Resúmenes amplios

LA MEMORIA MUSICAL EN LA ENFERMEDAD DE ALZHEIMER


Londres, Reino Unido
Un artículo publicado en la revista Brain, nos informa acerca de los motivos y mecanismos por los cuales la memoria musical se encuentra preservada en los pacientes con Enfermedad de Alzheimer.

Brain 138(Pt8):2122-2125

Autores:
Clark CN, Warren JD

Institución/es participante/s en la investigación:
University College London

Título original:
Music, Memory and Mechanisms in Alzheimer's Disease

Título en castellano:
Música, Memoria y Mecanismos en la Enfermedad de Alzheimer

Extensión del  Resumen-SIIC en castellano:
2.17 páginas impresas en papel A4

Los efectos benéficos de la música sobre las capacidades cognitivas en pacientes con enfermedad de Alzheimer (EA) pueden en la actualidad ubicarse en un marco científico gracias a las herramientas que proveen las neuroimágenes y las neurociencias. Un estudio realizado por Jacobsen y col. brinda nuevas perspectivas acerca de los motivos por los cuales la memoria musical puede sobrevivir a la devastación de recuerdos provocados por la demencia. Para comenzar, lo primero que se propusieron los autores de dicho estudio, fue identificar aquellas áreas cerebrales que se activaban durante sesiones musicales en adultos jóvenes sanos, mediante la realización de resonancia magnética nuclear (RMN) de alto campo y el análisis de patrones de activación regional. Estos mismos patrones fueron después comparados con los de un grupo de pacientes con EA frente a un grupo de adultos mayores sin enfermedad, teniendo en cuenta las regiones de interés mediante un abordaje que incluyó la realización de RMN clásica, tomografía por emisión de positrones (PET) con fluorodesoxiglucosa y PET con florbetapir. En los adultos jóvenes se observó que ciertas áreas de la corteza cerebral, como la corteza cingulada anterior y el área motora presuplementaria, se asocian con la memoria musical. Estas regiones no se ven del todo afectadas en la EA en comparación con otras áreas de la corteza.

Existen múltiples sistemas de memoria que median los registros de la autobiografía personal, el reconocimiento del mundo que nos rodea y las habilidades motoras adquiridas. Desde un punto de vista neuropsicológico, estos sistemas constituyen la memoria a largo plazo. Algunos trabajos previos han sugerido que, en lo que respecta a la memoria musical, los sistemas son, anatómica y cognitivamente, disociables en el cerebro sano. En el estudio publicado por Jacobsen y su equipo de investigadores en la revista Brain, la condición de “canciones muy conocidas” o “canciones recientemente conocidas”, se corresponden con la memoria semántica y episódica, respectivamente. La familiaridad con las melodías no llega a explicar del todo la compleja estructura detrás de los recuerdos musicales, ya que la memoria auditiva está cargada de resonancias emocionales. Nuestras canciones y melodías favoritas despiertan emociones sustitutivas, que activan áreas motoras autonómicas, emocionales y de recompensa complejas. El rasgo afectivo y la preparación motora para la acción se ven reflejadas en la activación de áreas premotoras y de la corteza cingulada anterior.

Si bien la memoria musical es un tipo de memoria que no se explica por los mismos mecanismos que la no musical, es sabido que en la EA los distintos sistemas presentan distintos grados de vulnerabilidad. La memoria afectada más precozmente durante la enfermedad es la episódica, con alteración variable de la memoria semántica y preservación relativa de la procedimental. Aunque la preservación de la memoria musical en estos pacientes pueda parecer paradójica, va a depender del tipo de sistema involucrado; esta incógnita aún no está del todo resuelta. El estudio de Jacobsen incluyó una población muy pequeña y el grado de preservación de la memoria musical en esta población fue variable. De hecho, la realización de un análisis detallado del conocimiento semántico musical puede mostrar la aparición de ciertos déficits en la EA. Por otro lado, otros tipos de demencias pueden resultar más ilustrativas respecto del fraccionamiento sufrido en la cognición musical. En la degeneración lobar frontotemporal, la desintegración selectiva de ciertos sistemas neuroanatómicos y cognitivos permite deducir la participación de estructuras temporales en la memoria musical semántica, que en algunos casos puede estar de manera sorprendente, preservada a pesar de existir un deterioro semántico generalizado. Jacobsen y col. tuvieron en cuenta las relaciones entre estructura y función en el cerebro sano para poder inferir los efectos de la enfermedad sobre los distintos circuitos. Una lógica similar llevó al reconocimiento de que las proteínas patógenas pueden dispersarse interneuronalmente, lo que ha provocado cambios en el conocimiento de las enfermedades degenerativas hasta el momento. 

La realización de neuroimágenes funcionales en pacientes con EA y otras demencias, utilizando estímulos musicales u otros estímulos auditivos complejos, es posible. Algunos neurólogos clínicos suelen mostrarse escépticos respecto de la utilidad de estos estudios; sin embargo, la RMN funcional presenta tres ventajas fundamentales por sobre la RMN puramente estructural: permite detectar alteraciones funcionales antes de la aparición de daño cerebral irreversible, evaluar conexiones entre distintas regiones cerebrales y detectar sobreactividad cerebral aberrante o compensatoria. Estas ventajas hacen que sea útil en el estudio de los mecanismos mediante los cuales las conexiones cerebrales se ven afectadas en las demencias y también para probar nuevas hipótesis fisiopatológicas. No obstante, es cierto que su utilización puede ser todo un desafío en pacientes con alteraciones cognitivas graves, que pueden requerir protocolos que incluyan sesiones de evaluación más breves y la realización de tareas de menor complejidad.

Los autores del comentario señalan que la demencia es mucho más que pérdida de la memoria. Tanto la EA como otras enfermedades neurodegenerativas suelen tener consecuencias conductuales complejas que impactan en la funcionalidad tanto emocional como social de quienes las padecen y que exceden la capacidad de las pruebas psicométricas. Es necesaria la confección de modelos fisiopatológicos que permitan comprender y anticiparse a los efectos de la enfermedad. En este aspecto, la música puede resultar útil, ya que representa una construcción psicológica con una presencia cotidiana y universal. Es un fenómeno neurobiológico multidimensional que involucra desde la decodificación de señales sensoriales abstractas hasta respuestas fisiológicas que cambian de un momento a otro con resultados muchas veces sorprendentes (escalofríos, lágrimas, movimientos físicos de respuesta). Los mecanismos cerebrales involucrados en el procesamiento de la información musical podrían, eventualmente, ayudar a comprender la arquitectura neuronal que es la base de ciertas proteinopatías.

El avance de la enfermedad a niveles pandémicos y lo imprecisos que resultan los tratamientos, han renovado la necesidad de realizar más estudios. El artículo de Jacobsen nos advierte que los mecanismos involucrados en la fisiopatología de la enfermedad deben ser reevaluados a la luz de nuevas hipótesis de trabajo y haciendo uso de las nuevas tecnologías disponibles. Los enigmas de la EA sólo podrán ser resueltos una vez que tengamos una mayor comprensión de sus efectos más sutiles y menos tratables, que son los que en muchos casos más importan a los propios pacientes. La música puede ser un medio que nos ayude a cumplir con ese objetivo.



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