Resúmenes amplios

COMORBILIDADES PREEXISTENTES Y MORTALIDAD POR COVID-19


Hershey, EE.UU.
Los pacientes con COVID-19 y enfermedad cardiovascular, hipertensión arterial, diabetes, insuficiencia cardíaca congestiva, enfermedad renal crónica y cáncer tienen riesgo más alto de mortalidad, en comparación con los enfermos sin estos trastornos subyacentes. La prevención de la infección y las estrategias terapéuticas dirigidas a estos grupos particulares de riesgo podrían mejorar la supervivencia.

Plos One 1-16

Autores:
Ssentongo P

Institución/es participante/s en la investigación:
Penn State College of Medicine

Título original:
Association of Cardiovascular Disease and 10 Other Pre-existing Comorbidities with COVID-19 Mortality: A Systematic Review and Meta-analysis

Título en castellano:
Asociación entre la Enfermedad Cardiovascular y otras 10 Comorbilidades Preexistentes y la Mortalidad por COVID-19: Revisión Sistemática y Metanálisis

Extensión del  Resumen-SIIC en castellano:
1.99 páginas impresas en papel A4

Introducción

El número de casos de enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) sigue en rápido aumento; la evolución es particularmente desfavorable en pacientes con enfermedades crónicas preexistentes. COVID-19 se ha expandido a más de 180 países, ha afectado a más de 12 millones de habitantes y ha ocasionado la muerte en más de 500 000 pacientes. La información en conjunto indica que los pacientes con enfermedad cardiovascular, hipertensión arterial, diabetes, enfermedad renal crónica, enfermedad hepática crónica, cáncer, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, asma e infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH)/SIDA tienen más riesgo de mortalidad por COVID-19. Sin embargo, los estudios que analizaron la influencia de estas comorbilidades preexistentes sobre la mortalidad por COVID-10 no mostraron resultados uniformes, posiblemente en relación con las metodologías heterogéneas y fuentes de sesgo no tenidas en cuenta.

El coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (Severe Acute Respiratory Syndrome [SARS]-CoV-2), el agente etiológico de COVID-19, interactúa con la enzima convertidora de angiotensina 2 (ECA2), el sitio de fijación del virus a las células en corazón, riñones y células alveolares pulmonares de tipo II. Se ha sugerido que la utilización previa de bloqueantes de los receptores de angiotensina podría aumentar la expresión de ECA2 y, por lo tanto, la posibilidad de ingreso del virus a las células del organismo. Esta teoría, sin embargo, no ha sido confirmada.

El objetivo de la presente revisión sistemática con metanálisis fue analizar la asociación entre un amplio espectro de patologías crónicas y la mortalidad, en pacientes con COVID-19; la mayoría de los estudios se publicó en China, pero también se identificaron trabajos publicados en Europa, África y los Estados Unidos.

Métodos

El estudio se realizó con las pautas Preferred Reported Items for Systematic Reviews and Meta-Analyses (PRISMA) y Meta-analysis of Observational Studies in Epidemiology (MOOSE). Los artículos publicados entre 1 de diciembre de 2019 y 7 de julio de 2020 se identificaron mediante búsquedas bibliográficas en PubMed (MEDLINE), OVID, SCOPUS, el Joana Briggs International EBP y bases de datos de la Cochrane Library. Se incluyeron estudios en los cuales se evaluaron pacientes internados por COVID-19, de manera independiente de la edad, en los que se consideró la preexistencia de una de 11 enfermedades crónicas (enfermedad cardiovascular, hipertensión arterial, diabetes, insuficiencia cardíaca congestiva, enfermedad cerebrovascular, enfermedad renal crónica, cáncer, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, asma y VIH/SIDA). En los estudios, el criterio principal de valoración debía ser la mortalidad por COVID-19 en enfermos con estas patologías subyacentes, respecto de pacientes internados sin estas entidades crónicas. Se incluyeron estudios aleatorizados y controlados (prospectivos y retrospectivos), las series de casos con al menos 10 pacientes y los estudios de casos y controles. El diagnóstico de COVID-19 debía basarse en las guías de la Organización Mundial de la Salud; los riesgos se estimaron como odds ratios (OR), risk ratios (RR) o hazard ratios (HR), con intervalos de confianza del 95% (IC 95%). La calidad de los estudios se determinó con la escala de Newcastle Ottawa (NOS); la heterogeneidad entre los estudios se determinó con el estadístico I2 y la Q de Cochran. Todos los análisis se realizaron con modelos de efectos aleatorios.

Resultados

Para el metanálisis se consideraron 25 estudios en los cuales se analizaron las asociaciones entre 11 enfermedades crónicas y la mortalidad en pacientes internados por COVID-19. En total se analizaron 65 484 pacientes de 61 años en promedio (57% de sexo masculino). La heterogeneidad global entre los estudios fue intermedia (I2 = 49%; p = 0.02), los trabajos tuvieron bajo sesgo de publicación y fueron de calidad alta (mediana de 7 puntos en la NOS [5 a 9]). Un total de 19, 3, 1 y 1 estudios se llevaron a cabo en China, los Estados Unidos, Italia y Sudáfrica, respectivamente. Entre los 14 estudios que analizaron el riesgo de mortalidad en asociación con enfermedades preexistentes, 7 refirieron asociaciones estadísticamente significativas. El RR para la mortalidad por COVID-19 y la enfermedad cardiovascular estuvo entre 0.72 y 8.89, mientras que el RR global fue de 2.25, es decir riesgo de mortalidad alrededor de 2 veces más alto.

La enfermedad cardiovascular (RR: 2.25, IC 95%: 1.60 a 3.17, 14 estudios), la hipertensión arterial (RR: 1.82; IC 95%: 1.43 a 2.32, 13 estudios), la diabetes (RR: 1.48; IC 95%: 1.02 a 2.15, 16 ensayos), la insuficiencia cardíaca congestiva (RR: 2.03; IC 95%: 1.28 a 3.21, 3 trabajos), la enfermedad renal crónica (RR: 3.25; IC 95%: 1.13 a 9.28, 9 estudios) y el cáncer (RR: 1.47; IC 95%: 1.01 a 2.14, 10 estudios ) se asociaron con riesgo aumentado de mortalidad por COVID-19.

Conclusión

Según los resultados de la presente revisión sistemática con metanálisis, en pacientes internados por COVID-19, la presencia de enfermedad cardiovascular, hipertensión arterial, diabetes, enfermedad cardíaca congestiva, enfermedad renal crónica y cáncer se asocia con el riesgo más alto de mortalidad. Estas poblaciones de enfermos requieren un abordaje multidisciplinario y terapias específicamente adaptadas para reducir el riesgo de mortalidad.



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