascarillas habían inventado”, y que después de eso, captó fuertemente la atención de los medios de comunicación y de los políticos. Además, agregó que, si la gente no quiere estar encerrada para siempre, se debía reemplazar la puerta por una doble capa de tela. 

Asimismo, Greenhalgh, a quien un crítico llamó "la suma sacerdotisa" de la campaña a favor del uso de mascarillas en Inglaterra, se unió a un comité de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que estudia los aspectos conductuales del uso de mascarillas, para comprender el impacto en otros comportamientos de riesgo. La profesional sostiene que la COVID-19 ha hecho que la colaboración entre la ciencia y la humanidad sea aún más vital, por lo que se ha inscripto como sujeto de prueba para la prometedora vacuna de Oxford, e insiste en que los estudios cuidadosamente controlados son esenciales antes de que cualquier vacuna sea lanzada al público en general. A diferencia de las mascarillas, señala, las vacunas y los tratamientos pueden tener desventajas peligrosas. 

Sin embargo, la doctora Greenhalgh es muy consciente del factor humano; incluso la mejor vacuna no funcionará si la gente está demasiado asustada para usarla, y está decidida a ayudar a mitigar ese problema mediante la promoción y el discurso público. La innovación tecnológica, dice, no es suficiente. La empatía también juega un papel vital. Afirma que “la ciencia no puede sentarse cómodamente en una sociedad donde la verdad ya no importa”, y que "como científicos, nuestro objetivo debe ser indagar en la basura".





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