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LA INFLUENCIA DEL SABER MÉDICO EN LOS PENSAMIENTOS DE JOHN LOCKE
(especial para SIIC © Derechos reservados)
Autor:
Miguel Hernán Vicco
Columnista Experto de SIIC

Institución:
Universidad Nacional del Litoral

Artículos publicados por Miguel Hernán Vicco 
Recepción del artículo: 2 de agosto, 2018
Aprobación: 3 de diciembre, 2018
Conclusión breve
Locke trasmite su escepticismo por el conocimiento, abandonando saberes "establecidos" previamente por otros pensadores y reescribe la modalidad que considera apropiada para la construcción del saber por parte del ser humano. Para esto emplea el método simple histórico de observación y registro de las experiencias, sin ir más lejos, el homólogo de la historia clínica médica que se construye a través de la semiótica.

Resumen

El empirismo ha sido una de las corrientes filosóficas más importantes que influyeron en la práctica médica. Esta teoría establece que la realidad se puede comprender a través de la observación y las experiencias. En este contexto, durante el siglo XVII, el filósofo británico John Locke propuso que el conocimiento surge de las "ideas" de las cosas que existen físicamente. Las mismas representan las diferentes cualidades de un objeto, y son aprendidas a través de los sentidos y reflexión de lo observado. Sin embargo, las "ideas" por sí mismas no son suficientes para construir el entendimiento, debido a que los objetos están condicionados por un contexto dinámico. En este sentido, el método observacional siempre debe de considerar al tiempo como variable. De esta manera, el empirismo rechaza el proceso deductivo que prevalecía en la ciencia antigua, incluso en la medicina, puesto que la certeza se manifiesta en los eventos atestiguados por los sentidos. Este método histórico, propuesto por Locke como la estructura principal para lograr la comprensión del conocimiento humano, es similar al enfoque médico teniendo en cuenta que los profesionales de saluda través de la observación y la semiología (doctrina de signos) interpretan a lapatología, sujeta a una historia natural. En resumen, el empirismo juega un papel importante en el campo de la ciencia de la salud, puesto que, en la práctica diaria, la experiencia continúa siendo el pilar del ejercicio profesional, en el desarrollo de la medicina basada en la evidencia y la construcción de conocimiento crítico.

Palabras clave
John Locke, empirismo médico, método histórico, método clínico, semiología

Clasificación en siicsalud
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Especialidades
Principal: Educación MédicaMedicina Interna
Relacionadas: Atención PrimariaMedicina Familiar

Enviar correspondencia a:
Miguel Hernán Vicco, 3000, Santa Fe, Argentina



Key words
John Locke, medical empiricism, historical method, clinical method, semiology


LA INFLUENCIA DEL SABER MÉDICO EN LOS PENSAMIENTOS DE JOHN LOCKE

(especial para SIIC © Derechos reservados)
Artículo completo
Introducción

John Locke, nacido en 1632 en Inglaterra, de familia dedicada al comercio, ingresó al Christ Church College en 1652 para realizar sus estudios en filosofía escolástica, obteniendo el grado de Bachelor of Arts en 1656, y Master of Arts en 1658. Como miembro del cuerpo docente de dicha institución se dedicó a la enseñanza de la filosofía y del estudio de la ley natural. Mostro interés en las obras de Descartes, así como también en las de Pierre Gassendi.1,2

Autor de diversas obras, se rescatan sus dos “Tratados sobre el gobierno”, “Pensamientos sobre la educación”, y el “Ensayo sobre el entendimiento humano”, es en esta última en la que expone el cómo se origina el conocimiento humano. Plasma su pensamiento empirista, crítica del racionalismo y el innatismo, adhiriendo sus postulados a la experiencia como la génesis del saber. La experiencia es el límite del conocimiento.1,3

Sin embargo, John Locke no sólo fue un filósofo, sino que también se educó en las ciencias médicas e incluso cuenta con diversos manuscritos sobre ella. La aproximación a la medicina por parte de John Locke comenzó durante sus estudios en la universidad de Oxford, obteniendo el título de Bachelor of Medicine en 1675, aunque nunca llegaría a conseguir el grado de Doctor en Medicina. Sin embargo, su acercamiento más importante a esta profesión se dio mediante su relación personal con el Dr. Thomas Sydenham. Su admiración por este último se plasma en su obra “Ensayo sobre el entendimiento humano”, en el que se refiere a él como uno de los “insignes arquitectos que, puestos sus grandes designios en el avance de las ciencias, dejarán monumentos perdurables para admiración de la posteridad”. Ahora bien, ¿cuánto ha influido la incursión en las ciencias médicas en los postulados de Locke?

El autor en cuestión escribió, entre 1666 y 1678, cinco ensayos filosóficos con una notable impronta de las ciencias médicas: Respirationis usus, Anatomie, Morbus, De arte medica, y Methodus medendi.1 Se puede apreciar en John Locke la influencia de la medicina en varios de sus postulados, como el “método simple histórico”, el uso de la observación y experiencia sensorial en el entendimiento de la naturaleza, y en su negación a investigar las causas últimas y los mecanismos intrínsecos de los hechos.

En este contexto, en el siguiente trabajo se pretende analizar la interrelación de las formaciones académicas de John Locke, remarcando el aporte de las ciencias médicas a sus ideas filosóficas.


John Locke y su aproximación a la medicina

Durante su estancia en la Universidad de Oxford, Locke se dedicó al estudió de la medicina. Entre sus muchas notas médicas de esa época se encuentran los textos de Morbus y Respirationis usus. Con posterioridad, concluido su ciclo en Oxford, se instala con Anthony Ashley Cooper, primer conde de Shaftesbury, y mediante quien conoce al médico y futuro colega Thomas Sydenham. En 1666, Sydenham publica su libro denominado Methodus curandi febres,4 en el cual asevera que los médicos no cuentan con el saber real de las etiologías de las enfermedades. Ante esto, sugiere que, en vez de formular teorías al respecto, el médico se debe dedicar a observar los síntomas del paciente y aplicar el tratamiento que demostrara mayor eficacia.

Esta obra literaria atrajo el interés de Locke hacia Sydenham a tal punto que para 1667 Locke había ayudado a Sydenham en la elaboración de la nueva edición del Methodus. Para ese entonces, Locke había identificado tres aspectos sobre los postulados de Sydenham: la oscuridad de la etiología, el rechazo de las disputas teóricas y el respaldo de los tratamientos adquiridos a través de la experiencia. El trabajo colaborativo entre ambos continuó con la escritura de varios manuscritos sobre observaciones médicas en los cuales Locke estuvo muy involucrado en varios de ellos. Sydenham influyó de manera importante en su perspectiva filosófica.4,5

La modalidad de entendimiento por parte de Locke juega un papel importante en el campo de las ciencias de la salud, puesto que en la práctica diaria la experiencia continúa siendo el pilar del ejercicio profesional y en el desarrollo de la medicina basada en la evidencia y construcción del saber crítico. La medicina basada en la evidencia fue definida por Sackett en 1996 como el uso consciente, explícito y juicioso de la mejor evidencia actual en la toma de decisiones sobre el cuidado de cada paciente.6 Según Tejedor-.7la incorporación de las experiencias realizadas y contadas, de la forma más detallada posible por los profesores iría conformando el Banco de Evidencias”. En tal sentido la formación profesional históricamente ha estado basada en la transmisión personal de las experiencias a través de la demostración de esos conocimientos por el experto a sus discípulos. Al estar sujeto el saber a la experiencia, y ésta ser individual, no corresponde la absolutización de la verdad reconociéndose que ésta debe ser puesta a prueba y, a partir de la experiencia, puede eventualmente ser modificada, corregida o abandonada. No se opone de ninguna manera a la razón, pero niega la pretensión de establecer verdades necesarias, es decir verdades que valgan de una manera tan absoluta que se haga innecesaria, absurda o contradictoria su verificación o su control.


La experimentación de la realidad. La adquisición de las ideas

John Locke es un representante del empirismo, corriente epistemológica que postula que las experiencias sensoriales son la única fuente del saber; por lo tanto, todo conocimiento se fundamenta en la experiencia y se adquiere a través de ella. El empirismo de Locke se centra en que no existen ideas innatas, afirmando que es preciso incorporar las creencias a través de la experiencia del mundo, y que cuando uno nace no tiene conceptos en la mente.

Uno de sus postulados fue el de negar la existencia de las ideas innatas considerando que la experiencia es la fuente de las mismas. Refiere que el entendimiento es resultado de las ideas que son adquiridas a través de las vivencias/experiencia. Es mediante el entendimiento que se adquieren y modifican las ideas; por lo tanto, estas son sus objetos, adquiridos por la experiencia “…no hay duda de que el género humano tiene en su mente varias ideas como las expresadas por las palabras blancura, dureza, dulzura, pensar, noción, hombre, elefante, […] lo primero que debemos averiguar es cómo llega a tenerlas”.8 Locke distingue entonces dos categorías de ideas, las simples y las complejas, las primeras son las que se adquieren luego de la experiencia, sea interna o externa, al sujeto. Desde el punto de vista del filósofo inglés, hasta las nociones más alejadas de la experiencia surgen de las ideas simples. La experiencia se entiende como el contacto de los sentidos con los objetos que rodean al sujeto que percibe. Tal experiencia externa conlleva pues a las ideas de las sensaciones (colores, olores, texturas, entre otras). Estas son, si no todas, por lo menos, las ideas simples más importantes que tiene la mente, y de ellas está fabricado el resto de sus conocimientos; y todo lo recibe tan solo por las dos vías de la sensación y de la re?exión que hemos mencionado anteriormente8.

Para Locke, entonces, el conjunto de ideas en nuestro entendimiento se encuentra sujeto a la interacción del ser para con los objetos que lo rodea. Sin embargo, también pueden resultar de la reflexión como lo son ideas de dolor, poder o existencia.

Respecto de las ideas complejas, refiere que estas son el resultado de las operaciones del entendimiento sobre las ideas simples. Es decir que se adquieren de manera activa:
Hasta aquí hemos considerado aquellas ideas para cuya recepción la mente es pasiva […]. Los actos de la mente por los cuales ejerce su poder sobre sus ideas simples son principalmente tres: primero, combinando en una idea compuesta varias ideas simples, es así como se hacen todas las ideas complejas. El segundo consiste en juntar dos ideas, ya sean simples o complejas para ponerlas una cerca de la otra, […] es así como la mente obtiene todas sus ideas de relaciones. El tercero consiste en una separación de todas las demás ideas que las acompañan en su existencia real; esta operación se llama abstracción, y es así como la mente hace todas sus ideas generales .8


La historia clínica de Locke

Las ideas por sí solas no construyen el entendimiento, para esto se hace necesario el desarrollo del método observacional que permita una real apreciación de las ideas. Locke refiere que puede dar alguna relación de las vías por las que nuestros entendimientos llegan a alcanzar esas nociones que tenemos de las cosas, y puedo establecer algunas medidas de la certeza de nuestro conocimiento.8 Este método que emplea Locke es un registro observacional descriptivo detallado de la naturaleza que conforma una “historia clínica”. A su vez, remarca la relevancia del empirismo al referirse al método como simple, sin ser factible la práctica especulativa mediante los datos recabados. La ciencia no puede dar lugar a la especulación.

El método histórico simple es el cimiento para la elaboración de su teoría del conocimiento. Por “histórico”, se refiere al registro de hechos de manera netamente observacional, descriptiva. En tiempos de Locke, el método “histórico” fue respetado por su utilidad en una amplia variedad de campos de la filosofía natural, incluida la medicina. Esta última fue la ciencia que determinó decisivamente el método histórico tal como lo practicaba John Locke. La medicina y la química médica fueron las ciencias “históricas” y “naturales” mejor conocidas por nuestro autor y más asiduamente practicadas por él. En su carta a Thomas Molneux refiere: “Observar con meticulosidad la historia de las enfermedades en todos sus cambios y circunstancias es un trabajo de tiempo, precisión, atención y juicio; y en donde si los hombres se equivocan, por vanidad o negligencia, pueden convencerse de su error por la naturaleza inequívoca y los hechos materiales, los cuales dejan poco espacio para las sutilezas y las disputas verbales que tanto se utilizan en lugar del conocimiento”.9

Posteriormente, en una carta dirigida a Edward Clarke, contextualiza el mismo método, pero orientado al entendimiento del conocimiento humano: Estando resuelto a examinar el entendimiento humano y las formas de nuestro conocimiento, no por la opinión de otros sino por lo que yo pudiera recolectar por mí mismo desde mis propias observaciones, he evitado expresamente la lectura de todos los libros que trataran del tema en alguna forma, para poder así no tener nada que me predispusiera de ninguna manera, y poder dejar a mi pensamiento libre para emprender sólo lo que la materia por sí misma sugiriera a mis meditaciones”.10

Como se puede apreciar de la lectura de ambos, el registro observacional, que en medicina permite descomplejizar los síntomas y signos del paciente para dilucidar la enfermedad que padece, también es el medio por el cual John Locke refiere que se puede investigar el entendimiento humano. Refiere que nuestro saber es construido desde la experiencia obtenida por los procesos de sensación, que es la principal fuente de las ideas, y el de reflexión. Las ideas del entendimiento de cada individuo dependen entonces de la variedad y calidad de los objetos percibidos por él mismo.


El arte de descifrar los signos, la semiología y el rechazo a la deducción

En la práctica médica, la observación de las manifestaciones de las entidades patológicas no sólo se realiza mediante una apreciación visual, sino al igual que las ideas simples, proviene del empleo de los sentidos en el abordaje de los signos y síntomas de la enfermad. Es decir, de la semiología. Este concepto también es parte del repertorio de Locke.

Tradicionalmente, desde un enfoque aristotélico, el saber se podía clasificar en tres grupos, siendo el teórico (el conocer las cosas por como son en sí mismas): el práctico o forma de poder cambiar la conducta propia o del otro: y el saber productivo, es decir el conocimiento de transformar las cosas. John Locke modifica esta perspectiva de la ciencia y conforma una nueva agrupación del saber que se divide de la siguiente manera.

Filosofía natural o física: es el conocimiento de las cosas como son en su propio ser, siendo su finalidad la de alcanzar el conocimiento de la verdad.

Ciencias prácticas: es el saber aplicar el conocimiento y el accionar adecuado para alcanzar las cosas útiles, y su finalidad es lograr la justicia y el comportamiento adecuado a ella por parte del ser humano.

En tercer lugar se encuentra la semiótica. Es el saber que tiene como fin la comunicación del conocimiento, por lo cual comprende al lenguaje, sea verbal o paraverbal. También se puede llamar semeiotkè o doctrina de los signos; y como los más usuales de los cuales son las palabras, también se le llama con bastante propiedad logikè, lógica; cuya materia es la consideración de la naturaleza de los signos de los que la mente hace uso para la comprensión de las cosas o para comunicar su conocimiento a otros.

La introducción por parte de Locke del término semiología, en vez de emplear el de lógica, revela aun más la influencia de las ciencias médicas en sus teorías. En el marco de su clasificación de las ciencias, la semiótica define que las ideas y palabras son los signos de las cosas, por lo tanto, todo conocimiento posible consiste en el saber de los signos. Al igual que el médico que conoce los signos y síntomas que sugieren patologías, como lo refiriera Sydenham, “la esencia de esta enfermedad no pretendo definirla con precisión; […]. La Naturaleza lleva a cabo la generación de todas las cosas; y aun cuando saca muchas cosas desde el abismo de la causa hasta la clara luz del efecto, deja veladas en la más profunda oscuridad sus esencias, sus diferencias constitutivas y sus naturalezas”.9

Como ser social el hombre tiene necesidad de los signos, tanto para entender las cosas, como también para transmitir el entendimiento de estas, es la integración de los signos lo que permite vislumbrar la vedad real, cuando esos signos han sido unidos según el acuerdo de nuestras ideas, y cuando esas ideas son tales que sabemos que son capaces de tener una existencia en la naturaleza.

El signo nos remite entonces al significado de las palabras o el gesto, permitiendo a través de la experiencia la construcción de la idea. Las ideas simples no son creaciones arbitrarias del ser humano, por el contrario, se adquieren con la experiencia de los objetos que despiertan en nosotros una percepción particular. En este sentido, lo verbal y paraverbal son signos de las ideas, las ideas son el significado, no siendo por lo tanto semejantes. Por lo tanto, el signo representa lo significado. De igual forma se desarrolla la asistencia médica y la construcción de la historia clínica. El médico observa y registra, pone en juego su experiencia, en la apreciación de cada signo que le representa la idea (enfermedad). Se plasma así la función de la semiología, qu es la de construir nombres.

Ahora bien, en la conjunción de la práctica semiológica y el desarrollo de la historia clínica, Sydenham rechaza el desarrollo de hipótesis especulativas puesto que considera que la mayoría de las hipótesis o principios médicos no eran ciertos, pudiendo conducir al error de la práctica.5,11 Locke toma esta postura de Sydenham, aplicándola a los principios científicos establecidos y, al menos, debemos tener cuidado de que el nombre de los principios no nos confunda, ni se nos imponga, haciéndonos recibir como verdad incuestionable lo que realmente no es sino una conjetura muy dudosa, tales como son la mayoría (estoy por decir que todas) de las hipótesis de la filosofía natural.”8 Locke expresa la negación de la construcción del saber sobre la base de principios generales preestablecidos. Incluso, posteriormente, en el Ensayo sobre el entendimiento humano, generaliza este precepto a la totalidad del conocimiento. Locke considera que las esencias son incognoscibles, por lo tanto, no surgen de la verdadera naturaleza de las cosas y adquieren el carácter de probabilísticas.

Locke rechaza entonces el proceso deductivo que primó en la ciencia antigua, incluso en la medicina galénica, en parte por la importante impronta de su formación médica. Si da lugar al concepto de la irrefutabilidad de la observación, encuentra la certeza entonces en aquellos hechos atestiguados por sus sentidos. La veracidad entonces se basa en el conocimiento sensible: “la experiencia aquí debe enseñarme lo que la razón no puede; ... para asegurarme, debo aplicarme a la experiencia; en la medida en que eso llegue, puedo tener cierto conocimiento, pero no más”.8

En resumen, Locke propuso tres instrumentos que interactúan entre sí para lograr el entendimiento del conocimiento humano, son la experiencia, la observación y la historia natural; en otras palabras, los tres ingredientes metodológicos aplicados por Sydenham en su práctica médica en la cual intervenía el propio Locke.


Conclusión

En las líneas de este texto he tratado de describir las influencias de los saberes médicos propios o aquellos aportados por Sydenham en las ideas de John Locke. A través de la medicina empírica de Sydenham, Locke trasmite su escepticismo por el conocimiento, abandonando conceptos anteriores y rescribiendo el cómo lograr entender la construcción del saber por parte del ser humano. Para esto emplea el método simple histórico de observación y registro de las experiencias, sin ir más lejos, el homólogo de la historia clínica médica que se construye a través de la semiótica, a través de los signos. La filosofía de Locke demuestra así entonces su interdependencia con otra ciencia, en este caso, la medicina.
Bibliografía del artículo
1. Caffentzis G. John Locke: The philosopher of primitive accumulation. Bristol Radical History Group. Pamphlet, 2008.
2. Anstey P, Burrows J. John Locke, Thomas Sydenham, and the authorship of two medical essays. eBLJ, 2009.
3. Barrionuevo ME. John Locke (1632-1704). Su vida, su obra y pensamiento. RIE 36(7):1-10, 2005.
4. Sydenham T. The works of Thomas Sydenham, M.D. 1848. Consultado en 2017. Disponible en: https://archive.org/details/worksofthomassyd02sydeiala.
5. Walmsley J. Sydenham and the development of Locke's natural philosophy. BSHP 16(1):65-83, 2005.
6. Sackett DL, Rosenberg WM, Gray JA, Haynes RB, Richardson WS. (1996). Evidence based medicine: what it is and what it isn't. Clin Orthop Relat Res 455:3-5, 2007.
7. Tejedor J. Innovación educativa basada en la evidencia (IEBE). I Congreso Internacional de Intercambio de Experiencias de Innovación Docente Universitaria. 2008. Consultado en 2017. Disponible en: https://grupos.unican.es/mide/iebe/documentacion/TEJEDOR.pdf.
8. Locke J. De las ideas en general y de su origen, id. Ensayo sobre el entendimiento humano. Trad. Edmundo O'Gorman. Prólogo José A. Robles y Carmen Silva. México: Fondo de Cultura Económica, 1999.
9. Locke J. Carta al Dr. Thomas Molyneux, 20-I-1693. Disponible en: http://www.oxfordscholarlyeditions.com/view/10.1093/oseo/person.00005634.
10. Locke J. Carta a Edward Clarke. 21-XII-1686. Disponible en: http://www.oxfordscholarlyeditions.com/view/10.1093/oseo/person.00005634.
11. Rodríguez Sánchez RA. La evolución de la concepción de enfermedad en John Locke: el galenismo y la iatroquímica. Thémata. Revista de Filosofía 40:97-115, 2008.

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