Programa Actualización Científica sin Exclusiones (ACisE)

Informes comentados

dispuestos por fecha de ingreso a SIIC

Informe
Autor del informe original
Elena Sánchez Legaza
Columnista Experto de SIIC
Institución:
Cádiz España

Prurito ótico por carcinoma basocelular en conducto auditivo externo
El carcinoma basocelular es el tumor cutáneo más frecuente en el área de cabeza y cuello; la exposición crónica al sol es el factor de riesgo más importante para este tumor. Suele manifestarse clínicamente con síntomas anodinos en estadios iniciales, lo que contribuye a que su diagnóstico sea difícil y tardío.

Resumen
El carcinoma basocelular es el tumor cutáneo más frecuente en el área de cabeza y cuello; la exposición crónica al sol es el factor de riesgo más importante para este tumor. Suele manifestarse clínicamente con síntomas anodinos en estadios iniciales, lo que contribuye a que su diagnóstico sea difícil y tardío. Tiene un comportamiento localmente invasivo, especialmente a nivel del pabellón auricular. Este es el único caso descrito en el conducto auditivo externo no relacionado con la exposición al sol, presentando unas características clínicas y terapéuticas que lo hacen peculiar.

Publicación en siicsalud
Artículos originales > Expertos de Iberoamérica >
https://www.siicsalud.com/des/casiic_profundo.php/172624

Comentario
Autor del informe
Verónica del Rosario Gatica 
CEMIC, Buenos Aires, Argentina


La persistencia de síntomas como prurito de conducto auditivo externo, otorrea, otorragia, otalgia merecen una búsqueda exhaustiva de su causa, ya que los carcinomas en esta área se manifiestan con síntomas poco característicos, pudiendo pasar inadvertidos, agravando su pronóstico.
Lesiones vegetantes irregulares, pólipos, granulomas o ulceras persistente merecen un seguimiento regular otomicroscópico, siendo las partes blandas de conducto auditivo externo de espesor menor a 0,2 mm y con un cartílago en su piso con áreas de debilidad facilitarían la propagación de alguna de esas lesiones a la estructura ósea subyacente, como se ve en las otitis externas maligna.
La extensión del compromiso óseo es determinante al momento de ofrecer una opción terapéutica ante un carcinoma de conducto auditivo externo, dado que las afecciones del hueso
temporal pueden acceder a la base del cráneo comprometiendo pares craneanos y estructura vitales. Es importante tener en cuenta que la erosión ósea puede presentarse aun en lesiones con menos de 2 cm de crecimiento en el plano horizontal, por eso es obligatorio realizar un estudio tomográfico y resonancia magnética ante la sospecha de una lesión neoplásica.
La Universidad de Pittsburgh ha diseñado especialmente un sistema de estadificación para tumores de conducto auditivo externo ya que, el carcinoma no tiene el mismo comportamiento que aquellos ubicados en otras regiones de cabeza y cuello, suelen ser de peor pronóstico y por lo tanto requieren tratamientos más agresivos.
Es así que en tumores limitados a partes blandas con exéresis y bordes negativos podría ser suficiente la resección quirúrgica, pero aquellos tumores T1 y T2 con erosión ósea deberían realizarse LTBR (resección lateral del hueso temporal) resección en bloque de conducto auditivo externo con membrana timpánica y mastoidectomia; T3 y T4 se propone la resección subtotal del hueso temporal STBR que implica resección además de capsula óptica con parotidectomia y articulación temporo mandibular. Al ser tan radical esta resección, en algunos centros optan por LTBR asociado a quimioterapia, siendo la recurrencia y la metástasis la causa principal de mortalidad tras la intervención quirúrgica. La radioterapia posoperatoria se aplica a gran parte de los estadios.
Son irresecables aquellos tumores con compromiso de conducto carotídeo, ganglionar, de duramadre y/o parálisis facial, donde la radio quimioterapia es la opción.
Es interesante el caso presentado, invita a la revisión del tema y replantearse conductas ante situaciones semejantes. Destaco finalmente la importancia de la solicitud de estudios por imágenes ante cuadros persistente sin causa identificada.
Copyright © SIIC, 2023 Bibliografía SaijoK,UekiY,TanakaR,YokoyamaY,OmataJ,TakahashiT,OtaH,ShodoR,YamazakiK, TogashiT,OkabeR,MatsuyamaH,HondaK,SatoY,MoritaY,TakahashiKandHoriiA (2021)TreatmentOutcomeofExternalAuditoryCanalCarcinoma:TheUtilityofLateralTemporalBoneResection.Front.Surg.8:708245.doi:10.3389/fsurg.2021.708245 Morita, S., Mizumachi, T., Nakamaru, Y. et al. ComparisonoftheUniversityofPittsburghstagingsystemandtheeightheditionoftheAmericanJointCommitteeonCancer TNM classificationfortheprognosticevaluationofexternalauditory canalcancer. Int J Clin Oncol 23, 1029–1037 (2018). https://doi.org/10.1007/s10147-018-1314-3

Palabras Clave
carcinoma basocelular, neoplasia del oído, pabellón auricular, conducto auditivo externo
Especialidades
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Informe
Autor del informe original
Mariolga Bravo Acosta
Columnista Experto de SIIC
Institución:
Guayaquil Ecuador

Tuberculosis y otras causas de morbilidad y mortalidad hospitalaria en pacientes con VIH/sida
A diferencia de lo descrito en países desarrollados, en donde las enfermedades crónicas no transmisibles son causa de hospitalización para los pacientes con VIH, en este estudio en Ecuador la principal causa de admisión y muerte fueron las infecciones oportunistas, algo similar a lo de otros países de América y África occidental.

Resumen
Introducción: A diferencia de lo descrito en países desarrollados en donde se reportan las enfermedades crónicas no transmisibles como causa de hospitalización en pacientes con VIH, en este estudio la principal causa de admisión hospitalaria y muerte fueron las infecciones oportunistas, particularmente la tuberculosis, algo similar a lo informado en otros países de ingresos bajos en América y África Occidental, aun con la disponibilidad de la terapia antirretroviral. Objetivos: Se determinaron las causas más frecuentes de morbilidad y mortalidad hospitalaria en pacientes con VIH. Material y métodos: Se analizaron los datos demográficos, clínicos y de laboratorio de pacientes ingresados con diagnóstico de VIH durante un año, en un hospital de Guayaquil. Resultados: De 151 pacientes, el 76% era del sexo masculino con 37 años en promedio. El 56.3% conocía el diagnóstico de infección por VIH. La principal causa de hospitalización y muerte fueron las enfermedades definitorias de sida, en donde las formas meníngeas: criptococosis, toxoplasmosis, sífilis y leucoencefalopatía en conjunto siguen a la tuberculosis y el 93.5% de los fallecidos tenía recuento de CD4 menor de 200 células/mm3 (p = 0.007). Conclusión: De manera similar a lo informado en pacientes adultos jóvenes con VIH en países de bajos ingresos económicos, las infecciones oportunistas fueron la principal causa de hospitalización y muerte, relacionada con inmunosupresión intensa, estadios avanzados de la enfermedad y sin terapia antirretroviral. Los resultados refuerzan la importancia del diagnóstico precoz y el tratamiento de la infección por VIH y la profilaxis de infecciones oportunistas prevenibles.

Publicación en siicsalud
Artículos originales > Expertos de Iberoamérica >
https://www.siicsalud.com/des/expertocompleto.php/172873

Comentario
Autor del informe
José Trinidad Sánchez Vega(1) Ricardo Hernández López(2) Arnulfo E. Morales Galicia(3) Diana Hernández López(4) Luz A. Uribe Torillo(5)  

(1) Universidad Nacional Autónoma de México, Ciudad de México, México
(2) Universidad Nacional Autónoma de México, Ciudad de México, México
(3) Universidad Nacional Autónoma de México, Ciudad de México, México
(4) Universidad Nacional Autónoma de México, Ciudad de México, México
(5) Universidad Nacional Autónoma de México, Ciudad de México, México


El VIH (virus de la inmunodeficiencia humana) es el virus que origina al SIDA (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), una enfermedad que debilita el sistema inmunológico, provocando un estado crónico de inmunosupresión que favorece a infecciones, enfermedades neoplásicas y enfermedades crónicas no transmisibles. La historia del origen del VIH y su aparición en la década de 1980 es compleja y está marcada por descubrimientos científicos cruciales, confusión, estigma y una crisis global de salud. Se cree que el VIH se originó de primates no humanos en África, donde los virus simios similares al VIH han existido durante mucho tiempo. Se han identificado dos tipos principales de VIH: el VIH-1, que es la principal cepa responsable de la pandemia global, y el VIH-2, que es
menos común y está restringido a ciertas regiones de África Occidental. El VIH-1 se divide en varios grupos, siendo el grupo M el responsable de la pandemia mundial. Se cree que la transferencia del VIH de primates a humanos ocurrió cuando estos primates fueron cazados, exponiéndose a sangre infectada. En 1981 se informaron los primeros casos de una nueva enfermedad en Estados Unidos, denominada en ese entonces como GRID (gay-related inmune deficiency), actualmente SIDA, que se caracterizaba por infecciones oportunistas y neoplasias poco comunes. Hasta 1983, los investigadores Luc Montagnier y Françoise Barré-Sinoussi en Francia identificaron un retrovirus, al que llamaron LAV (virus asociado a linfadenopatía), en muestras de pacientes con SIDA. En ese mismo año, el Dr. Robert Gallo en Estados Unidos también identificó un retrovirus similar, al que llamó HTLV-III (virus linfotrópico de células T humano tipo III), que luego se demostró ser el mismo virus que el LAV y fue rebautizado como VIH. Para 1984, se confirmó de manera definitiva que el VIH era la causa del SIDA. Se estableció un acuerdo internacional entre los grupos de investigación de Montagnier y Gallo para reconocer el descubrimiento conjunto. Durante la década de 1980, se realizaron investigaciones intensivas para comprender la biología del VIH y desarrollar pruebas de diagnóstico. La transmisión del VIH ocurre principalmente a través del contacto sexual, uso compartido de agujas y jeringas, y de manera vertical de madre a hijo. El VIH y el SIDA tienen un impacto significativo en la salud de los latinos, así como en todo el mundo, pues esta es una de las regiones del mundo con una carga considerable de VIH/SIDA. La prevalencia del VIH varía entre los países de Latinoamérica, siendo más alta en algunos países de América del Sur y el Caribe. La epidemia ha afectado tanto a áreas urbanas como rurales, aunque la prevalencia puede variar entre países y subregiones. En México desde 1983 hasta el segundo trimestre de 2023, se cuenta con un registro de 361095 casos, de los cuales el 81.86% son hombres. El acceso a la atención médica y al tratamiento antirretroviral de gran actividad (TARGA) es fundamental para las personas que viven con VIH. En algunos países de Latinoamérica, el acceso a estos servicios puede ser limitado debido a barreras económicas y estigma o discriminación, además tiene un impacto económico significativo en las personas y comunidades afectadas, incluyendo costos asociados al tratamiento médico, pérdida de productividad laboral, gastos en atención médica y cuidado y disminución de la calidad de vida. Las infecciones oportunistas son aquellas que aprovechan la debilitada respuesta inmunológica de un individuo, típicamente debido a una inmunosupresión significativa, como la causada por el VIH. Estas infecciones son una consecuencia común y grave de la progresión no controlada del VIH hacia el SIDA, lo que subraya la importancia del TARGA para controlar la replicación del VIH y preservar la función inmunológica. Las infecciones oportunistas pueden involucrar una amplia gama de microorganismos, incluyendo bacterias, virus, hongos y parásitos. Ejemplos comunes incluyen tuberculosis (TB), neumocistosis, criptococosis, candidiasis, citomegalovirus (VHH-5), virus de Epstein Barr (VHH-4), toxoplasmosis y cryptosporidiosis. La gravedad de las infecciones oportunistas puede variar, pero tienden a ser más graves en personas con VIH avanzado o SIDA. Estas infecciones a menudo son recurrentes y persistentes, y pueden requerir hospitalización o tratamiento prolongado, además pueden causar complicaciones graves, como falla multiorgánica, daño pulmonar irreparable, encefalitis, enfermedad gastrointestinal grave y otras condiciones mortales.
Coinfección VIH-tuberculosis
La coinfección entre la TB y el VIH representa una combinación peligrosa y desafiante que amenaza significativamente la salud global. Ambas enfermedades, por separado, ya son importantes problemas de salud, pero cuando se presentan juntas, se convierten en una sinergia de riesgos y complicaciones que plantean desafíos únicos para su diagnóstico y tratamiento. La coinfección TB-VIH es una preocupación global, especialmente en regiones con alta carga de TB y alta prevalencia de VIH, como África subsahariana. Se estima que alrededor del 8-15% de las personas con TB también están infectadas con VIH. El VIH infecta esencialmente a las células CD4, para una respuesta inmune efectiva contra Mycobacterium tuberculosis. Los pacientes coinfectados tienen un mayor riesgo de reactivación de la TB latente y progresión de la TB activa. El VIH aumenta la carga de bacilos ácido alcohol resistentes (BAAR) en los pacientes coinfectados y facilita la transmisión de la enfermedad. La infección por el VIH puede acelerar la progresión de la TB y reducir la eficacia de la respuesta inmunológica, lo que conlleva una mayor morbimortalidad Entre los factores de riesgo para la coinfección, destacan: 1. Contacto social y ambientes de alta transmisión: La TB y el VIH se propagan en entornos de alta densidad poblacional o hacinamiento, como barrios marginales y prisiones, donde la exposición a ambos agentes infecciosos es más probable. 2. Mala adherencia al tratamiento: La mala adherencia al tratamiento de la TB o al TARGA del VIH aumenta la probabilidad de coinfección y reactivación de la TB. 3. Estigma y barreras sociales: El estigma asociado al VIH y la TB puede retrasar el diagnóstico y el tratamiento adecuado, lo que contribuye a la propagación y la gravedad de ambas enfermedades. 4. Malnutrición: la desnutrición y la mala alimentación incrementan la susceptibilidad de la coinfección y dificulta la recuperación de ambas enfermedades. 5. Factores socioeconómicos: la pobreza, la falta de educación, falta de servicios de salud y barras culturales conlleva a un mayor riesgo. 6. Estilo de vida: el tabaquismo, abuso de alcohol y consumo de drogas aumentan el riesgo de adquirir TB y VIH, y pueden empeorar la progresión de ambas enfermedades. Como ya se comentó, esta coinfección representa una sinergia de riesgos y complejidades que exige una respuesta integral y coordinada a nivel global. Los esfuerzos deben centrarse en la prevención, la detección temprana, el tratamiento efectivo y el apoyo continuo para mejorar la salud y la calidad de vida de las personas afectadas por esta grave dupla infecciosa. Se necesita identificar al paciente enfermo y realizar un diagnóstico precoz, ya que el tratamiento y posterior curación corta la cadena de transmisión para ambas infecciones. Además, es necesario controlar los contactos estrechos por la alta probabilidad de contagio. Se deben realizar pruebas de VIH y TB en paralelo en personas con signos y síntomas compatibles con ambas enfermedades. Para los pacientes con VIH, es esencial evaluar la presencia de TB latente y, si es necesario, administrar la terapia preventiva para evitar la reactivación. El monitoreo clínico y de laboratorio a través de la evaluación constante de la carga viral de VIH y de la respuesta inmunológica, así como el monitoreo de la efectividad del TARGA, son cruciales en la coinfección. En cuanto al tratamiento, el TARGA se inicia independientemente del recuento de CD4 para suprimir la replicación del VIH, mejorar la inmunidad y prevenir la progresión de la TB, para esta última se emplean regímenes combinados de fármacos antituberculosos, que requieren ajustes en la dosificación y duración del tratamiento debido a la interacción con los medicamentos antirretrovirales. El tratamiento debe ser coordinado por un equipo multidisciplinario, garantizando una atención completa y óptima para ambas enfermedades. Finalmente es conveniente destacar que la coinfección VIH/TB representa un desafío complejo y significativo para la salud pública a nivel global. El impacto de esta coinfección es profundo y multifacético, ejerciendo una influencia negativa en la salud de los individuos afectados, en la propagación del VIH y en la carga para los sistemas de salud y la sociedad en su conjunto. En primer lugar, la TB en pacientes con VIH tiene un impacto devastador en la salud individual. La inmunosupresión causada por el VIH debilita la capacidad del sistema inmunológico para controlar y eliminar la infección por TB, lo que resulta en una progresión más rápida de la enfermedad. Además, la presentación clínica atípica de la TB en pacientes con VIH dificulta su diagnóstico y tratamiento oportunos, llevando a un mayor riesgo de morbimortalidad. El desafío actual y futuro radica en la gestión efectiva de esta coinfección en un contexto de resistencia a los antibióticos y otras barreras. La resistencia a los medicamentos antituberculosos y la creciente resistencia a los tratamientos antirretrovirales complican la elección y efectividad de los regímenes terapéuticos. La implementación de tratamientos adecuados y la garantía de su cumplimiento se vuelven fundamentales para frenar esta coinfección y sus consecuencias. A nivel socioeconómico, esta coinfección plantea desafíos significativos para los países. La carga económica en términos de costos de atención médica, pérdida de productividad laboral y gastos asociados a la atención de pacientes con TB y VIH es sustancial. Además, el estigma y la discriminación asociados con ambas enfermedades pueden afectar la calidad de vida, el acceso a la atención médica y la participación en la sociedad para los individuos afectados. En conclusión, la coinfección de tuberculosis y VIH representa una intersección crítica de desafíos médicos, sociales y económicos. Su abordaje efectivo requiere esfuerzos coordinados en educación, prevención, detección temprana y apego al tratamiento, así como la mejora de los sistemas de salud y una respuesta integral a nivel nacional e internacional. Reducir esta carga y mejorar la calidad de vida de aquellos afectados exige un compromiso sostenido y colaborativo de la comunidad global.
Copyright © SIIC, 2023

Palabras Clave
conteo CD4, infección oportunista, terapia antirretroviral, tuberculosis, VIH
Especialidades
Ep.gif   I.gif        AP.gif   DL.gif   EdM.gif   In.gif   SP.gif   
Informe
Autor del informe original
BK Swenor
Institución: Johns Hopkins University School of Medicine,
Baltimore EE.UU.

Compromiso de la Visión y Declinación Cognitiva en Adultos de Edad Avanzada
Los resultados de la presente revisión sistemática sugieren que el compromiso visual se asocia con más deterioro cognitivo, más declinación cognitiva o con mayor riesgo de demencia en adultos de edad avanzada. Se requieren más estudios para conocer los mecanismos involucrados en las posibles vinculaciones y para identificar intervenciones eficaces para atenuar las consecuencias cognitivas desfavorables del compromiso visual.

Publicación en siicsalud
https://www.siicsalud.com/des/resiiccompleto.php/169611

Comentario
Autor del informe
Raúl Federico Pelli-Noble 
Universidad Nacional de Tucumán, San Miguel de Tucumán, Argentina


El deterioro cognitivo se ha convertido en un problema de salud pública creciente, especialmente entre los adultos mayores. Aproximadamente 50 millones de personas viven con problemas cognitivos graves en todo el mundo y, como consecuencia del envejecimiento global, se prevé que esta cifra casi se triplique para 2050 (Alzheimer's Disease International, 2019).
La pérdida de las funciones sensoriales o “desaferentación”, pueden llevar a una afectación o empeoramiento de las funciones cognitivas, como son la pérdida auditiva y el déficit visual. Vale la pena señalar que las personas pueden necesitar tiempo para notar su deficiencia sensorial debido a la adaptación progresiva en la realización de tareas de la vida diaria, como puede ser una disminución insidiosa de la función visual debida a cataratas, glaucoma, alteraciones
del campo visual, entre otras causas. Los exámenes regulares de la vista son importantes para que los adultos mayores mantengan la función visual, ya que el deterioro de la visión se asocia con mayores riesgos de deterioro cognitivo y demencia en los adultos mayores, como se analiza en el presente trabajo. Y encontrar formas de prevenir o retrasar la aparición de la demencia podría ayudar a reducir su impacto devastador en la vida de las personas afectadas y sus familias, especialmente a la luz de la creciente carga de la enfermedad. Identificar los factores de riesgo modificables es el primer paso crítico para desarrollar intervenciones para lograr este objetivo. Las conclusiones de la presente revisión sistemática resaltan la importancia de los exámenes oculares regulares para los adultos mayores, lo que permite detectar y tratar temprano cualquier problema potencial con su visión.
Las principales fortalezas de esta revisión, son la búsqueda bibliográfica exhaustiva, así como la cuidadosa selección de estudios y la evaluación de la calidad, que brindan una visión general confiable de la evidencia en el campo. Sería conveniente como continuidad en esta línea de investigación, complementar los datos analizados con factores de riesgo asociados como diabetes, hipertensión arterial, sobrepeso, sedentarismo, falta de relaciones sociales como así también mencionar resultados de estudios imagen ológicos como tomografía computarizada y resonancia magnética. Copyright © SIIC, 2023

Palabras Clave
compromiso de la visión, declinación cognitiva, adultos de edad avanzada
Especialidades
Ne.gif   O.gif        AP.gif   EdM.gif   Ep.gif   Ge.gif   MF.gif   MI.gif   SM.gif   SP.gif   
Informe
Autor del informe original
D Hind
Institución: University of Sheffield,
Sheffield Reino Unido

No Hay Pruebas Claras que Respalden el Uso de Ninguna Intervención Individual para la Fiebre Materna Relacionada con la Epidural
La fiebre materna relacionada con la epidural tiene consecuencias importantes tanto para la madre como para el recién nacido. Esta se observa específicamente en mujeres en trabajo de parto, pero no en mujeres no embarazadas ni en embarazadas que reciben una epidural para un parto por cesárea programada.

Publicación en siicsalud
https://www.siicsalud.com/des/resiiccompleto.php/171526

Comentario
Autor del informe
José A. Gómez Maidana 
Cordinador de la Unidad de Medicina Fetal, Hospital Regional Río Gallegos, Río Gallegos, Argentina


En las últimas décadas, la analgesia epidural realizada en pacientes gestantes en trabajo de parto se ha convertido en una opción muy popular, y las tasas varían del 10% al 83% dependiendo si se realizan en ambientes públicos o privados. En las mujeres en trabajo de parto que reciben analgesia epidural se estima que entre el 15% y el 25% presentarán fiebre clínica estéril. La fiebre materna relacionada con la epidural se observa específicamente en mujeres en trabajo de parto, pero no en mujeres no embarazadas o en embarazadas que reciben una epidural para un parto por cesárea programada. La causa de esta afección no está clara. Los mecanismos propuestos son la inhibición de la pérdida de calor cutánea y la inflamación “estéril”
por exposición a infusión continua de anestésico local mediada por elevación de citocinas proinflamatorias.
El objetivo de la presente revisión sistemática y metanálisis fue analizar intervenciones para la prevención o tratamiento de fiebre materna relacionada con la epidural, así como su incidencia global.  Se incluyeron ensayos controlados aleatorizados que evaluaron métodos para prevenir o tratar la fiebre materna relacionada con la epidural en mujeres en trabajo de parto activo. Para las estrategias preventivas, los criterios de inclusión eran estudios que examinaron mujeres en trabajo de parto activo espontáneo o inducido, que evaluaron métodos que incluían, entre otros, métodos alternativos de analgesia, métodos de dosis epidural reducida y paracetamol o esteroides profilácticos.
El metanálisis sugiere que reducir la dosis de anestésico local administrado para analgesia epidural y los métodos alternativos de analgesia pueden ser eficaces para reducir la incidencia de fiebre intraparto. No hay pruebas claras que respalden el uso de ninguna intervención preventiva o terapéutica individual para la fiebre materna relacionada con la epidural. La investigación adicional debe centrarse en comprender el mecanismo de aparición de la fiebre para permitir que los ensayos de posibles intervenciones reduzcan la incidencia de fiebre intraparto y la carga de enfermedad subsiguiente que afecta al recién nacido. Se debería esperar un estudio multicentrico, aleatorizado con definiciones claras de los criterios de inclusión para poder llegar a una conclusión con mayor aval científico.
Copyright © SIIC, 2023

Palabras Clave
fiebre materna relacionada con la epidural, fiebre epidural, fiebre intraparto, analgesia durante el trabajo de parto, epidural durante el trabajo de parto
Especialidades
AN.gif   OG.gif        Ep.gif   F.gif   MI.gif   SP.gif   
Informe
Autor del informe original
U Amin
Institución: Our Lady's Hospital,
Manorhamilton Irlanda

Osteoporosis en Mujeres de Edad Avanzada
Esta revisión actualiza diversos aspectos del abordaje clínico para el tratamiento de la osteoporosis posmenopáusica, incluidos la evaluación del riesgo de la paciente, el diagnóstico y las opciones terapéuticas farmacológicas y no farmacológicas.

Publicación en siicsalud
https://www.siicsalud.com/des/resiiccompleto.php/173439

Comentario
Autor del informe
Alejandra Elizalde Cremonte 
Prof. Titular Cl. Obstétrica, Universidad Nacional del Nordeste, Corrientes, Argentina


Como dice el artículo: Osteoporosis en Mujeres de Edad Avanzada, la osteoporosis sigue siendo una de las causas más importantes de morbilidad severa en la postmenopausia, y asociada a las fracturas osteoporóticas, de morbimortalidad tanto en mujeres como en hombres.1 Cuando hablamos de osteoporosis, no solamente estamos determinando la densidad ósea de una zona, sino que nos encontramos ante una entidad o patología sistémica del esqueleto que se caracteriza por una deficiente masa ósea, deterioro de la microestructura del hueso y elevado riesgo de fragilidad y fractura de este.2
En el trabajo comentado, se evalúan los factores de riesgo tanto personales como familiares, e incluso hasta medioambientales considerando las osteoporosis secundarias de orden diferente al genético, pero lo que sorprende es que no evalúa
la calidad ósea de las pacientes con riesgo de osteoporosis. Está claro que la calidad ósea está dentro de lo que se considera la resistencia ósea, e incluye una serie de factores tales como el grado de remodelado, la mineralización, la microarquitectura y la geometría óseas.3
Pero lo interesante de esto, es que la calidad ósea es fundamental en cualquier mujer, aún en edad fértil, como para determinar la probabilidad de desarrollar una osteoporosis, porque la simple densidad mineral ósea (DMO), puede ser parecida en mujeres de distintas edades, pero el riesgo de fractura va a ser mayor conforme aumenta la edad de la mujer, pero si a ello sumamos una mala calidad ósea, indefectiblemente vamos a encontrarnos ante una fractura. Cuando habla de la evaluación del riesgo de fractura, se plantea casi como el standard de oro al FRAX, y nadie podría estar en desacuerdo, pero últimamente está siendo cada vez más utilizada la TBS (Trabecular Bone Score), la cual evalúa la microarquitectura trabecular. Estos estudios se complementan con los de densidad mineral ósea, y pueden visualizar mejor los riesgos de fractura ósea por osteoporosis siendo un índice que se deriva de las imágenes estándar de densitometría ósea (DXA) de la columna lumbar y proporciona información sobre el hueso subyacente independiente de la densidad mineral ósea (DMO), reflejando el estado de la microarquitectura trabecular. El TBS se ha demostrado que es un factor de riesgo independiente de fractura osteoporótica y mejora la predicción del riesgo de fractura cuando se combina con los factores clínicos de riesgo FRAX y la DMO del cuello femoral, el TBS aumentaría la capacidad de DXA para identificar a mujeres en riesgo de padecer fracturas sin tener osteoporosis densitométrica. Creo que es un dato que debiéramos tener presente, sobre todo considerando que no hablamos de un equipo diferente, sino de sumar técnicas y mediciones que hacen al método más preciso y específico.4
Con respecto a las intervenciones para reducir el riesgo de fractura, considero que hace un extenso y muy adecuado análisis tanto de los tratamientos no farmacológicos como los farmacológicos, dando un muy importante valor a la prevención, no sólo de las fracturas instalada ya la osteoporosis, sino también en la prevención antes de que la misma pueda ser una sombra, haciendo hincapié en la calidad de vida como un elemento fundamental para prevenir no solo la osteoporosis sino también la fractura futura. En cuanto a las recomendaciones para iniciar el tratamiento, no está en discusión, dado que está dentro de los consensos de osteología en diferentes países del mundo, y es muy clara la recomendación de no desatender a mujeres jóvenes con tratamientos para enfermedades donde se utilicen tratamientos por largo tiempo con corticosteroides. Concluyendo, el análisis llevado a cabo para éste artículo, es importante destacar que la prevención sigue siendo la principal cuestión a tener en cuenta con estas pacientes. El artículo resume muy bien lo escrito y publicado por la American Association of Clinical Endocrinologists y la American College of Endocrinology en su Guía de Práctica Clínica para el Diagnóstico y Tratamiento de la Osteoporosis Postmenopáusica5, y también con respecto a la terapia hormonal menopáusica y su relación con la prevención de la osteoporosis, a nosotros los ginecólogos, nos coloca en una muy buena posición, coincidiendo con el posicionamiento de la NAMS (North American Menopause Society), en que si bien no son lo único que va a prevenir la osteoporosis, sumados a los elementos farmacológicos y no farmacológicos, está demostrado que la terapia hormonal ha demostrado que disminuye de manera significativa el riesgo de fractura en cadera (34%), en columna vertebral (34%) y en no vertebral (23%), luego de 5 años de uso continuo de tratamiento, por lo que debe ser tenida en cuenta.6
Copyright © SIIC, 2023 Referencias bibliográficas
Amin U, McPartland A, O'Sullivan M, Silke C. An overview of the management of osteoporosis in the aging female population. Womens Health (Lond). 2023 Jan-Dec;19:17455057231176655. doi: 10.1177/17455057231176655. PMID: 37218715; PMCID: PMC10214060.
Peña-Ríos DH, Cisneros-Dreinhofer FA, de la PeñaRodríguez MP, García-Hernández PA, Hernández Bueno JA, Jasqui-Romano S, Mercado-Cárdenas VM, Mirassou-Ortega M, Morales-Torres J, VallejoAlmada J, Vázquez-Alanis A. Consenso de diagnóstico y tratamiento de la osteoporosis en la mujer posmenopáusica mexicana. MedIntMéx2015;31:596-610.
https://www.elsevier.es/es-revista-seminarios-fundacion-espanola-reumatologia-274-articulo-que-significa-calidad-osea-13095648 Galich A.M., et al.: Score de hueso trabecular y fracturas. Actual. Osteol. 2017;13(2):96-103. 2020 Update, Endocrine Practice, Volume 26, Supplement 1, 2020, Pages 1-46. Pauline M. Camacho, Steven M. Petak, Neil Binkley, Dima L. Diab, Leslie S. Eldeiry, AzeezFarooki, Steven T. Harris, Daniel L. Hurley, Jennifer Kelly, E. Michael Lewiecki, Rachel Pessah-Pollack, Michael McClung, Sunil J. Wimalawansa, Nelson B. Watts. The NAMS Hormone Therapy Position Statment Advisory Panel. The 2022 hormone therapy position statement of The North American Menopause Society. Menopause 2022;29(7):767-794

Palabras Clave
osteoporosis, posmenopausia, bisfosfonatos, denosumab, teriparatida
Especialidades
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