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se suma a los poco más de 250 mil artículos registrados en PubMed desde 1950 sobre el tema, sin embargo, no es uno más ya que atiende a como el personal de salud debe “comprender los conceptos básicos de la inteligencia artificial (IA), así como sus implicaciones futuras”.
. nos brindan un panorama abarcador, tanto de educación en salud, en el marco del desarrollo profesional continuo, como de educación para la salud en la prevención, el diagnóstico, el tratamiento y la rehabilitación, con miras a considerar la IA como un auxiliar en el cuidado de la salud.
último escenario, ya en el siglo 21, es que los usos de la IA se vislumbran “cuasi infinitos”, por llamarlos de cierta manera, muchos de gran ayuda al utilizarla en diversas tareas como la de identificar determinantes en salud, a partir de la historia clínica, lo que sin lugar a duda nos brindará un abanico enriquecedor al elaborar nuestras hipótesis diagnósticas y, derivado de ello, nuestras decisiones, recomendaciones y el mejor tratamiento a aplicar.
No solo es la dicotomía ciencia tecnología alrededor de la IA, sino también el arte donde de la experiencia el vértice de un triángulo virtuoso. Artino,2 referido por Mucci, al basarse en las teorías del aprendizaje, considera que se logra aprender mediante las interacciones de las personas, situación que aun no parecen superar los algoritmos de la IA.
Utilizar a la IA en tareas rutinarias como reconocer signos vitales, supervisar la adherencia al tratamiento y monitorear bioquímicos, entre otras, nos permite a los médicos economizar tiempo para continuar nuestro desarrollo profesional, no solo en el de nuestras competencias específicas sino cultivando nuestro pensamiento crítico y nuestras interacciones, especialmente las familiares, las cuales tendrá un impacto positivo en nuestro bienestar integral.
Así bien, al concepto de salud que nos recuerda Mucci, difundido desde 1948 por la Organización Mundial de la Salud, además de la salud física, la salud mental y la social, cada vez toma más fuerza se suma la salud en espiritualidad, como lo refiere De Brito et al.3, aspecto último del que aún la IA no cuenta. 1-6
Concluyo con lo escrito por Mucci sobre la AI: “es importante que todas las partes interesadas, incluyendo a los administradores, los prestadores de servicios de salud y los pacientes, estemos conscientes no solo de sus posibilidades, sino también de sus limitaciones”.
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Bibliografía
Mucci, A, Green W, Hill L. Incorporation of artificial intelligence in healthcare professions and patient education for fostering effective patient care. New Dir Adult Cont Educ. 2024;51–62. 2024.
Artino A R. It’s not all in your head: Viewing graduate medical education through the lens of situatedcognition. Journal of Graduate Medical Education, 5(2), 177–179. 2013.
De Brito Sena MA, Damiano RF, Lucchetti G, Peres MFP. Defining Spirituality in Healthcare: A Systematic Review and Conceptual Framework. Front Psychol. 18;12:756080. Nov 2021.
Calderero HJF. Artificial Intelligence and Spirituality. International Journal of Interactive Multimedia and Artificial Intelligence. 2021;7(1):34-43. 2021.
Hirani R, Noruzi K, Khuram H, Hussaini AS, Aifuwa EI, Ely KE, Lewis JM, Gabr AE, Smiley A, Tiwari RK, et al. Artificial Intelligence and Healthcare: A Journey through History, Present Innovations, and Future Possibilities. Life. 14(5):557. 2024.
Stringer C. The origin and evolution of Homo sapiens. Philos Trans R Soc Lond B Biol Sci. 2016 Jul 5; 371(1698):20150237. 2016.