Programa Actualización Científica sin Exclusiones (ACisE)

Informes comentados

dispuestos por fecha de ingreso a SIIC

Informe
Autor del informe original
R Jiang
Institución: Tongji University School of Medicine,
Shangai China

Entrenamiento Físico y Rehabilitación en la Hipertensión Pulmonar Crónica Tromboembólica
Los resultados de la presente revisión sistemática con metanálisis de 6 estudios con pacientes con hipertensión pulmonar crónica tromboembólica indican que el entrenamiento físico se asocia con mejoras de la tolerancia para el ejercicio, la presión media en arteria pulmonar, y la calidad de vida. Sin embargo, se requieren más estudios a gran escala para confirmar estos beneficios.

Publicación en siicsalud
https://www.siicsalud.com/des/resiiccompleto.php/168494

Comentario
Autor del informe
Diego Costa 
Cardiólogo, Hospital de Clinicas José de San Martín, Ciudad de Buenos Aires, Argentina


La hipertensión pulmonar es una condición infrecuente, con una prevalencia de 15 casos por millón. No obstante, su impacto en la sociedad y sistema de salud es considerable, debido a su mal pronóstico con una expectativa de vida promedio de alrededor de 3 años, y a los costos elevados de su tratamiento. Asimismo, la calidad de vida de los pacientes que la presentan se ve significativamente deteriorada.
En muchas patologías cardiovasculares y respiratorias, la rehabilitación y el ejercicio son una piedra angular del tratamiento. En la insuficiencia cardíaca, la enfermedad coronaria y la enfermedad pulmonar ha demostrado mejorar múltiples parámetros clínicos, la capacidad de ejercicio y la calidad de vida. Sin embargo, la hipertensión pulmonar tradicionalmente se consideró una contraindicación para el ejercicio debido
a creerse que existe un riesgo elevado de muerte súbita y exacerbación de la enfermedad. Recientemente, se han llevado a cabo estudios para evaluar el impacto del ejercicio en la hipertensión pulmonar; Xiaomei Zeng y col. han reunido la evidencia existente al respecto en trabajo de excelente calidad metodológica titulado: Effectiveness and safety of exercise training and rehabilitation in pulmonary hypertension: a systematic review and meta-analysis. En este metanálisis, los autores reunieron los datos de 651 pacientes que participaron de 17 estudios, tanto observacionales como de intervención aleatorizados, en los cuales se evaluó la efectividad y la seguridad del ejercicio y la rehabilitación en pacientes con hipertensión pulmonar. Los tipos de ejercicios en los estudios variaron desde actividades aeróbicas de baja carga, ejercicios respiratorios y ejercicios de resistencia. El programa de ejercicio más utilizado fue el descrito por Mereles y col. En la mayoría de los casos el programa de rehabilitación fue iniciado dentro del ámbito hospitalario, y continuado luego de manera ambulatoria o en el domicilio. En cuanto a la presencia de sesgos, se consideró en general baja, destacándose sobre todo la presencia de sesgo de rendimiento, debido a no poder cegar la intervención a los pacientes y al personal de salud. Según los resultados generales, y ejercicio en los pacientes con hipertensión pulmonar fue claramente beneficioso. Se logró una mejoría promedio de la distancia recorrida caminada en 6 minutos de 64.75 metros. Esto es similar o más de lo que se ha logrado con tratamientos tales como el ambrisentán (39 metros a las 48 semanas en el estudio ARIES 2) o el treprostinil (23 metros a las 12 semanas). También se observó una notable mejoría del consumo de oxígeno pico, de 1.37 mL/min/kg. Además, se pudo verificar una mejoría significativa de la calidad de vida de los pacientes. Es notable, por otro lado, que el ejercicio logró su efecto por sobre el tratamiento médico completo, que había sido ya instaurado en la mayoría de los casos. Lo más destacable es lo seguro que fueron los programas de entrenamiento, con una incidencia de eventos adversos totales de 3.46%, de los cuales ninguno fue grave, como progresión de los síntomas, falla cardíaca o muerte. Esto demuestra que la hipertensión pulmonar ciertamente no es una contraindicación para el ejercicio supervisado.
Puede concluirse que los programas de rehabilitación y ejercicio muy probablemente tengan un efecto beneficioso agregado al de la medicación para hipertensión pulmonar, con una magnitud de efecto comparable o mayor, y que son muy seguros. Sin embargo, es necesario recalcar que a pesar de la existencia de varios estudios de pequeño tamaño positivos y con resultados coherentes, resaltados en este metanálisis, no existen estudios multicéntricos aleatorizados de gran tamaño que puedan dar mayor certeza sobre los efectos de esta intervención.

Palabras Clave
eficacia, seguridad, entrenamiento físico, rehabilitación, hipertensión pulmonar crónica tromboembólica
Especialidades
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Informe
Autor del informe original
J Hippisley-Cox
Institución: University of Oxford,
Oxford Reino Unido

Complicaciones Cardíacas Asociadas con la Vacuna contra la COVID-19
Se ha informado mayor riesgo de miocarditis asociado con la primera dosis de las vacunas ChAdOx1 y BNT162b2 ,y con la primera y segunda dosis de la vacuna ARNm-1273 durante el período de 1 a 28 días después de la vacunación.

Publicación en siicsalud
https://www.siicsalud.com/des/resiiccompleto.php/169272

Comentario
Autor del informe
María Luz Gunturiz Albarracín 
Instituto Nacional de Salud, Bogotá, Colombia


Introducción

En la actualidad existe mucha controversia sobre la eficacia de las vacunas contra COVID-19 y de las complicaciones y los potenciales efectos adversos que estas ocasionan. Dentro de las reacciones comunes posibles han sido descritos el dolor en el lugar de la inyección, cansancio, dolor de cabeza, dolor muscular, escalofríos, dolor en las articulaciones y fiebre.
Por su parte, dentro de las complicaciones postvacunación más preocupantes y más registradas a nivel mundial se encuentran aquellas relacionadas a lo cardiovascular, accidente cerebrovascular hemorrágico, accidente cerebrovascular isquémico o embolia pulmonar, entre otros. A nivel cardíaco se han realizado varios estudios en diferentes países enfocados en la ocurrencia de infarto agudo del miocardio, pericarditis, arritmias cardiacas asociados a la vacunación contra COVID-19. Debido a esto, los CDC
están monitoreando rutinariamente los informes de casos de miocarditis y pericarditis después de la vacunación contra el COVID-19. Dicho monitoreo incluye entre otros, la revisión de datos y registros médicos y la evaluación de la relación con la vacunación contra el COVID-19.1 Es de mencionar que desde los inicios de la pandemia se registraron síntomas asociados con el virus SARS-CoV-2 que incluyen entre muchos otros, la afectación al miocardio y miocarditis. En casos mortales esporádicos las autopsias han mostrado infiltración del miocardio por células inflamatorias mononucleares. De igual forma, en muchos pacientes hospitalizados por COVID-19 se reportó daño cardiaco definido por elevación de la troponina ultrasensible, cifras más altas de leucocitos, proteína C reactiva y procalcitonina, distrés respiratorio, entre otros. En una gran serie de 44 672 pacientes con COVID-19 de China un 4,2% de los pacientes tenían antecedentes de enfermedad cardiovascular de base. En estos pacientes se agrupó un 22,7% de todos los casos fatales. La mortalidad en pacientes con hipertensión fue el 6%, en pacientes con diabetes el 7,3% y en pacientes con enfermedad respiratoria crónica el 6,3%. En series más pequeñas se ha comprobado que entre pacientes ingresados con COVID-19 el porcentaje de pacientes con antecedentes cardiovasculares llega hasta el 40%, incluyendo enfermedad cardiovascular (15%), hipertensión (15%) y diabetes (20%). 2, 3 En el artículo comentado, Patone y col4, mencionan que en el Reino Unido, la vacunación contra el SARS-CoV-2 en adultos se asoció con un pequeño aumento en el riesgo de miocarditis dentro de una semana de recibir la primera dosis de las vacunas de adenovirus y ARNm, y después de la segunda dosis de ambas vacunas de ARNm. Por el contrario, como se mencionó anteriormente, la infección por SARS-CoV-2 se asoció con un aumento sustancial del riesgo de hospitalización o muerte por miocarditis, pericarditis y arritmia cardíaca.4
Para Francia, Jabagi y col.5 quienes realizaron su estudio en personas mayores de 75 años, reportaron que entre los sujetos que recibieron al menos una dosis, el 7.8% tuvo una prueba de SARS-CoV-2 positiva y que durante el período de estudio se presentaron 1.615 y 1.574 ingresos o muertes relacionadas con miocarditis y pericarditis, respectivamente y 385. 508 relacionadas con arritmias cardíacas. Las características de los individuos con miocarditis, pericarditis y arritmias cardíacas desde el día uno a 28 días posteriores a la vacunación difirieron según la afección y según la vacuna administrada. En este mismo estudio se estimaron dos, uno y seis eventos de miocarditis por cada millón de personas vacunadas con ChAdOx1 (vacuna de vector adenoviral desarrollada por el Instituto Jenner de la Universidad de Oxford), BNT162b2 (Pfizer-BioNTech) y ARNm-1273 (Moderna), respectivamente, en los 28 días posteriores a la primera dosis y diez eventos de miocarditis adicionales por cada millón de vacunados en los 28 días posteriores a la segunda dosis de ARNm-1273. Esto se compara con 40 eventos adicionales de miocarditis por cada millón de pacientes en los 28 días posteriores a una prueba positiva de SARS-CoV-2. Además, se observó un mayor riesgo de pericarditis y arritmias cardíacas después de una prueba de SARS-CoV-2 positiva. No se observaron asociaciones similares con ninguna de las vacunas COVID-19, aparte de un mayor riesgo de arritmia después de una segunda dosis de ARNm-1273. Los análisis de subgrupos por edad demostraron que el mayor riesgo de miocarditis asociado con las dos vacunas de ARNm estaba presente solo en los sujetos menores de 40 años. Es de anotar que todos estos datos se obtuvieron con un intervalo de confianza del 95%.5 Por su parte, en estudios israelíes y estadounidenses se informó que las personas que recibieron la vacuna BNT162b2 no tenían un mayor riesgo de infarto de miocardio, embolia pulmonar o eventos cerebro vasculares a los 21 y 42 días posteriores a la vacunación. Sin embargo, al eliminar el efecto de los factores de confusión invariantes en el tiempo, este estudio proporciona más evidencia sobre el riesgo de eventos adversos cardiovasculares graves en las personas mayores.6, 7
En este contexto, e independientemente de los efectos adversos reportados para cada tipo de vacuna, las personas con enfermedades cardíacas, ataques cerebrales, con factores de riesgo de enfermedades cardíacas y patologías cerebrales y otras comorbilidades, tienen riesgos mucho mayores por el virus que por la vacuna, asi que la recomendación es que estas personas deben vacunarse a pesar de las potenciales molestias o complicaciones descritas. Referencias bibliográficas: 1. CDC. Casos de miocarditis y pericarditis posteriores a la administración de una vacuna de ARNm contra el COVID-19. Disponible en:https://espanol.cdc.gov/coronavirus/2019-ncov/vaccines/safety/myocarditis.html. Acceso: enero de 2022. 2. Gómez de Diego JJ. Coronavirus: posibles efectos en el sistema cardiovascular. Disponible en: https://secardiologia.es/blog/11499-coronavirus-posibles-efectos-en-el-sistema-cardiovascular. Acceso: enero de 2022. 3. Madjid M, Safavi-Naeini P, Solomon SD, Vardeny O. PotentialEffects of Coronavirusesonthe Cardiovascular System: A Review. JAMA Cardiol. 2020 Mar 27. doi: 10.1001/jamacardio.2020.1286.
4. Patone M, Mei XW, Handunnetthi L, et al. Risks of myocarditis, pericarditis, and cardiacarrhythmiasassociatedwith COVID-19 vaccinationor SARS-CoV-2 infection. NatMed (2021). https://doi.org/10.1038/s41591-021-01630-0 5. Jabagi MJ, Botton J, Bertrand,Weill A, Farrington P, Zureik M, Dray-Spira R.MyocardialInfarction, Stroke, and PulmonaryEmbolismAfter BNT162b2 mRNA COVID-19 Vaccine in PeopleAged 75 YearsorOlderJAMA. 2022;327(1):80-82. doi:10.1001/jama.2021.21699.
6. Barda N?, Dagan N?, Ben-Shlomo Y?, et al. Safety of the BNT162b2 mRNA Covid-19 vaccine in a nationwidesetting. ? N Engl J Med. 2021;385(12):1078-1090. doi:10.1056/NEJMoa2110475 7. Klein NP?, Lewis N?, Goddard K?, et al. Surveillancefor adverse eventsafter COVID-19 mRNAvaccination.JAMA. 2021;326(14):1390-1399. doi:10.1001/jama.2021.15072

Especialidades
C.gif   I.gif        AP.gif   Ep.gif   MI.gif   N.gif   SP.gif   
Informe
Autor del informe original
JL Francos
Institución: Hospital de Enfermedades Infecciosas Francisco J Muñiz,
Buenos Aires Argentina

Unidad Febril de Urgencias del Hospital Muñiz frente a COVID-19, VIH y Tuberculosis
Los sistemas salud de todo el mundo debieron adaptarse para hacer frente a la demanda de consultas generadas por la pandemia enfermedad por coronavirus 2019. Se dispone de poca información acerca de la atención médica de los pacientes con VIH y tuberculosis (TBC) y de las coinfecciones HIV/COVID-19 y TBC/COVID-19 en Argentina. Se describen los patrones de atención e internación durante la pandemia, según las semanas epidemiológicas.

Publicación en siicsalud
https://www.siicsalud.com/des/resiiccompleto.php/167046

Comentario
Autor del informe
María Jimena Aranda(1) Héctor Pérez(2)  

(1) Médica infectóloga y epidemióloga, Hospital General de Agudos Juan A Fernández, Buenos Aires, Argentina
(2) Ex Jefe de División Infectología, Hospital General de Agudos Juan A Fernández, Buenos Aires, Argentina


Desde abril de 2020 el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, para aumentar la cobertura de la demanda de casos sospechosos de COVID-19, instaló 19 Unidades Febriles de Urgencia (UFUs) en espacios anexos a los hospitales públicos de alta complejidad.1 Una fue anexada al Hospital de Infecciosas “Francisco Javier Muñiz”, uno de los centros de referencia de TB y VIH más importantes del Área Metropolitana de Buenos Aires considerándose un nuevo punto de acceso a los servicios de salud, ya que no solo permitiría captar personas sintomáticas respiratorias por COVID-19 sino también por otras patologías como la tuberculosis (TB). En el trabajo publicado los autores analizaron 12.571 consultas por COVID-19 atendidas en la UFU-Muñiz, entre las semanas epidemiológicas 28 y 42,
observando que menos de la mitad correspondían a personas domiciliadas en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA). Este fenómeno ha sido descripto, fuera de la pandemia, como un patrón característico de las prestaciones en salud de los hospitales de alta complejidad de la CABA.2;3 A su vez, aproximadamente la mitad de las personas atendidas tenían algún tipo de cobertura por obra social o prepaga, hecho que sería interesante indagar su curva en el tiempo y, a su vez, evaluar si tuvo algún tipo de repercusión desfavorable en las consultas de personas con cobertura pública exclusiva.
En el artículo se destacó que, del total de consultas, 2499 (26,3%) fueron casos confirmados de COVID-19. De estos últimos, 39 tuvieron coinfección con VIH (1,56%) y 31 (1,24%) coinfección con TB de los cuales, alrededor del 25% de los pacientes que presentaba algunas de estas coinfecciones requirieron internación por gravedad del cuadro. Existe numerosa bibliografía que evidencia que tanto la TB como el VIH son factores de riesgo de enfermar grave o morir por COVID-19.4-9 Un reporte de la OMS de julio de 2021 de datos clínicos de 37 países sugirió que las personas que viven con VIH tenían un mayor riesgo de enfermedad grave o crítica en el momento del ingreso hospitalario (ORa 1,06; IC95%: 1,02-1,11) y mayor riesgo de muerte (RRa 1,29; IC95%: 1,23-1,35) en comparación con personas VIH negativas. El análisis se ajustó por edad, sexo y la presencia de enfermedades crónicas subyacentes.10 En relación con los diversos factores que incrementan la morbi-mortalidad por COVID-19, cabe mencionar el término “sindemia”. Este interesante concepto da otro enfoque a la medicina contemplando no solo lo biomédico sino su integración con los aspectos socioeconómico, cultural y psicológico, enfatizando que su interrelación y sinergia conllevan a una gravedad superior que la sumatoria de los mismos.11-14 Un ejemplo local puede advertirse en un trabajo publicado recientemente donde se observó que la distribución de la TB dentro de una zona sanitaria de la CABA fue mayoritaria en sus barrios populares, entendidos como aquellos comúnmente denominados villas, asentamientos y urbanizaciones informales que presentan diferentes grados de precariedad y hacinamiento, un déficit en el acceso formal a los servicios básicos.15
Los autores concluyeron que, en el contexto de la pandemia, la UFU-Muñiz debió adaptarse a la demanda creciente en los sucesivos meses. Que, a pesar de ser un centro de referencia de VIH y TB, las coinfecciones representaron un porcentaje muy pequeño de las consultas, pero el requerimiento de internación para estos pacientes fue alto. En nuestra opinión, la pandemia por COVID-19 puso en evidencia un sistema de salud fragmentado, la respuesta por el gobierno nacional y de la CABA ante esta nueva problemática pudo haber beneficiado la pesquisa y registro de enfermedades infecciosas que son de gran relevancia en nuestro país pero el hecho que hay sido en baja cuantía es esperable en una propuesta abocada a la búsqueda y notificación de COVID-19. Por otro lado, el enfoque de los recursos a la pandemia, posiblemente haya acentuado la brecha entre las desigualdades sociales ya existentes, hecho que podría relacionarse a un importante incremento de la morbi-mortalidad de enfermedades prevenibles en el mediano y largo plazo(16-20). Tanto el VIH como la TB se asocian a mayor riesgo de enfermar gravemente por COVID-19, pero se necesitarían más estudios para conocer si está vinculada la enfermedad per se o podría vincularse a las características sociodemográficas de las personas que las padecen.
Copyright © SIIC, 2021 BIBLIOGRAFÍA: 1- Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Como funcionan las 19 Unidades Febriles de Urgencia. Mayo 2020. Disponible en https://www.buenosaires.gob.ar/laciudad/noticias/la-ciudad-instala-19-unidades-febriles-para-atencion-exclusiva-de-coronavirus 2- Pertino, I. y Rossen, M. Los caminos de la salud en el Área Metropolitana de Buenos Aires: Políticas Públicas y Derechos: Volumen 8 / 1a ed. [Internet] - Buenos Aires: Defensoría del Pueblo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 2008. Disponible en: https://buenosaires.gob.ar/areas/salud/dircap/mat/matbiblio/pertino.pdf 3- Rossen, M. “El uso de los hospitales públicos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires: un análisis desde la perspectiva metropolitana” En: Salud en las metrópolis. Desafío en el conurbano bonaerense. Universidad Nacional de General Sarmiento. Buenos Aires: Prometeo año 2011) 4-Tamuzi, J. L., Ayele, B. T., Shumba, C. S., Adetokunboh, O. O., Uwimana-Nicol, J., Haile, Z. T., … Nyasulu, P. S. (2020). Implications of COVID-19 in high burden countries for HIV/TB: A systematic review of evidence. BMC Infectious Diseases, 20(1). doi:10.1186/s12879-020-05450-4  5- Tadolini M, Codecasa LR, García-García JM, et al. Active tuberculosis, sequelae and COVID-19 co-infection: first cohort of 49 cases. Eur Respir J 2020; 56: 2001298.
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16- Bozovich GE. Daño colateral de la pandemia por covid-19 en centros privados de salud de argentina MEDICINA (Buenos Aires) 2020; Vol. 80 (Supl. III): 37-41 ISSN 1669-9106 https://www.medicinabuenosaires.com/indices-de-2020/volumen-80-ano-2020-s-3-indice/dano_colateral/ 17- Dirección de Sida, Enfermedades de Transmisión Sexual, Hepatitis y TBC. Ministerio de Salud de la Nación. Boletín sobre Tuberculosis en la Argentina N° 4. Año I[Internet]. Marzo 2021. Disponible en: https://bancos.salud.gob.ar/recurso/boletin-sobre-tuberculosis-en-argentina-no-4 18- World Health Organization. GLOBAL TUBERCULOSIS REPORT 2020. Año 2020. ISBN 978-92-4-001313-1. Disponible en: https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/336069/9789240013131-eng.pdf 19- The Global Fund to Fight AIDS, Tuberculosis and Malaria THE IMPACT OF COVID-19 ON HIV, TB AND MALARIA SERVICES AND SYSTEMS FOR HEALTH: A SNAPSHOT FROM 502 HEALTH FACILITIES ACROSS AFRICA AND ASIA, april 2021 20- Stop TB partnership. The impact of COVID-19 on the TB epidemic: A community perspective. Results of a global civil society and TB affected community led survey. http://www.stoptb.org/assets/documents/resources/publications/acsm/Civil%20Society%20Report%20on%20TB%20and%20COVID.pdf

Palabras Clave
COVID-19, VIH, tuberculosis, pandemic, febrile emergency units
Especialidades
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Informe
Autor del informe original
Alicia Eva López-Martínez
Columnista Experto de SIIC
Institución: Universidad de Málaga (España). Dpto. Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico.
Málaga España

El malestar emocional como síntoma de estrés postraumático
En apoyo a la información empírica precedente, los hallazgos de este estudio inciden en el papel de la evitación experiencial y la tolerancia al malestar como variables moderadoras de la sintomatología postraumática. Asimismo, apuntan hacia la necesidad de considerar estas variables en las intervenciones psicológicas para el tratamiento del trastorno por estrés postraumático.

Resumen
El trastorno por estrés postraumático (TEPT) tiene una importante prevalencia en la población, por lo que conocer los mecanismos psicológicos para la vulnerabilidad y el mantenimiento del trastorno es claramente relevante. Entre dichos mecanismos, se ha postulado el constructo de malestar emocional como transdiagnóstico a diversos trastornos mentales. El objetivo del presente estudio fue poner a prueba un modelo hipotético que analizaba la asociación entre tres variables pertenecientes a dicho constructo (evitación experiencial, tolerancia al malestar e intolerancia a la incertidumbre inhibitoria) y el TEPT. Participaron 328 estudiantes universitarios (74.7% mujeres y 25.3% hombres, con una media de edad de 21 años) que habían experimentado al menos un acontecimiento traumático de acuerdo con los criterios del DSM-5, quienes completaron una batería de cuestionarios. Se efectuó un análisis de ecuaciones estructurales cuyos resultados apoyaron parcialmente el modelo hipotético. La evitación experiencial mostró asociarse positiva y significativamente con la tolerancia al malestar, la intolerancia a la incertidumbre inhibitoria y los síntomas del TEPT. La tolerancia al malestar también se vinculó de forma positiva y significativa con dichos síntomas. Sin embargo, la intolerancia a la incertidumbre inhibitoria no mostró relación con esta sintomatología. En apoyo a la evidencia empírica precedente, los hallazgos de este estudio inciden en el papel de la evitación experiencial y la tolerancia al malestar como variables moderadoras de la sintomatología postraumática. Asimismo, apuntan hacia la necesidad de considerar estas variables en las intervenciones psicológicas para el tratamiento del TEPT.

Publicación en siicsalud
Artículos originales > Expertos de Iberoamérica >
https://www.siicsalud.com/des/expertocompleto.php/159626

Comentario
Autor del informe
Sebastián Iglesias-Osores(1) Sebastián Iglesias-Osores(2) Johana Acosta-Quiroz(3) Johana Acosta-Quiroz(4)  

(1) Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo, Lambayeque, Perú
(2) Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo, Lambayeque, Perú
(3) Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo, Lambayeque, Perú
(4) Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo, Lambayeque, Perú


Recientemente se publicó el estudio titulado El malestar emocional como síntoma de estrés postraumático, que tiene como objetivo evaluar un modelo hipotético que analiza la relación entre tres variables que pertenecen al constructo de malestar emocional: la evitación experiencial (EE), la tolerancia al malestar (DT), la intolerancia a la incertidumbre (IU) y el trastorno por estrés postraumático1 hemos decido comentar sus conceptos en el contexto actual de la pandemia COVID-19.
El trastorno por estrés postraumático (TEPT) es una enfermedad mental crónica que generalmente se presenta después de haber estado expuesto a un trauma grave, está relacionado con recuerdos intrusivos, sueños angustiantes, estados de ánimo negativos, etcétera. Se estima que aproximadamente el 6% de las personas expuestas a un trauma llegan a desarrollar TEPT.2 A
causa de la pandemia de COVID-19 hay una alta prevalencia de TEPT en las áreas más afectadas de China y teniendo en cuenta que la epidemia sigue siendo el centro de atención en las redes sociales y los medios de comunicación y el incremento de la cuarentena hace creer que la prevalencia de TEPT seguirá en aumento en las áreas más afectadas por esta enfermedad.3
Los síntomas del TEPT comienzan al poco tiempo de la exposición al trauma y evolucionan hasta la persistencia o la recuperación, para disminuir las secuelas psicológicas debería realizarse una identificación temprana de las personas de riesgo para que así tengan acceso al tratamiento.2 Los subsíntomas de TEPT abarcan la reexperimentación, alteraciones negativas en la cognición o el estado de ánimo y son más frecuentes en mujeres.3 El papel de la tolerancia al malestar en los síntomas de TEPT está poco estudiado.2 Estos estudios sugieren que las intervenciones psicológicas de tolerancia al malestar podrían ayudar y complementar los tratamientos del trastorno por estrés postraumático. Sin embargo, queda mucho por hacer con relación con la investigación y tratamiento para abordar este trastorno.2 Se sugiere que las intervenciones de la tolerancia a la angustia contribuyen a reducir la gravedad de los síntomas de TEPT.
Es probable que la pandemia de COVID-19 ponga a profesionales de la salud de los países en desarrollo en una situación sin precedentes, teniendo que tomar decisiones complejas y trabajar bajo presión similar a una situación de guerra. Estas decisiones pueden incluir cómo asignar recursos escasos a pacientes igualmente necesitados, cómo brindar atención para todos los sujetos gravemente enfermos con recursos limitados e inadecuados. Esto puede causar que algunos profesionales experimenten lesiones morales o problemas de salud mental que se verán agravados con sus motivos personales de equilibrar sus propias necesidades de salud física y mental con las de los pacientes, familiares y amigos.

Palabras Clave
evitación experiencial, intolerancia a la incertidumbre, malestar emocional, tolerancia al malestar, trastorno de estrés postraumático
Especialidades
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Informe
Autor del informe original
F Montastruc
Institución: Department of Medical and Clinical Pharmacology,
Toulouse Francia

Bradicardia Grave y Remdesivir para el Tratamiento de la Enfermedad por Coronavirus 2019
Los resultados del presente estudio realizado en el ámbito de la práctica clínica rutinaria sugieren que remdesivir se asocia con riesgo significativamente aumentado de bradicardia y bradicardia grave, en comparación con el tratamiento con hidroxicloroquina, lopinavir/ritonavir, tocilizumab o corticoides. El hallazgo es esperable en relación con las propiedades farmacodinámicas del remdesivir.

Publicación en siicsalud
https://www.siicsalud.com/des/resiiccompleto.php/166396

Comentario
Autor del informe
Karina González Carta(1) Iván J Mendoza B(2) Iván Mendoza(3)  

(1) Profesor e Investigador, Clínica Mayo, Minnesota, EE.UU.
(2) Director, Jackson Memorial Hospital, Miami, EE.UU.
(3) Profesor Jefe, Universidad Central de Venezuela, Caracas, Venezuela


Las bradiarritmias que se asocian a la pandemia de COVID-19 suelen ser secundarias a complicaciones cardiacas o pulmonares, o al uso de drogas, aunque en un estudio nuevo se informa sobre bradicardia primaria precediendo al inicio de los síntomas.1 Recientemente se han publicado reportes de casos de la asociación de uso de remdesivir con bradicardia en pacientes con COVID-19.2  El remdesivir es un medicamento antiviral que pertenece al grupo de los análogos de nucleótidos.  Es una pro-droga que actúa inhibiendo la ARN polimerasa viral, por lo tanto, evita que el virus se multiplique por la replicación en las células infectadas, que se ha utilizado ampliamente en el tratamiento de la infección por el virus del SARS-CoV-2 (COVID-19).3 Es imprescindible conocer con precisión los posibles efectos cardíacos de remdesivir, en el
contexto de la pandemia actual. En la publicación de Touafchia y col., objeto de este comentario editorial, se revisó si el tratamiento con remdesivir se asocia con riesgo aumentado de bradicardia y de bradicardia grave en pacientes con COVID-19. Los autores utilizaron la base de datos de farmacovigilancia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) VigiBase®, que reúne más de 23 millones de comunicaciones espontáneas de posibles efectos adversos en más de 130 países, con más del 90% de la población de todo el mundo. Con ella compararon los casos de bradicardia notificados en pacientes con COVID-19 expuestos a remdesivir con los notificados en pacientes con COVID-19 expuestos a hidroxicloroquina, lopinavir / ritonavir, tocilizumab o glucocorticoides. Se incluyeron todos los informes de pacientes con COVID-19 registrados hasta el 23 de septiembre de 2020.3
Con la finalidad de incluir un ajuste según la gravedad de la enfermedad, los análisis primarios se repitieron con la consideración exclusiva de los pacientes tratados con tocilizumab o glucocorticoides, las drogas que se utilizan en pacientes con COVID-19 grave. En un segundo paso, el análisis se limitó a los casos de bradicardia grave. También se efectuó una comparación directa con hidroxicloroquina, una droga asociada con arritmias cardíacas.3
En el estudio se identificaron 302 efectos adversos cardíacos, incluyendo 94 casos de bradicardia (31%) entre 2603 pacientes con COVID-19 tratados con remdesivir. La mayoría de los enfermos presentó bradicardia grave (80%) y en 16 pacientes (17%) la bradicardia fue fatal. En este estudio de la vida real el remdesivir se asoció significativamente con mayor riesgo de bradicardia y de bradicardia grave en comparación con el uso de hidroxicloroquina, lopinavir/ritonavir, tocilizumab o glucocorticoides (RR 1.65; IC 95%: 1.23 a 2.22).3
Mecanismo de la bradicardia inducida por el remdesivir.

Se desconoce el mecanismo farmacodinámico exacto de la bradicardia por remdesivir. Se ha sugerido que podría deberse a un efecto depresor del automatismo del nodo sinusal, de hecho, el metabolito activo del remdesivir es un derivado de nucleótido trifosfato similar al ATP, conocido por deprimir el automatismo del nodo sinusal. Las acciones cardíacas del ATP están mediadas por la adenosina, su metabolito, y por un reflejo vagal desencadenado por la estimulación del ATP de las terminales nerviosas sensoriales vagales en el ventrículo izquierdo.4
En conclusión, los resultados del estudio comentado realizado en el ámbito de la práctica clínica rutinaria, con los datos de la VigiBase®, la base de datos de farmacovigilancia de la OMS, sugieren que el remdesivir se asocia con riesgo significativamente aumentado de bradicardia y bradicardia grave. El hallazgo es esperable en relación con las propiedades farmacodinámicas del remdesivir.
Copyright © SIIC, 2021 Referencias

Mendoza I, Gonzalez K, Morr I, et al. Sinus bradycardia as the initial manifestation of COVID-19. J Am Coll Cardiol 2021;77 issue No 18 Supplement 1:375 Gubitosa J, Kakar P, Gerula C,et al .Marked sinus bradycardia associated with remdesivir in COVID-19:A case and literature review. JACC Case Rep. 2020;2(14):2260-2264 Touafchia A, Bagheri H Carrie D, et al. Serious bradycardia and remdesevir for coronavirus 2019(COVID-19): a new safety concerns. Clinical Microbiology Infection. 2021; 27(5):795.E5-E8 Pellet A, Bellhassen B. The mechanism of the negative chronograph could and dromotropic actions of Adenosine triphosphate in the heart: An Update. Journal Cardiovasc Pharmacology 2010: 56(1):106

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