COVID-19
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El Papa Francisco pide que la vacuna Covid no sea privilegio para ricos
Associated Press, Vaticano
"Qué triste sería si para la vacuna del COVID-19 se diese prioridad a los más ricos. Qué triste si fuera propiedad de un una sola nación y no de todos”, señaló

El papa Francisco advirtió sobre la posibilidad de que la vacuna del coronavirus sea propiedad de una sola nación y no llegue a todos. Esto durante la audiencia general celebrada por motivos de seguridad en el palacio apostólico. “Qué triste sería si para la vacuna del COVID-19 se diese prioridad a los más ricos. Qué triste si fuera propiedad de un una sola nación y no de todos”, señaló el papa. El pontífice argentino destacó que “la pandemia ha puesto al descubierto la difícil situación de los pobres y la grande desigualdad que reina en el mundo”. Además recordó que “el virus, aunque no hace excepciones entre las personas, ha encontrado en su devastador camino, grandes desigualdades y discriminación” y las ha “incrementado”. Por ello, agregó que la respuesta a la pandemia es “doble” pues por un lado “es imperativo encontrar la cura para un virus pequeño pero terrible, que pone de rodillas al mundo entero”, pero por otro lado “debemos cuidarnos de un gran virus, el de la injusticia social, de la desigualdad de oportunidades, de marginación y desprotección de los más débiles”. Sobre volver a normalizar y reanudar las actividades económicas, el papa Francisco instó a que esta “normalidad no debería comprender las injusticias sociales y la degradación del medio ambiente”. También consideró que sería “un escándalo” si toda la ayuda económica que se está disponiendo, principalmente con dinero público, se concentrase en rescatar industrias que no contribuyen a la inclusión de los excluidos, a la promoción de los más pequeños, al bien común o al cuidado de la creación”.
Los hospitales de Madrid se preparan para una segunda oleada de coronavirus
El País, Madrid, España
Madrid se llevó la peor parte de la pandemia y ahora, otra vez, vuelve a ocupar el primer puesto en contagios. 654 nuevos positivos en solo 24 horas, el doble de los notificados por Aragón y el triple que Cataluña o País Vasco. El número de pacientes ingresados se ha cuadruplicado en dos semanas. Datos que asustan y hacen temer que los hospitales de Madrid vuelvan a mostrar imágenes de pasillos llenos de enfermos. Los sanitarios aún no están preparado para afrontar otra crisis sanitaria como la que hemos vivido en los últimos meses.
Entrevista a Tomás Orduna: Vacunas contra el COVID-19
Fundación OSDE, Ciudad de Buenos Aires, Argentina
Tomás Orduna. Médico infectólogo. Jefe del servicio de Patologías Regionales y Medicina Tropical (CEMPRA-MT), Hospital de Infecciosas Francisco J. Muñiz de la Ciudad de Buenos Aires. Docente de la Universidad de Buenos Aires, Universidad del Salvador, Universidad Favaloro y Universidad Austral. Miembro del Consejo Superior de la Sociedad Iberoamericana de Información Científica (SIIC).
Continúan en Brasil los ensayos para la vacuna COVID-19 de la Universidad de Oxford
Agencia EFE, Sao Paulo, Brasil
La Universidad de Oxford lleva  a cabo en Brasil los ensayos clínicos en humanos de una potencial vacuna contra el coronavirus, dijo el patrocinador del proyecto, Lemann Foundation, en un comunicado.
Los ensayos incluyen a 2,000 voluntarios trabajadores de la salud de Sao Paulo y a otras 1,000 personas en Río de Janeiro.
La institución reguladora sanitaria de Brasil, Anvisa, aprobó los ensayos clínicos de la potencial vacuna respaldada por la farmacéutica AstraZeneca Plc.
Brasil, donde la enfermedad avanza aceleradamente, es el primer país fuera de Reino Unido que se somete a ensayos de la vacuna elaborada por la universidad. Los investigaciones esperan lanzar la vacuna al mercado a fines de este año.
Brasil es el país sudamericano segundo en el mundo en cuanto a número de contagios y fallecimientos por el virus, solo detrás de Estados Unidos.
Sesión informativa de la OPS sobre COVID-19 / PAHO’s press briefing on COVID-19
Organización Panamericana de la Salud (OPS), Washington, EE.UU.
Palabras de apertura, Directora de la OPS/OMS, 7 de julio de 2020  Buenos días. Gracias por unirse a la sesión informativa de hoy.
La semana pasada se cumplieron seis meses desde que se alertó a la Organización Mundial de la Salud sobre unos casos de "neumonía de causa desconocida" que circulaban en Wuhan. El 16 de enero, la OPS fue la primera oficina regional en emitir una alerta epidemiológica con recomendaciones para prevenir y controlar infecciones.
Pese a estas advertencias tempranas y los rápidos preparativos, nadie podría haber predicho que nuestro mundo cambiaría tan dramáticamente en solo medio año.
De hecho, hasta ayer, en las Américas hemos alcanzado los 5,9 millones de casos y las casi 267.000 muertes.
La semana pasada hubo 735.000 casos nuevos en la región, con un promedio de más de 100.000 casos reportados cada día, casi un 20% más que la semana anterior.
También estamos viendo surgir nuevos patrones: hace dos meses, Estados Unidos representaba el 75% de los casos de COVID-19 en nuestra región. La semana pasada, Estados Unidos reportó menos de la mitad de los casos en la región, mientras que América Latina y el Caribe registraron más del 50% de los casos, y Brasil solo reportó alrededor de una cuarta parte de ellos.
Debemos permanecer alertas, pero especialmente en lugares que han visto un aumento reciente de casos, como lo estamos viendo en varios estados de Estados Unidos, en la mayoría de los países de América Central y en la mayoría de los países de América del Sur.
Esta es una pandemia de proporciones asombrosas, y no tenemos más opción que continuar poniendo toda nuestra energía en controlarla.
Los últimos seis meses han traído algunas sorpresas positivas que han confirmado la resistencia de nuestros sistemas de salud, y algunos desafíos inesperados que debemos abordar en los próximos meses. La OPS y nuestros Estados Miembros se han basado en décadas de experiencia en la lucha contra los brotes para enfrentar la amenaza de COVID-19, y en toda la región vimos que los países respondían rápidamente. Aquí hay unos ejemplos: Nos impresionó la rápida adopción de medidas preventivas: Desde el principio, las personas de toda la región adoptaron rápidamente orientaciones de salud pública para quedarse en casa, evitar reuniones masivas y usar equipo de protección. A fines de enero, todos menos dos de nuestros Estados miembros habían limitado significativamente los viajes internacionales. Y a principios de marzo, todos menos un país había impuesto restricciones de movimiento para controlar el virus, muchos incluso antes de que registraran su primer caso de coronavirus. Este esfuerzo sin precedentes fue fundamental para que al principio de la pandemia los casos se mantuvieran bajos, lo que nos permitió ganar un tiempo precioso para preparar a nuestros sistemas de salud. Las instalaciones de emergencia se establecieron rápidamente: En la región, se construyeron hospitales temporales y sitios designados de aislamiento y cuarentena en un tiempo récord. Al menos 27 países han activado equipos de emergencia y establecido medidas para fortalecer sus sistemas nacionales de salud. Estos esfuerzos proporcionaron la capacidad de aumento muy necesaria para nuestros sistemas de salud a medida que los casos de COVID-19 comenzaron a aumentar. Gracias a estas acciones, hemos salvado miles de vidas. Muchos países cambiaron sus sistemas para mejorar la detección del virus: COVID-19 desafió a los países a descentralizar su capacidad de laboratorio para que pudieran identificar, informar y tratar casos rápidamente a nivel local. Para hacerlo, se requirieron capacitaciones virtuales y en persona para preparar los laboratorios, y también se necesitaron suministros, que la OPS ayudó a asegurar y distribuir, incluidos casi 15 millones de pruebas de PCR para COVID-19. Pero hay varios desafíos que persisten y que debemos abordar para controlar la pandemia. Nuestros trabajadores de salud son vulnerables: en toda la región hemos recibido informes de trabajadores de salud que se enferman en el cumplimiento del deber debido a la falta de equipo de protección personal o debido a condiciones de trabajo inseguras. La protección de enfermeras, médicos y otros trabajadores de la salud debe ser nuestra principal prioridad. La OPS ha brindado orientación, capacitación y EPP, y continúa apoyando a los países para crear mejores condiciones de trabajo para los trabajadores de primera línea. El estigma alimenta la pandemia: el estigma con COVID-19 enlentece nuestra respuesta. Necesitamos que las personas se sientan seguras y cómodas para hablar y buscar ayuda cuando tengan síntomas, para que podamos rastrear contactos y aislar casos sospechosos desde el principio. Esta es nuestra mejor esperanza para controlar la pandemia. Todavía tenemos mucho que aprender sobre este virus: tenemos una serie de medidas de salud pública que funcionan para controlar la transmisión, y debemos confiar en ellas. Sin embargo, todos los días aprendemos más sobre cómo se propaga este virus en nuestras comunidades, y esta ciencia debe continuar guiando nuestra respuesta. Nuestros equipos en la OPS y la OMS siguen de cerca la nueva evidencia y la traducen en documentos de orientación para el país. Hasta ahora, hemos emitido más de 100. No todo sobre la pandemia ha sido sorprendente. Como se esperaba, algunos de los problemas más persistentes de nuestra región han contribuido a la escala de COVID-19: inequidad, división política y sistemas de salud que se han debilitado por años de baja inversión. Estos son temas que debemos abordar durante la pandemia; y continuar abordando una vez que termine. Al mirar hacia el futuro, todos estamos afectados y todos tenemos un papel que desempeñar: desde nuestro equipo en la OPS, hasta el liderazgo de nuestros Estados Miembros y cada uno de nosotros como individuos. Una pandemia requiere una fuerte coordinación entre los países, una comprensión profunda de las tendencias epidemiológicas, una orientación clara y un suministro confiable de productos para la salud. Estas son todas las cosas que la OPS está haciendo activamente para fortalecer la respuesta de nuestros Estados Miembros. Los líderes de nuestra región deben dejar que la evidencia guíe sus acciones, enfocándose en lo que funciona y uniendo a su gente a su alrededor. Tienen la responsabilidad de actuar de manera transparente y proactiva a medida que movilizan instituciones en cada nación para responder. Y cada uno de nosotros tiene la responsabilidad personal de protegernos a nosotros mismos y a los demás mediante el distanciamiento social y el uso de máscaras cuando se recomienda. Incluso las personas sin síntomas pueden transmitir el virus, lo que significa que todos deben ser cautelosos. También significa que todos pueden ayudarnos a superar esta crisis. Los últimos seis meses han sacudido nuestro mundo. Los próximos seis meses no serán más fáciles y no podemos bajar la guardia. Para aguantar, debemos confiar en nuestro creciente conocimiento de este virus, nuestra capacidad de aplicar estos aprendizajes en solidaridad y nuestra determinación inquebrantable. Gracias.