RIESGO POTENCIAL POR LA PRESENCIA DE AEDES ALBOPICTUS EN LA TRIPLE FRONTERA EN EL NORTE DE ARGENTINA - Red Científica Iberoamericana (RedCIbe)

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RIESGO POTENCIAL POR LA PRESENCIA DE AEDES ALBOPICTUS EN LA TRIPLE FRONTERA EN EL NORTE DE ARGENTINA

Manuel Osvaldo Espinosa
Analista y coordinador de proyectos, Departamento de Programas y Proyectos, Fundación Mundo Sano, CABA, Argentina

CABA, Argentina (SIIC)

La presencia de A. albopictus es una problemática a tener en cuenta por los efectores de los programas de vigilancia y control vectorial en la lucha contra el dengue y la fiebre amarilla, hoy dirigidas principalmente a A. aegypti.

El mosquito Aedes albopictus es una especie originaria del sudeste asiático y en la actualidad ya ha sido documentado en más de 40 países de las regiones tropicales y templadas del planeta. Este fenómeno de dispersión se produjo como consecuencia de la actividad humana, relacionada principalmente al comercio de neumáticos y productos de jardinería, que favorecieron el transporte de huevos desde el sudeste asiático a Europa y a América.
En su ambiente natural, las selvas tropicales, esta especie realiza las oviposturas en oquedades arbóreas denominadas dendrotelmas, bromelias, epífitas y cañas de bambú, con capacidad de contener agua y transformarse en criaderos de los estadios larvarios, sin embargo, ha sido bien documentada su capacidad para colonizar el ambiente urbano y utilizar criaderos artificiales como neumáticos y recipientes de diversos materiales, comportamiento similar al de Aedes aegypti.

En cuanto a su importancia sanitaria, se ha demostrado la competencia de A. albopictus para transmitir los virus dengue, fiebre amarilla y chikungunya, así como las filarias Dirofilaria immitis y D. repens y se han documentado aislamientos virales en ejemplares adultos capturados en la naturaleza durante períodos epidémicos, evidenciando el potencial epidemiológico de esta especie como transmisor activo en aquellas regiones con circulación endémica de estos patógenos. Además, fue verificada en ensayos de laboratorio su capacidad para transmitir otros 16 arbovirus, entre los que se encuentran el del Nilo Occidental y el de Encefalitis de San Luis, ambos de comprobada circulación en Argentina.

Otro aspecto de importancia epidemiológica que caracteriza a A. albopictus, es el fenómeno de transmisión transovárica. Por este mecanismo, las hembras infectadas pueden transmitir partículas virales a su progenie a través de los huevos y en consecuencia, los nuevos individuos ya estarían infectados y tendrían capacidad vectorial, sin necesidad de adquirir el virus durante la alimentación sanguínea. Este fenómeno introduce un nuevo elemento al modelo clásico de transmisión vectorial y podría explicar la ocurrencia de casos aislados sin antecedente de viaje a áreas de circulación viral activa o en períodos interepidémicos.
Cabe destacar que hasta hace poco tiempo esta forma de transmisión no era considerada en A. aegypti, principal vector del dengue, pero en los últimos años se encontraron evidencias de que este mecanismo es posible también en esta especie. En estudios de vigilancia de flavivirus realizados en Puerto Iguazú, hemos detectado el genotipo del serotipo 3 de dengue en mosquitos machos de A. aegypti. Siendo que los machos no se alimentan de sangre, la única posibilidad de estar infectados es a través de transmisión transovárica.

El primer registro de A. albopictus en América fue documentado en 1985 en el estado de Texas, Estados Unidos. Su plasticidad bioecológica para colonizar latitudes templadas y septentrionales, junto a una mayor tendencia que A. aegypti, para proliferar en ambientes naturales, le permitió ocupar gran parte del territorio americano, entre los 40° de latitud norte y los 30° de latitud sur.
En Sudamérica, el límite sur alcanzado por la especie se registró en localidades del estado de Río Grande do Sul, Brasil, en la frontera con Uruguay en 1996, mientras que en Argentina se lo documenta por primera vez dos años más tarde en la localidad de San Antonio, provincia de Misiones.

Primer registro en Puerto Iguazú
Puerto Iguazú (25° 36’S – 54° 35’O) se encuentra ubicada en el extremo norte de la provincia de Misiones. Limita hacia el oeste con Paraguay, a través del Río Paraná y hacia el norte con Brasil, a través del Río Iguazú, esta zona es conocida como “Triple Frontera”. La ciudad se encuentra inmersa en la Selva Paranaense por lo que no existen límites bien definidos entre las áreas selvática y urbana. Una de las principales características de Puerto Iguazú, es estar ubicada a 15 km del Parque Nacional Cataratas del Iguazú, lo cual concentra durante todo el año, un alto tránsito de personas que se produce entre los pasos fronterizos a lo que se suma los vuelos internacionales que llegan desde todo el mundo. Por ejemplo, durante el 2013 y hasta el 28 de julio se registró la entrada al parque de 750 mil personas que transitaron por la ciudad. Este flujo permanente de personas en un área endémica para una gran variedad de patologías tropicales, caracteriza a la ciudad de Puerto Iguazú como un escenario de alto riesgo epidemiológico, dado que existe una mayor probabilidad de circulación viral, además del ingreso de virus como el chikungunya provenientes de otras regiones. A este respecto, cabe destacar que entre agosto y octubre de 2010 fueron detectados tres casos de fiebre chikungunya provenientes de Indonesia, en las ciudades de São Paulo y Río de Janeiro, Brasil.

Es en este escenario que en el año 2007 y en el marco del Programa de Vigilancia y Control de A. aegypti que Fundación Mundo Sano realiza en forma ininterrumpida desde 2004, se registran los primeros criaderos de A. albopictus. La mayoría de estos focos se encontraban en peridomicilios de los barrios periféricos de la ciudad que limitan con espacios verdes y corredores selváticos que presentan una composición y estructura arbórea, típicas de las galerías hidrófilas ribereñas que marginan los afluentes de los ríos Paraná e Iguazú.
Los criaderos hallados en el ambiente urbano estaban constituidos por botellas y envases plásticos, electrodomésticos en desuso, neumáticos y tanques para el almacenamiento de agua. Un aspecto importante a considerar es la relación de esta especie con A. aegypti. Estudios realizados en el estado de Florida comprobaron la exclusión competitiva de A. aegypti por A. albopictus. En Puerto Iguazú, hasta el momento, no se encontraron evidencias de este fenómeno, observando la tendencia de ambas especies a ocupar diferentes áreas, en donde A. aegypti sería dominante en el área urbana, mientras que A. albopictus presentaría mayor infestación en los sectores periféricos con abundante vegetación. Entre enero y abril se registra un avance de A. albopictus sobre el área urbana, estableciendo un gradiente de infestación desde el área periférica, mientras que en el resto del año solo es detectado en el ambiente selvático circundante.

La presencia de A. albopictus es una problemática a tener en cuenta por los efectores de los programas de vigilancia y control vectorial en la lucha contra el dengue y fiebre amarilla, hoy dirigidas principalmente a A. aegypti. Si bien hasta el momento en América no ha sido demostrado el rol vectorial de A. albopictus, la presencia de una especie invasora con elevado potencial vectorial en un área con circulación estacional de estos virus, representa un riesgo epidemiológico para la transmisión de dengue y urbanización de la fiebre amarilla.
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