Resúmenes amplios

EL RISEDRONATO MEJORA LA DENSIDAD MINERAL Y LA GEOMETRÍA ESTRUCTURAL ÓSEA A LARGO PLAZO

En este estudio de extensión con 3 años de seguimiento se comprobaron los efectos del tratamiento con risedronato, tanto sobre la densidad mineral ósea como sobre los parámetros estructurales del cuello femoral, en pacientes con elevado riesgo de fracturas.

Clinical Drug Investigation 32(2):121-129

Autores:
Takakuwa M, Iwamoto J, Itabashi K

Institución/es participante/s en la investigación:
Asahikawa City

Título original:
Three-Year Experience With Risedronate Therapy for Patients With An Increased Fracture Risk: Assessment of Proximal Femoral Bone Density and Geometry by DXA

Título en castellano:
Tres Años de Experiencia de Terapia con Risedronato en Pacientes con Mayor Riesgo de Fracturas: Evaluación de la Densidad Ósea Femoral Proximal y la Geometría mediante Absorciometría

Extensión del  Resumen-SIIC en castellano:
2.52 páginas impresas en papel A4
Introducción
La osteoporosis es una enfermedad esquelética que se caracteriza por reducción de la fortaleza ósea e incremento asociado del riesgo de fracturas. La fortaleza depende tanto de la calidad como de la densidad mineral ósea (DMO). La calidad ósea se ha vinculado con factores estructurales (porosidad de la cortical, estructura trabecular) como materiales (calcificación, tamaño de los cristales, contenido de colágeno, microtrauma). Se considera al risedronato como una terapia de primera línea en el tratamiento de la osteoporosis, asociada con eficacia y seguridad en mujeres posmenopáusicas y hombres afectados.
En otro orden, se reconoce un progreso en los recursos técnicos de evaluación de la geometría y microestructura del tejido óseo por medio de la absorciometría de rayos X de energía dual (DXA). La incorporación de un parámetro de calidad ósea (como sus propiedades geométricas estructurales), además de la DMO, permitiría obtener mayor información vinculada con el efecto preventivo del risedronato sobre el riesgo de fracturas. En un estudio anterior se informó que la terapia con este fármaco durante un año se correlaciona con un incremento de la DMO de la columna lumbar y el fémur proximal, así como con mejora de parámetros geométricos como el momento de inercia transversal (MIT) y el área de sección (AS). En este análisis de extensión se presentan los resultados a largo plazo de esta intervención.
Pacientes y métodos
Se analizaron datos de 174 pacientes con osteoporosis tratados con risedronato como estrategia de primera elección en un hospital de Japón. La totalidad de los participantes había iniciado el tratamiento con risedronato de administración diaria, la cual pasó a indicarse con modalidad semanal cuando se dispuso de la correspondiente formulación. Se incluyeron varones y mujeres posmenopáusicas con osteoporosis o bien con osteopenia asociada con al menos un factor de riesgo para fracturas (tabaquismo, antecedente materno de fractura de cadera, ingesta de alcohol no menor de 2 unidades diarias, al menos 75 años de edad, índice de masa corporal de hasta 18.5 kg/m2 o antecedente de uso de corticoides). Se excluyeron los individuos con esofagitis por reflujo o enfermedad ulcerosa, gastrectomía u otras afecciones óseas.
Se determinó la DMO de la columna lumbar y el fémur proximal, así como los parámetros geométricos, al comienzo de la terapia y en forma anual durante 3 años. Se estimaron los niveles urinarios de telopéptido N-terminal del colágeno tipo 1 (NTX) al inicio del estudio y a los 4 meses de tratamiento. El MIT, el AS (marcador de resistencia a una fuerza aplicada sobre el eje mayor), la media del ancho femoral y el índice de fortaleza femoral (cociente entre la fuerza de compresión del cuello femoral y el estrés esperado sobre el trocánter mayor) se cuantificaron por medio de un programa informático especial incorporado a la DXA. Se postula que los aumentos del índice de fortaleza femoral reducen el riesgo de fracturas de cadera.
Todos los datos reunidos se procesaron con pruebas estadísticas específicas y se definió como significativo a un valor de p < 0.05.
Resultados
Ciento sesenta y cinco de los 174 participantes eran mujeres. En 48 casos se demostró una DMO de la columna lumbar inferior al 70% de la media de la población joven (criterio diagnóstico de osteoporosis en Japón), mientras que los restantes pacientes presentaban osteopenia en asociación con al menos un factor clínico de riesgo de fracturas. La media de edad, talla y peso de los participantes era de 67.8 años, 149.8 cm y 52.1 kg, en ese orden. Se dispuso de datos del 64.5%, 46% y 42.5% de los pacientes después de 1, 2 o 3 años de tratamiento, respectivamente. Hasta el 20% de las interrupciones del tratamiento dentro de los primeros 4 meses de seguimiento se atribuyeron a síntomas digestivos, pero los mayores índices de abandono descritos en etapas posteriores se debieron a falta de cumplimiento, temor por osteonecrosis maxilar ante una exodoncia e interrupción del seguimiento.
Se comprobó una reducción significativa de los niveles urinarios de NTX hacia los 4 meses de tratamiento. Asimismo, mediante pruebas de análisis de varianza, se demostró un incremento significativo de la DMO de la columna lumbar, la articulación total de la cadera y el cuello femoral. Este aumento posterior a un año de tratamiento se mantuvo en los controles efectuados a los 2 y 3 años; se verificó que esta optimización de la DMO alcanzó niveles superiores a nivel vertebral, cuando se comparó con el fémur proximal. En coincidencia, la mejora de la DMO fue mayor en la articulación total de la cadera en relación con el valor del fémur proximal.
Tanto el MIT como la AS y la media del ancho del cuello femoral determinados después de 1, 2 y 3 años fueron significativamente mayores en comparación con los valores iniciales. No obstante, en una prueba de comparaciones múltiples no se verificaron diferencias significativas en estos parámetros al comparar los resultados del segundo y tercer año. Se demostró con esta técnica que el MIT se incrementó en forma significativa entre el valor inicial y el estimado después de 1 año, con mayor aumento hacia el segundo año y mantenimiento de su valor en el tercer año. Se comprobó una variación similar para la media del ancho del cuello femoral. En cambio, el índice de fortaleza femoral aumentó de forma significativa en los primeros 2 años de tratamiento, mientras que ese incremento se acrecentó después de 3 años de administración de risedronato. Se destaca que el aumento del MIT y del índice de fortaleza resultó más acentuado que el incremento de la DMO del cuello femoral y la articulación total de la cadera.
Discusión
En un estudio previo de un año de duración se había demostrado que la terapia con risedronato mejoraba de modo significativo la DMO del fémur proximal y los parámetros geométricos (MIT, AS, ancho del cuello femoral) en individuos con elevado riesgo de fracturas. En esta extensión de 3 años de seguimiento se comprobó un incremento de la DMO y el AS del cuello femoral y la totalidad de la articulación de la cadera después de un año, con mantenimiento en las etapas posteriores. Asimismo, el MIT y la media del ancho del cuello femoral aumentaron significativamente durante el primer año de la terapia, con incremento en el año siguiente y mantenimiento hacia los 3 años. En relación con el índice de fortaleza, se comprobó un aumento con respecto al valor basal en los primeros 2 años, con incremento de ese efecto en el tercer año. En forma global, se señala que los efectos beneficiosos del risedronato sobre la DMO y la geometría estructural del fémur proximal se mantienen durante 3 años en los pacientes con riesgo elevado de fractura.
También, los niveles de NTX urinario se redujeron significativamente a los 4 meses de tratamiento, mientras que la DMO de la columna lumbar se incrementó de forma significativa durante el primer año. Las vértebras lumbares presentan mayor proporción de hueso trabecular y el cuello femoral contiene más cantidad de hueso cortical. El risedronato actúa mediante la supresión de la resorción ósea al intervenir sobre el remodelado. En función de la mayor acción de la terapia sobre la columna lumbar y la articulación total de la cadera en comparación con el fémur proximal, se postula que la superficie del hueso trabecular responde de modo más destacado a la acción de la terapia con risedronato, mientras que los efectos del fármaco sobre la DMO parecen mayores sobre el hueso cortical, en relación con el trabecular. Además, las variaciones en el MIT y el AS podrían explicarse por la supresión de la resorción ósea endocortical.
En otro orden, el incremento del índice de fortaleza femoral se asocia con un menor riesgo de fracturas a nivel del trocánter mayor en caso de caídas. En este estudio de extensión, el aumento del MIT y del índice de fortaleza resultó más destacado que el incremento de la DMO, por lo cual el risedronato podría optimizar la fortaleza ósea y la geometría estructural de manera más pronunciada que sus efectos sobre la densidad. De acuerdo con los autores, los resultados fundamentan la eficacia a largo plazo de este tratamiento en relación con las fracturas de cadera. En este sentido, se observaron tasas de interrupción de la terapia del 35.5%, 54% y 57.5% después de 1, 2 y 3 años, en ese orden. Los pacientes que mantuvieron la terapia durante 3 años obtuvieron beneficios en términos tanto de la DMO como de la geometría estructural. En consecuencia, los autores hacen énfasis en la necesidad de implementar estrategias para motivar a los pacientes a continuar la terapia, con el fin de obtener mlas áximas ventajas.
Conclusiones
En este estudio de 3 años de seguimiento se comprobaron los efectos del tratamiento con risedronato, tanto sobre la DMO como sobre los parámetros estructurales en pacientes con elevado riesgo de fracturas.


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