Resúmenes amplios

EFECTOS DE LOS ANTIINFLAMATORIOS NO ESTEROIDES EN PACIENTES CON COVID-19


Southampton, Reino Unido
La información en conjunto sugiere que las complicaciones más graves de la enfermedad por el nuevo coronavirus (COVID-19) son la sepsis y las complicaciones respiratorias. Estas aparecen, sobre todo, en pacientes de edad avanzada y con enfermedades intercurrentes. Por el momento, la posibilidad de mayor riesgo de estas alteraciones, en el contexto del tratamiento con antiinflamatorios no esteroides, no se conoce con precisión, pero no puede ser descartada.

BMJ 3681-2

Autores:
Little P

Institución/es participante/s en la investigación:
University of Southampton

Título original:
Non-steroidal Anti-Inflammatory Drugs and COVID-19

Título en castellano:
Antiinflamatorios no Esteroides y COVID-19

Extensión del  Resumen-SIIC en castellano:
2.02 páginas impresas en papel A4

Indicios de daño

En estudios de observación, la utilización prolongada de antiinflamatorios no esteroides (AINE), como ibuprofeno, naproxeno y diclofenac, se asoció con índices más altos de eventos cardiovasculares, entre ellos infarto agudo de miocardio (IAM), insuficiencia cardíaca y accidente cerebrovascular (ACV); sin embargo, los resultados deberían interpretarse con precaución por eventuales factores residuales de confusión.

Las infecciones agudas del tracto respiratorio también se asocian con riesgo aumentado de ACV e IAM, y se ha sugerido que el uso a corto plazo de antiinflamatorios no esteroides (AINE) durante estas enfermedades podría incrementar aún más el riesgo. Los AINE son nefrotóxicos y la insuficiencia renal es una de las complicaciones que se observan en pacientes con enfermedad grave por el nuevo coronavirus 2019 (COVID-19); el riesgo es exacerbado por la fiebre y la deshidratación.

En una revisión reciente de estudios de casos y controles, el uso de AINE en pacientes con infecciones del tracto respiratorio se asoció con índices más altos de complicaciones, entre ellas neumonía, derrame pleural, enfermedad prolongada, abscesos periamigdalinos, infección de otros órganos y supuración. Los AINE también se vincularon con retraso para la prescripción de tratamiento antibacteriano apropiado, en pacientes que requirieron internación. En opinión de los autores del estudio, estos efectos podrían ser atribuibles a la inhibición de las ciclooxigenasas por los AINE; el resultado final es menor reclutamiento de polimorfonucleares e inhibición de lipoxinas y resolvinas que contribuyen en la resolución de la inflamación. Sin embargo, los resultados de los estudios de casos y controles son difíciles de interpretar por el sesgo por indicación: los AINE son prescriptos para el tratamiento precoz de los síntomas de las complicaciones y, por ende, no se relacionarían de manera causal con ellas. No obstante, las asociaciones también se describieron en estudios en los cuales se tuvo en cuenta este posible factor de confusión, y en un trabajo a gran escala de casos y controles, la vinculación entre el uso de AINE y las complicaciones respiratorias ocurrió de manera independiente del período de exposición a estos fármacos (prolongada o solo durante la enfermedad aguda). Por lo tanto, la información en conjunto sugiere que la relación no sería simplemente el resultado de la mayor prescripción, en el contexto de enfermedad aguda.

En un estudio aleatorizado en el entorno de atención primaria, realizado con 889 pacientes con infecciones del tracto respiratorio, los enfermos fueron asignados al uso de paracetamol, ibuprofeno o ambos. Los índices de nuevas consultas por ineficacia o por aparición de síntomas nuevos o complicaciones fueron del 12% en los enfermos tratados con paracetamol, y del 20% en los asignados a ibuprofeno, con odds ratio ajustado de 1.67 (intervalo de confianza del 95% [IC 95%]: 1.12 a 2.38). Las complicaciones referidas por los pacientes tratados con ibuprofeno fueron anginas, sinusitis, meningitis, neumonía, otitis media y progresión o falta de remisión de la otitis media.

En otro estudio aleatorizado con 3044 enfermos de atención primaria, la mitad de ellos con acceso a un sitio en línea para el tratamiento de infecciones respiratorias, con la recomendación de utilizar AINE, los análisis de variables múltiples sugirieron que los sujetos que tuvieron infecciones del tracto respiratorio y acceso al sitio en línea tuvieron enfermedad más prolongada, respecto de los controles sin esta posibilidad (más días con enfermedad considerada importante; diferencia de 0.52 días; IC 95%: 0.06 a 0.97; p = 0.026), incluso luego de considerar el posible sesgo o confusión por indicación. Los resultados avalan los datos obtenidos en los estudios de observación que sugirieron que los AINE podrían asociarse con enfermedad más prolongada o con riesgo aumentado de complicaciones.

 

Datos para COVID-19

El gran interrogante tiene que ver con la aplicabilidad de los datos mencionados en la epidemia actual de COVID-19. Por el momento, la información en conjunto no es suficientemente fuerte para desaconsejar el uso de AINE. De hecho, en los estudios referidos se analizaron esquemas más regulares de tratamiento con AINE durante las infecciones respiratorias, de modo que se conocen muy poco los efectos del tratamiento intermitente; además, es probable que la administración intermitente u ocasional sea beneficiosa en pacientes con COVID-19, ya que aliviaría los síntomas nocturnos y contribuiría a mejorar el sueño, cuando el paracetamol no es eficaz. Este efecto es relevante, si se tiene en cuenta la importancia del sueño sobre las defensas inmunológicas. Además, en pacientes con COVID-19, los AINE pueden ser necesarios para mejorar el dolor musculoesquelético. Los enfermos que utilizan dosis bajas de aspirina para la prevención secundaria de enfermedad cardiovascular no deben interrumpir la terapia; la aspirina se asocia con efectos antiinflamatorios solo cuando se la emplea en dosis mucho más altas (1 a 4 g por día).

En conclusión, destaca el doctor Paul Little (University of Southampton, Reino Unido), si bien existe información que avala una vinculación entre el uso de AINE y los efectos adversos respiratorios y cardiovasculares en diversos entornos, hasta ahora no se dispone de datos suficientes para establecer conclusiones firmes en pacientes con COVID-19. En este punto, y hasta tanto se disponga de más información, el abordaje cauteloso que consiste en no sugerir el uso regular de AINE como tratamiento de primera línea para el alivio de los síntomas en pacientes con COVID-19, parece razonable.



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